A mediados de los años noventa Julio Acanda y su camarógrafo Antonio Gómez, “El loquillo” viajaron a Nueva York con sólo cincuenta dólares, de los que gastaron treinta y nueve en un taxi desde el aeropuerto hasta la sede de Cuba en la ONU. Los amigos que debían irlos a recoger al aeropuerto, no fueron.  Nuestra oficina los acogió, de paso ellos cubrieron una reunión sobre asuntos migratorios para el NTV, y luego visitaron Tampa.

El ICRT no les podía dar más dinero, pero el periodista decidió emprender esa aventura y comenzar sus crónicas acerca de la vida de José Martí en el norte revuelto. Un día, fotografiando un edificio donde en el siglo XIX había una casa en la que paró el Apóstol, se les acercó una mujer preguntándole de dónde eran. Ella, la argentina Alma Ferrari, desde ese día fue chofer del dúo de cubanos que viajaban un siglo atrás, para darle a los televidentes cubanos la imagen de los lugares por los que caminó, amó, escribió, en fin, vivió José Martí.

 

Entre Alma y Acanda hubo un intercambio epistolar por unos meses. Luego ella no escribió más. Ha tratado de localizarla y no ha podido. Pero en la vida de este periodista viajero que nos entrega excelentes crónicas casi todos los domingos, hay muchas Alma. Las ha encontrado en Estambul, Chipre, Japón y también Nueva Gerona, Santiago de Cuba, Romerillo o cualquier lugar del archipiélago dónde yace una historia inédita, curiosa y siempre con un especial sabor humano.

Como  conozco esa y otras anécdotas me extrañó mucho en el foroPeriodismo cubano, un año después del Congreso, celebrado el 14 de agosto, que una participante llamada Jeny escribiera “Quiero plantear una duda, es cierto que todos debemos tener una cultura general integral pero (o soy muy nacionalista o semi ignorante porque) no entiendo o mejor no le encuentro mucha lógica a los reportajes que ponen en la TV de los interminables viajes de Julio Acanda por disimiles países de los cuales en muchísimas ocasiones nos "ofrece" comentarios y anécdotas que al menos yo no les encuentro ninguna enseñanza o importancia, no sé quién financia esos viajes o que objetivo cultural e informativo tienen pero repito a mi juicio, nuestro periodismo debe encaminarse en primerísimo lugar a nuestra realidad, ejemplo José Alejandro que pone el dedo en la llaga y le da seguimiento a las quejas que recibe, nos informa y debate…”

Traté de entrar al foro (no pude) para decirle a Jeny que discrepaba de ella: las crónicas de Acanda, en su gran mayoría, son bocanadas de aire fresco en la televisión cubana, que no se caracteriza por realizar esa suerte de periodismo literario y más adelante diré por que las califico así. Ah, lo que hace Pepe –es también mi amigo- tiene un inmenso valor, en más de una oportunidad he alabado en mis textos su espacio Papelitos hablan del Canal Habana.

No se trata de una empatía por el trabajo de Acanda, es el reconocimiento a una forma de hacer, que incluso fue objeto de estudio de la tesis de grado Entre la información y la interpretación de la joven Nayara Tardo Azaharez, defendida este año y que se dedicó a analizar  “La crónica del domingo de la emisión estelar del noticiero nacional de televisión, entre el 2011 y 2013”. En sus conclusiones mi novel colega dice “Podemos afirmar que Julio Acanda, a partir de diversas líneas temáticas trata de evidenciar, mediante personajes comunes, costumbres y variados acontecimientos, la identidad de Cuba, su gente, así como las curiosidades de otros contextos, diferentes al nuestro”

Sobre este asunto de la forma en la que se costea los trabajos en otras latitudes, Julio me dijo “Las crónicas de viaje que el público ve por televisión, en realidad son el resultado de traslados con otros propósitos, fundamentalmente académicos y personales. Me resultaría de un egoísmo extremo no compartir esas experiencias y sería una imperdonable desidia profesional, no convertir todas esas vivencias en eso que han dado en llamar crónicas, y que en realidad agrupa muchos géneros periodísticos que pasan por el tamiz de mi interpretación.”

Acanda no se dedica a turistear en su tiempo libre cuando lo invitan a Japón o a Estados Unidos, que bien lo pudiera hacer, porque él es un PERIODISTA.

No hubiera querido empezar este texto de la manera que lo he hecho. Me habría gustado decir que había una vez un joven de pelo rizado, medio castaño, muy tupido, que cada vez que salía en el NTV me llamaba la atención por la forma tan personal de decir sus noticias, que no eran tales: “A pesar que era una época dorada de la Isla de la Juventud, comparada con la actual, no producía lo que pudiera ser considerado noticia para nuestros noticieros. Para un reportero recién graduado, a quien le exigían los mismos parámetros que a periodistas de otros territorios como Santiago de Cuba –por poner un solo ejemplo- era algo bien difícil. En la isla apenas vivían 95 mil personas, cualquier municipio de La Habana lo superaba. Por eso tuve que buscar resortes para clasificar en los noticieros, y los encontré cuando me di cuenta que el público de la isla grande no conocía la isla chiquita. Y con esa premisa comenzaron mis primeras crónicas sobre la isla del tesoro, su fauna, su flora, y sus gentes, con un sentido de la insularidad muy arraigado.”

 

Es entonces donde el fabulador que vive en Acanda fructifica en crónicas, reportajes, comentarios en los que se ven rasgos del periodismo literario. Nada de lo que Acanda contó es mentira, pero con un dato mínimo armaba una historia: un solo ejemplo: un isleño estaba convencido de que su tierra estaba llena de tesoros. Decía el lugar y qué había. Julio lo seguía con la cámara y el micrófono abierto, nunca apareció la fortuna pero si trozos de árboles, piedras que en el fondo de los ríos parecían añejos objetos de barcos hundidos.

Me dice que su primer trabajo no fue en su terruño sino “en Holguín a donde me enviaron a prepararme para el telecentro Islavision que se inauguraba. Hice una nota sobre la producción de ají. Sentí una gran emoción cuando Manolo Ortega lo anunciara en el noticiero estelar. No lo olvido.”

En la Isla, dice, “comencé en la finca El Abra la serie Tras las huellas de la historia, sobre la vida y obra de Jose Martí, sin imaginar, o sí, imaginándolo, aunque como un sueño imposible, que recorrería el mundo martiano en toda Cuba y otros 10 países.  El inicio fue difícil pero también muy fácil, pues yo nací en la Isla. Las historias eran también las de mis asombros de infancia.”

Claro para traer a Martí a nuestros días hay que conocerlo, o no se puede hablar de Estambul sin investigar, aunque la crónica se realice con el lenguaje más sencillo del mundo.

Le pregunto cómo actualiza sus trabajos para reproducirlos en tiempos diferentes y esta es su respuesta “Si te digo la verdad, no actualizo ni un plano, ni un dato, ni nada. Eso lo considero sin falsas modestias como un logro importante de mi trabajo: que las crónicas no pierdan su frescura, su vigencia, su interés con el paso del tiempo, y que hasta algunas, el tiempo las haga más atractivas. Creo que es algo que sueña todo periodista: que su trabajo no sea efímero, que sobreviva al término de la emisión de un
noticiero.”

Merecedor de numerosos premios – el José Martí, cuando era anual, mención en dos ocasiones del Juan Gualberto Gómez, el
Violeta Casal, varios caracoles y más- sueña con SU programa y sonríe: “el mismo que tu viste en aquella tarde de almuerzo compartido, pero es difícil en las condiciones actuales de la televisión cubana.”.

No voy a escribir de espacios –La descarga, Entre amigos- en los que Julio trabaja. Él lo sabe: cada vez que veo una de sus crónicas lo llamo y le digo “esto es lo tuyo, deja ese espacio a otro conductor”. No he logrado con–vencerlo. Algún día conseguirá su programa y unirá el excelente periodista que es, con una dicción y un tono impecables, a la conducción sobria de encuentros que no tienen que ser “entre amigos”.

Por lo pronto me atrevo a anunciarles una de sus próximas crónicas: la endoscopía hecha a dos delfines por una excelente gastroenteróloga que bajó…bueno esperen, ya verán.

 

 

 

 

 

LO ÚLTIMO DEL SITIO
Temas

Luis Casariego / Fotos: Cortesía de algunos entrevistados
Articulos favoritos

Maya Quiroga / Fotos: De la autora
Protagonistas

Ivón Peñalver / Fotos: Cortesía de la entrevistada
Articulos favoritos

Dirección de Comunicación TVC
Temas

Maya Quiroga / Fotos: De la autora

Plataforma WEB de la Televisión Cubana Copyright © | tv.cubana@icrt.cu  |  23 y M, Vedado | Código Postal 10200 | La Habana CUBA          

SIGUENOS

CARTELERA DE CANALES NACIONALES