Para cerrar esta temporada de presentaciones se mostró en su sede del cine La Rampa, la película Vinci, del director Eduardo del Llano, con audio-narración escrita y dirigida por María Leisa Olivera; ambos directores presentes en el encuentro, que constituyó una valiosa experiencia para todos, pues al finalizar la muestra se debatió el filme y se intercambiaron preguntas y reflexiones.
Según explicó Alfredo Dávila, Jefe Doblaje y Subtitulajede la Televisión Cubana, ya se han audio-narrado treinta películas cubanas en el 14-B, estudios de doblaje del ICRT, “un trabajo complejo y para nosotros novedoso, pero que ante estas experiencias, nos inspira a continuarlo y perfeccionarlo”.
Por su parte, para Jorge González Frómeta, especialista del Proyecto 23 y promotor de la iniciativa, “este es un proyecto muy hermoso, que vengo intentando llevar a cabo dese el año pasado y que por fin tiene resultados, gracias al apoyo recibido y a que, por lo hermoso y humano de la idea, la gente se va implicando. Lo que empezó con clásicos del cine cubano ya se ha extendido a las más recientes producciones… y continuamos”.
Aunque abierto a todo público, los principales beneficiados con este proyecto han sido los integrantes del Cineclub “Tocando la luz”, conformado por ciegos, débiles visuales y más recientemente sordos (para quienes se subtitulan estas muestras), quienes se reúnen los segundos miércoles de cada mes en el Cine La Rampa.
En este último encuentro de la temporada (que reabrirá sus puertas en octubre) con la presentación del filme de 2011, Vinci; su director Eduardo del Llano debatió con los presentes sobre su concepción del largometraje, mientras María Leisa Olivera explicó -para los que no lo sabían-, cómo se lleva a cabo el proceso de trabajo para la audio-narración: tras un exhaustivo visionaje de la película, se escribe un nuevo guión, con parlamentos para un locutor o narrador que, durante los espacios en que no hay diálogo, describe y narra las acciones y atmósferas que tienen lugar en el filme.
Así, los presentes señalaron cuánto aprecian este trabajo y cómo tiene muchos puntos de encuentro con la radio, pues acerca al cine, hecho por videntes y para videntes, al sonido. Ese “sonido para ver” que distingue el slogan de la radio cubana, se hace realidad con estas audio-narraciones.
Para Frómeta, un gran entusiasta de la iniciativa, “éste proyecto fomenta la socialización de las personas invidentes, vienen en grupos, incluso desde lejos, se conocen, salen, se reúnen, debaten sus ideas y además, según ellos mismos han expresado, les permite ver el cine cubano como al resto de los públicos”.