Xiomara Blanco posee un lugar destacado en el panorama dramático actual gracias a múltiples propuestas televisivas, entre ellas las telenovelas Martín Rivas —su primera realización, protagonizada por Patricio Wood y Yolandita Ruiz—; Antonia, con Odalys Fuentes en el rol principal, acompañada por Mabel Roch, Tahimí Alvariño, Nancy González y Miguel Ángel Céspedes; El Naranjo del Patio, de Gerardo Fernández, donde Miguel Navarro ofreció una memorable interpretación de Lito; y Tierra Brava, basada en una radionovela de Dora Alonso. Estas son solo algunas de las muchas producciones que enriquecieron la pequeña pantalla bajo su dirección.
Su trayectoria va más allá de las telenovelas. Xiomara ha dirigido cuentos, obras de teatro para televisión e infantiles como La Bella y la Bestia y Aladino. También estuvo al frente de la serie de spots Para la Vida, así como de campañas de bien público contra el VIH/SIDA y en favor del ahorro energético. Incluso incursionó en el humor con De todo como en botica.
Recientemente, la documentalista Marilú Macías presentó en el cine Riviera de La Habana el audiovisual Una parte de mi vida, dedicado a la destacada directora de televisión. Motivada por conocer más sobre el documental, conversé con su creadora.
—¿Qué te impulsó a realizar este documental?
—Xiomara Blanco es una de las directoras que más admiro. Es talentosa, organizada, culta. Desde mi punto de vista, ha sido algo olvidada a raíz de su enfermedad. Sentí que merecía ser recordada con un documental que exaltara su obra. Era una manera de perpetuar su legado.
—¿Qué aspectos decidiste resaltar?
—Sobre todo su obra, que es muy vasta. Xiomara tuvo una etapa en la radio con logros notables como directora, y su paso por la televisión fue muy feliz y prolífico. Como dijo Patricio Wood en una entrevista: “Llegó el momento en que Xiomara le puso una cámara a todos sus proyectos”.
—¿Qué tipo de música empleaste como acompañamiento?
—No utilicé una música específica. Me apoyé principalmente en los temas originales de presentación de sus obras. No fue música compuesta expresamente para el documental.
—¿A quiénes incluiste como testimoniantes?
—A unas 28 personas: actores que trabajaron con ella, productores, sonidistas… Todos resaltaron no solo su creatividad, sino también su calidad humana, su comprensión y su disposición para ayudar a los demás. El documental tiene una duración de 58 minutos.
—¿Qué institución respaldó la producción?
—La Productora de Cine, Radio y Televisión Cubanas, con el respaldo constante de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Xiomara fue vicepresidenta de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la UNEAC. Aunque su paso fue breve, dejó una huella significativa.
—Sabemos que tienes una sólida trayectoria como documentalista. ¿Qué otros trabajos has realizado?
—Este es mi séptimo documental. El primero fue sobre Félix Varela, aunque lamentablemente no resistió el paso del tiempo y no quedó registro. He dedicado otros a Villa Soberón, Premio Nacional de Artes Plásticas; al Indio Naborí, a Flora Fong y a la actriz Verónica Lynn. La mayoría de ellos han sido sobre personalidades merecedoras de premios nacionales. También trabajé en el programa Cuando una mujer, dedicado a las féminas y familias cubanas, con el que obtuve varios reconocimientos.
—¿Alguna anécdota del día del estreno?
—Me sentí muy feliz por la buena acogida y repercusión. Entre los miembros de la UNEAC se ha empezado a hablar de la necesidad de rescatar y visibilizar la obra de figuras que marcaron los medios y la cultura cubana y que hoy están un poco relegadas. Xiomara está muy emocionada: muchas personas se han comunicado con ella, y eso la llena de vida, al sentirse recordada y querida.
—¿Algo que destacar de las entrevistas dentro del documental?
—Las entrevistas a Xiomara fueron realizadas por el director de radio y televisión Bruno Suárez. Cada respuesta suya fue una clase magistral sobre dirección televisiva. El resto de las entrevistas las hice yo. En todas, los testimoniantes coincidieron en destacar su estilo particular de dirección.
—¿Crees que este documental puede tener una función didáctica?
—Absolutamente. Creo que debería ser visto por los egresados de la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA). Enseña mucho sobre los desafíos y complejidades del trabajo de un director de televisión.
—¿Dónde se podrá ver próximamente?
—Está previsto que se transmita por Cubavisión y posiblemente también por el Canal Educativo, lo que sería muy beneficioso.
—¿En qué otros proyectos estás trabajando?
—Prefiero no adelantar demasiado, pero sí estoy preparando un proyecto dedicado a Ana Gloria Buduén, una reconocida actriz santiaguera con una historia de vida muy interesante, digna de ser contada en un audiovisual.
Los documentales son cada vez más comunes, y con razón. Nos permiten descubrir la magnitud de una obra artística, revivir los inicios de quienes marcaron nuestros medios y reencontrarnos con creadores que, como Xiomara Blanco, dedicaron una parte esencial de su vida a la pequeña pantalla.