Apuntes para repensar las políticas y estrategias de comunicación pública en aras de preservar lo autóctono de nuestra cultura.
El nuevo escenario de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos confirma la victoria de la resistencia y la capacidad del pueblo cubano y su dirección histórica de mantener nuestra soberanía, en tanto impone nuevos derroteros a fin de repensar y poner en práctica las políticas y estrategias de comunicación pública en aras de preservar lo autóctono de nuestra cultura, ante la penetración cada vez más creciente de la industria cultural globalizadora.
Este fenómeno se produce en medio de un contexto complejo de las relaciones internacionales, donde la comunidad de Estados latinoamericanos y los gobiernos progresistas, comprometidos con la construcción y mantenimiento de la paz y la equidad entre los pueblos, intentan resguardar la gran influencia de la solidaridad entre las naciones de América Latina, mediante organizaciones como la CELAC y el ALBA, así como con otros países del mundo.
En el rediseño de las relaciones económicas en el continente, se aprecia un aislamiento de los Estados Unidos, que pierde cierto poderío ante la presencia de dos nuevos actores con indudable fuerza e influencia: China y Rusia.
Asimismo, dentro de la comunidad internacional, sigue avizorándose en las votaciones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas la abrumadora votación de la mayoría de los países del mundo en contra del bloqueo impuesto por Estados Unidos a Cuba hace más de 50 años.
Por otra parte, se aprecian importantes cambios de opinión pública entre los estadounidenses y cubanos-americanos, favorables a la normalización de las relaciones con Cuba.
El presidente Obama se acredita haber llevado a efecto la fase inicial del proceso de normalización de las relaciones de su país con Cuba, ese será su legado a la historia política de esa nación; ha modificado los métodos pero no el objetivo estratégico de lograr un cambio político en la Mayor de las Antillas.
Durante su mandato se ha valido del “poder suave” e inteligente, persistiendo y financiando actividades subversivas, confiado en la capacidad de influencia de los valores y modo de vida estadounidense como elemento persuasivo, sobre todo entre los jóvenes cubanos.
No debe olvidarse que el gobierno norteamericano gasta sumas millonarias para desarrollar un poderoso sistema de investigación permanente de los valores, la vida espiritual y la capacidad de las personas, que utilizan como elementos a partir de los cuales trazar estrategias encaminadas a colonizar y embrutecer a millones de personas.
Tal como lo han advertido el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, además de otros destacados intelectuales como Graziela Pogolloti y Abel Prieto, la descolonización del pensamiento tiene que ser asumida por todos los ciudadanos, instituciones y organismos cubanos, con el propósito de redimensionar los valores y la cultura con mucha perspectiva creadora, flexible, integradora y propuestas de participación inclusivas.
Seguiremos profundizando en el tema desde el Portal de la TV Cubana.