Breves comentarios sobre tres películas: Eva no duerme, El bosque de Karadima, Las elegidas
El cine latinoamericano este año ha arrasado en diversos certámenes internacionales, haciendo honor a la alta capacidad y cualificación de directores y realizadores de la región.
Algunas de estas propuestas llegan a la 37 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, de la mano de sus protagonistas y realizadores, para mostrarlas al público de la Isla, que a lo largo de casi cuatro décadas se ha convertido en consumidor por excelencia del séptimo arte latinoamericano.
Uno de esos relatos que llega este 2015 a La Habana es Eva no duerme, del argentino Pablo Agüero, protagonizada por el reconocido actor mexicano Gael García Bernal y secundado por el español Imanol Arias.
Siete años le tomó a su director realizar esta película, la cual parte de una historia real, recorre la difícil travesía por salvar el cuerpo de Eva Perón, que fue embalsamado, secuestrado y sepultado en Italia, bajo un nombre falso y manipulado por una corte de conspiradores que quisieron borrar su legado de la memoria popular, su lucha por el reconocimiento y el empoderamiento femenino y su fe en el mejoramiento humano.
Por su parte, El bosque de Karadima, segunda película del chileno Matas Lira, aborda un caso ocurrido en Santiago de Chile entre los años 80 y principios del 2000, cuando estalla un escándalo de tipo sexual contra el sacerdote Pedro Fernando Karadima.
Por su impacto social el filme se convirtió en el más visto del año en Chile, luego de su estreno el pasado febrero. La excelente actuación de Luis Neco lo asegura entre las principales opciones para llevarse el Coral a la Mejor Actuación del certamen.
Otro de los filmes que toca las puertas de este Festival es Las elegidas, del mexicano David Pablos. La película, que se desarrolla en la ciudad fronteriza de Tijuana, cuenta con un elenco muy joven, sin ninguna experiencia en el mundo de la interpretación.
A partir de la historia de Sofía, el largometraje aborda el tema de la prostitución. Su realizador aseguró que la intención desde el comienzo del proyecto era evocar esa violencia contra las mujeres sin mostrarla, aunque reconoció que la película necesitaba esa dureza para tratar un tema tan sensible en su país.