Mario Masvidal habla sobre su experiencia en el programa después de 15 años
Cuando a Mario Masvidal lo llamaron para conducir el programa Cuerda Viva, hace quince años, la propuesta le pareció demasiado pretenciosa y prefirió ceder el paso a alguien más joven que pudiera tener una imagen más aceptada por el público meta para el cual estaba destinado el espacio.
No obstante, la idea original del proyecto le pareció interesante y su negativa no fue total. Accedió a conducir secciones que pudieran estar vinculadas al objetivo central: promover nuevos talentos de la música cubana en su dimensión más alternativa.
Trabajar en un programa de este tipo, que no contaba con muchos antecedentes en la televisión cubana por los objetivos que se planteaba, siempre constituye un reto. Pero formar parte de un equipo profesional podía ayudar a emprender el camino por una ruta exitosa. Solo el tiempo tendría la última palabra.
En declaraciones a esta publicación, Masvidal confesó que Cuerda Viva se trata de un proyecto concebido por Ana Rabasa, directora del programa, y Caridad Rojas, actual directora de Comunicación de la Televisión Cubana.
El propósito era simple en su concepción, mas un tanto difícil en su consumación: reflejar la música hecha por jóvenes y para jóvenes, representativos de estilos que aunaran géneros y tendencias con escasa presencia en la radio o la televisión.
Pero la música, como toda manifestación artística, presume de estar a la moda. O al menos eso parece. Y un programa de este corte debía responder a estéticas que no podían permanecer fijas en el tiempo.
Por tal razón, Cuerda Viva ha sabido moverse en varios entornos rítmicos que velan, sobre todo, por la calidad de las agrupaciones. Esto es algo un tanto difícil de lograr todo el tiempo, pues se trata de jóvenes que en algunos casos no tienen una formación académica.
“El jazz joven, por ejemplo, ha ido ganando mucho más espacio en el programa porque se ha ido desarrollado de manera muy interesante. Sin embargo, esta tendencia está pasando un poco desapercibida. Yo creo que este género constituye ahora mismo la vanguardia de la música cubana, incluso en su entorno más popular. No es la salsa. ¡Ni siquiera el reggaetón!”, aseguró Masvidal.
Para el conductor, Cuerda Viva ha sabido acompañar el movimiento juvenil musical más destacado y aficionado, aunque puedan presentarse músicos consagrados y bien reconocidos por el público.
“Nosotros cuidamos la estética de los grupos que se presentan y evitamos algunos géneros como el reggaetón. Sin embargo, hay algunas manifestaciones de este género que se han logrado fusionar con otros ritmos y entonces lo hemos incluido de esa manera.
“Eso lo hemos hecho porque tampoco se trata de estigmatizarlo. Aun así hemos cuidado la forma en que lo presentamos, muy sutilmente. Este género tiene sus posibilidades creativas y no es raro ver cómo se puede fusionar muy inteligentemente con la música electrónica o el pop, sin alinearnos con la vulgaridad o el facilismo que generalmente posee”, indicó.
Para algunos críticos de Cuerda Viva el programa ha dejado de ser un espacio alternativo para dar paso a tendencias más comerciales. Pero Masvidal difiere un tanto de este criterio al considerar que en el espacio no hay nada “estrictamente comercial”.
“Creo que ha sido positiva la apertura a otros movimientos musicales. Entiendo que los extremistas no quieren eso. Pero en la música no hay nada estático. Por ejemplo, el rap ha sufrido una contracción, precisamente por el avance del reggaetón. Y hubo raperos que emigraron al reggaetón. Sin embargo, el rap tiene un sentido de denuncia y crítica que es muy positivo.
“En el programa nunca vamos a satisfacer a todo el mundo. Hemos intentado que no sea un espacio de dinosaurios porque podemos quedarnos anclados. Su existencia ha movido el interés de algunos que tenían pensado crear, por ejemplo, un grupo de rock, y no lo habían hecho. Una vez que ven la posibilidad de presentarse en Cuerda Viva terminan por conformar el grupo o concebir su propio proyecto”, destacó.
Masvidal manifestó, además, que una de las deficiencias que ha tenido el programa ha sido el cambio constante de conductores, pues cada persona se mueve en una tesitura muy diferente.
“Hay quienes ven eso como una ventaja. Yo no lo considero así. Sin embargo, puede destacarse como positivo el hecho de que no se centra solamente en las propuestas de La Habana. Esa es una tendencia muy negativa de la televisión nacional. Incluso, hemos viajado alas demás provincias, pero en pocas ocasiones porque tenemos recursos limitados”, señaló.
Según Masvidal, los festivales y las galas dan mucho trabajo, pero permiten dejar un registro juvenil de gran parte de la música cubana de estos años.
“Creo que los musicólogos tendrán mucha referencia a partir de nuestro trabajo. Hay músicos que no han salido en otros programas de televisión, lo cual es malo para ellos, pero es motivo de orgullo para nosotros. Cuerda Viva ha sido el trampolín, la vitrina de muchos artistas”, destacó.