—¿Cómo llegas a la telenovela?

—Pues, me escribe la asistente de dirección de Loisys y me pregunta si quería participar en un casting que se preparaba para una nueva telenovela. Acepté, recibí las escenas que debía aprender para ese proceso y me presenté en la primera convocatoria. Después de eso no supe más, hasta que un día la propia Loisys me dijo que tenía un personaje negativo para mí, que estaría muy contenta de trabajar conmigo. Por supuesto, lo acepté sin pensarlo dos veces.

—¿Cómo te preparaste para encarnar un personaje tan particular como Zenia?

—Tuve muchísima ayuda, tanto de Eduardo Eimil como de Loisys, a la hora de construir a esta Zenia. Desde la etapa de estudio del guion, de concebir los matices y resortes psicológicos del personaje, hasta el propio momento de grabación. Fue un proceso complejo porque al principio no creía tener ningún punto en común con ella, hasta que descubrí su punto débil, uno que sí conectaba conmigo. Por ahí comencé a acercarme desde otra arista, pude entenderla, incluso justificarla en determinadas acciones.

“Ciertamente es un personaje que suma muchas actitudes negativas, pero hay un porqué detrás, y de eso se trató su crecimiento en mí: hallar los puntos comunes entre ella y yo. Ese acto me permitió encontrar un equilibrio para entenderla primero, y luego asumirla con la dignidad que ella, como ser humano, merece”.

—¿Cómo la construiste sin ridiculizarla o convertirla en una caricatura?

—Lo primero fue tratarla con respeto. Para eso le construí una historia detrás: un pasado coherente que justificara su comportamiento en el presente.

“Sucede que cuando los personajes no son protagónicos, se ofrece poca información sobre ellos. Aunque tengan escenas fuertes, suelen ser breves y no siempre revelan motivos, conflictos o razones profundas que ayuden a comprenderlos. Por eso es tan importante crearle vínculos con su pasado que incidan en su presente.

“De ahí nace todo: cómo vestirlos, cómo caminan, cómo gesticulan, cómo hablan. Eso fue lo que me permitió interpretar a esta ‘mala’ de una manera más orgánica, sin sentirla como un ser negativo y ya. Me resultó indispensable tener bien claros sus porqués, para mostrar todos los resortes posibles de su maldad”.

—Te conocimos en El derecho de soñar con un personaje también complejo. ¿Cuán difícil te resultó este?

—Sí, ha sido un tránsito complicado, que a su vez me ha permitido crecer muchísimo. Yessica, en El derecho de soñar, también era un personaje negativo, pero con una evolución importante. Además, de ella siempre tuve mucha información. Al ser un personaje más grande, con mayor incidencia en la trama, conté con detalles valiosos para conectar con su psicología y su manera de actuar.

“Zenia, en cambio, es un personaje mucho menor. Es cierto que me entregaron una biografía que me ayudó en ese primer e imprescindible momento de reconocimiento mutuo. Nosotros llegamos ciegos a los guiones, no sabemos a qué nos vamos a enfrentar. Pero la primera exigencia de Eduardo fue hacerlo crecer, y eso hicimos, para darle ese necesario toque de humanidad.

“Me resultó difícil porque Zenia asume tantas acciones negativas, que me costaba interpretarla de forma objetiva. Me cuestionaba constantemente su manera de actuar: ¿qué sentido tiene ser así, aun con vivencias negativas?, ¿por qué no tomar el camino del bien? Hasta que decidí no enjuiciarla más. Me dije: voy a tratar de entenderla hasta encontrar ese punto débil del que ya te hablaba, uno que también tuve en algún momento de mi vida. Y así conciliamos tantos sentimientos encontrados”.

—¿Qué busca Osmara en cada personaje?

—De cada personaje espero siempre aprender, crecer como actriz y ganar nuevas experiencias. Porque de eso se trata la actuación: de encarnar cada historia con mayor verdad. Y conmigo se queda la vida de ese personaje, el entendimiento de situaciones que no son las mías, pero que debo comprender para hacerlas sinceramente propias.

“Eso se traduce en sabiduría, no solo profesional, también personal”.

—¿Qué te llevas de esta telenovela?

—Me llevo a mi Zenia para toda la vida, y el aprendizaje de por qué algunas personas tienen determinados comportamientos. Este personaje me enseñó a no juzgar a la primera. Me llevo mayor conocimiento sobre el proceso de rodaje y un entendimiento más profundo de los códigos de la televisión.

“También me llevo con mucho cariño a las personas con las que compartí escenas. Son maravillosas. Muchas de ellas son figuras que he admirado toda mi vida, y hoy tengo la dicha de compartir con ellas. Ese ha sido, sin dudas, uno de los mayores regalos que me deja esta telenovela, y los atesoraré siempre”.

Con la sencillez y entrega que la distinguen, Osmara López continúa demostrando rigor y capacidad para enfrentar, en la pequeña pantalla, personajes psicológicamente complejos. Y salir vencedora en la pugna entre Zenia y sus demonios.

LO ÚLTIMO DEL SITIO
Temas

Valia Valdés / Mujeres
Entre tu y yo

Ivón Peñalver / Fotos: Cortesía de la entrevistada
Articulos favoritos

Giusette León García / CubaSí
Temas

Lety Mary Alvarez Aguila / Vanguardia
En pantalla

Félix A. Correa Álvarez
En pantalla

Francisnet Díaz Rondón / Vanguardia

Plataforma WEB de la Televisión Cubana Copyright © | tv.cubana@icrt.cu  |  23 y M, Vedado | Código Postal 10200 | La Habana CUBA          

SIGUENOS

CARTELERA DE CANALES NACIONALES