Con una idea muy clara de que quería ejercer el Periodismo Deportivo, Karlienys Calzadilla Padilla, al graduarse de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, solicitó trabajar en la televisión cubana. Así comenzó su historia frente a las cámaras y la responsabilidad de informar, comentar y dialogar frente a un público que le espera.
¿Por qué trabajar en la TV?
“Me atraía contar historias entrelazando imágenes y sonido. Hay profesores de la Universidad que me visualizan más haciendo Periodismo de Investigación, “buscándole las cuatro patas al gato”, pero definitivamente el deporte era lo mío, porque soy una mujer de retos y sabía que el Periodismo Deportivo sería uno enorme, en primer lugar, por la cantidad de hombres que ejercen esa profesión en Cuba y la minoría que representan las mujeres en los espacios televisivos.
“Mi tesis de Licenciatura fue sobre ese tema precisamente…así que, llegar a Sistema Informativo de la televisión, recién graduada, fue la situación que “le puso la tapa al pomo”. Ya había realizado prácticas preprofesionales allí, estando en segundo año, y me había enamorado del lugar. Llegué, definitivamente, en septiembre de 2013, lo solicité y me ubicaron en la redacción deportiva.
“Ya se pensaba la idea de convertir a Tele Rebelde en un canal nacional exclusivamente deportivo. Y las mujeres aquellas que siempre fueron paradigmas para mí, como Julita Osendi y más tarde Daily Sánchez, se convirtieron en mis compañeras de trabajo. Qué honor estar rodeada de tanto coraje, fuerza, voluntad y profesionalidad. Con ellas procuré aprender al máximo, sobre todo al salir a alguna cobertura; desde cómo tomar el micrófono hasta cómo poner en su lugar a quien intentara minimizarme.
“Lamentablemente Julita se retiró al poco tiempo, aunque me enorgullece poder decir que sigue siendo un referente muy importante en mi carrera y aun le consulto para saber qué tan bien o mal voy y en qué debo mejorar”.
Y una vez en Tele Rebelde como canal deportivo…
“Bueno, ya con Tele Rebelde como emisora especializada en deporte, las oportunidades comenzaron a surgir y yo tenía a mi favor que, a la par de mi carrera periodística, me había graduado de cursos de locución y habilitación como narradora comentarista deportiva; y eso fue la base para materializar otros sueños, como la conducción de programas deportivos.
“Se me abrieron las puertas del Noticiero Nacional Deportivo, donde centraba mi trabajo reporteril, y donde también me inserté como conductora. No olvido la tarde de 24 de diciembre de 2014, cuando por entonces el director del canal Rafael Yaech- a quien le agradezco la confianza y la oportunidad-, me llamó a la oficina para conocer de mi disposición como conductora del noticiero, pues uno de sus rostros habituales no podía estar. Miles de sentimientos encontrados, pero no podía decir que no.
“Luego llegaron otras oportunidades de conducción en los segmentos deportivos, en el Noticiero del mediodía y en el propio estelar, también esporádicamente en algún que otro programa de Tele Rebelde, pero el Noticiero Nacional Deportivo seguía siendo mi favorito, y es la escuela que nunca se olvida, tanto desde el punto de vista periodístico como desde el ejercicio de la locución”.
En el ejercicio del Periodismo, ¿cuáles son los deportes que más abordas?
Sonríe… “particularmente atiendo deportes poco populares en Cuba, como el triatlón, el patinaje, el ajedrez y el tiro con arco; esos son los “míos” y los que me han ayudado a entender que aun en el anonimato, existen atletas de mucho valor, y ello te da la responsabilidad de mostrárselo a un público sobresaturado de fútbol y béisbol.
“Entre estos atletas no tengo medallistas olímpicos; pero sí se trata de muchachas y muchachos excepcionales que aun— aparentemente desapercibidos—son tan valiosos como los triunfadores en campeonatos mundiales o juegos Olímpicos”.
¿Tele Rebelde es entonces el lugar donde se hicieron realidad muchos sueños?
“Exactamente el 3 de septiembre de 2013 pisé el ICRT como trabajadora, con la premisa de ser una eterna aprendiz. Definitivamente la televisión y especialmente Tele Rebelde es el lugar donde he encontrado realización en las coberturas periodísticas, en el dialogar con los atletas, en ese conocerlos y estar pendiente de sus proyectos y resultados; verlos crecer, ganar y perder, buscar el plano y la palabra precisos para describir un instante definitorio o intentar obtener el mejor testimonio: todo eso lo he experimentado y es lo más grande que un periodista puede sentir”.
Te vimos recientemente en las transmisiones de las Olimpiadas de Tokio, que durante 24 horas regaló el Canal Tele Rebelde a la afición cubana. ¿Qué tal la experiencia?
“Los Juegos Olímpicos de Tokio han sido esa gran experiencia profesional que esperaba, incluso por encima de las coberturas periodísticas en el exterior, te lo aseguro. Yo estaba acostumbrada hasta entonces a trabajar en programas en vivo, con un teleprompter delante y un guion más que estudiado; pero los Juegos Olímpicos rompen todos los esquemas. No hay tiempo para preparar un guion porque dependes de los resultados en vivo, sobre lo que debes conversar en cámara, analizar, comentar, improvisar… a veces no sabes, realmente la hora en que saldrás en vivo, pues depende del tiempo de competición, por tanto, no puedes planificar qué decir, en tanto un atleta puede romper cualquier pronóstico… eso es un gran reto.
“Por otra parte, los Juegos Olímpicos en lo personal marcaron mi regreso a la pantalla, aunque desde hace ocho meses había retomado mi rutina paulatinamente “tras bambalinas”; luego de dos años fuera por la maternidad, y casi tres sin asomarme a la pantalla me llamaron para ese proyecto al que llegué con los nervios de punta. Sabía que era la oportunidad más grande en mis ocho años de experiencia profesional, y a la vez sabía cuán difícil resultaría, más cuando se trata de la mamá de una pequeña de dos años, que vive sola con su esposo y, aunque no es un impedimento por el gran apoyo familiar que respalda, el tiempo junto a ella durante esos dieciséis días sería muy limitado, y es ahí cuando te cuestionas si puedes o no hacerlo, incluso si quieres o no…pero el sí rotundo de mi esposo fue el principio de una inyección de adrenalina y el voto de confianza necesario.
“Ahora repaso lo vivido y hay cientos de detalles que pudieron perfeccionarse, pero te confieso que a la vez me siento tal cual esos campeones que regresaron con sus medallas, porque pude hacerlo. Sencillamente porque esa conductora que salía maquillada y bien vestida en cámara entre 10 y 11 de la mañana y luego en la tarde, se acostaba el día antes a las 12 de la noche y se incorporaba a las 4 y treinta de la mañana para dejar cada detalle listo de su Karolina, mientras mamá no estuviera. Además, su papá también se levantaba a esa hora para salir a trabajar; tuvo que adelantar sus horarios para poder quedarse al cuidado de la pequeña.
“Fueron días complicados y es la historia que a veces los televidentes te critican y hasta ofenden, pero no tienen idea de cuanto se esconde detrás de cámara. Incluso esos momentos que estaba en casa no dejaba de prepararme, de estudiar y si por demás las pocas horas de sueño coincidían con la actuación de un cubano u otro importante atleta internacional que sabías podía hacer una hazaña, pues había que mantenerse despierta, pues resulta inadmisible no estar al tanto, más si al otro día tienes que amanecer con un comentario al respecto.
“Fueron días difíciles, en los cuales mi retaguardia estuvo ahí, mi esposo, mi suegra, alejada de mi mamá recién operada y no he estado distante de críticas, e incluso de ofensas. De las primeras me he quedado con lo positivo y me harán ser mejor y superarme; de las ofensas, qué decir, me han calado muy profundo; pero he tratado de sobrellevarlas. En Cuba es muy común tener seguidores y detractores en el ámbito deportivo y nosotros los periodistas-comentaristas no escapamos de ello, y más las mujeres.
“Las periodistas deportivas en Cuba y en el mundo siguen siendo estereotipadas. Duele cuando alguien te escribe para hacer resaltar lo lindo del cabello o el vestuario. A un comentarista hombre no se le escribe para eso: a ellos, el público los escucha mientras a nosotras nos miran y estamos más expuestas a que “nos hagan tierra” con nuestros comentarios.
“Y aunque no hay justificación para titubear, usar excesivamente cacofonías… ello también es consecuencia de la poca experiencia, y como mismo el atleta se perfecciona en las competencias, nosotros también necesitamos de esos espacios en vivo para madurar profesionalmente. No obstante, tengo mucho que agradecer a quienes me dieron la oportunidad, sobre todo a los directores Julio César Robles y Luis Feliz Morales, quienes me ofrecieron un lugar importante en las transmisiones del Canal Olímpico 2.
“No tuve el placer de trabajar en el Canal Olímpico 1, donde la infraestructura, el montaje escenográfico y los índices de teleaudiencia eran mayores, pero agradezco muchísimo haber estado sentada en ese rinconcito pequeño en la sala de postproducción, donde incluso la escenografía era virtual, porque allí días mejores que otros pude ser yo, y me sentí útil y valorada.
“Por supuesto, en esta experiencia tengo que agradecer a los hombres que estuvieron a mi lado y que mucho me ayudaron y complementaron, sobre todo a Alejandro Rodríguez y Álvaro Álvarez, jóvenes comentaristas muy profesionales, con mucho conocimiento y dominio, y más experiencia que yo en este tipo de transmisiones”.
Con una experiencia como esta, que indudablemente marcará un antes y un después en el desempeño de Karlienys Calzadilla Padilla, los pasos de esta intrépida profesional se mantienen más sólidos, sobre todo cuando a la par del trabajo ejerce la carrera de la maternidad. Al respecto, comenta que el nacimiento de Karolina la ha convertido en un ser más completo y realizado, anda más motivada y valora especialmente su tiempo porque también de esto depende el futuro de su hija.
Ante la primicia de que hay mucho por superar aún, su voluntad y deseo son tan latentes como la primera vez que pisó el ICRT; a esta institución ha regresado para seguir creciendo.