Entrevista con Erdwin Vichot, laudista que aparece cada domingo en el programa Palmas y Cañas

Laudista acompañante y pedagogo, así define la enciclopedia cubana Ecured a Erdwin Vichot Blanco. Pero él es mucho más. Cuando le vemos en cualquier espacio de la televisión cubana (muchas veces en el estelar campesino Palmas y Cañas) apreciamos todo su talento. La misma Ecured afirma que Vichot ha sido considerado por el periódico El Ideal, de España, como “el Jimmy Hendrix del laúd”. Se graduó en la Escuela Nacional de Instructores de Arte y en el Centro Nacional de Superación Artística. El propio artista nos ofrece otros detalles.

Tu nombre es habitual y necesario en la música cubana actual. ¿Por qué tocar el laúd en un país donde hay tantos laudistas? ¿Es agradecido el instrumento?

-No creo que pueda haber muchos laudistas, para mí un músico debe ser integral y tocar de todo, no solo música campesina. Y si el instrumento está para ser tocado, las limitantes somos nosotros que debemos ser capaces de estudiar y hacerlo sonar como queramos en todo.

Toco, porque lo que toco,

lo estudié sin descansar,

perseveré igual que el mar,

rompe el risco, poco a poco,

preguntaba como un loco,

sin coordinar mis asuntos.

Pero hoy que enlacé los puntos

cardinales del sonido,

sin hacer un solo ruido

me toca, y tocamos juntos*.

¿Quién te ha servido de inspiración?

-Me he inspirado en muchos, principalmente en Raúl Lima.

Los músicos, como los pintores, por ejemplo, poco a poco van encontrando su estilo, su particular forma de ver y hacer la música. ¿Encontraste ese pedacito tuyo?

-Lograr un estilo es algo difícil, pero en mi caso creo que sí, ya que, por la forma de tocar, el sonido logrado, las personan me reconocen, y soy también un referente de las nuevas generaciones.

Se hace repetido, a veces, escuchar a los músicos que no viven en la capital, quejarse de las pocas posibilidades en cuanto a presentación, grabación de discos… ¿También es tu caso?

-Yo he participado en más de 50 discos, eso está en la oferta y demanda que depende mucho de tu calidad sin importar el lugar de origen, solo la calidad te hace trascender tus fronteras.

Participas en la última producción discográfica de María Victoria, quien alabó muchísimo tu participación… ¿Qué sientes cuando se habla así de tu trabajo? ¿Eres inconforme con lo que haces?

-A todos nos gusta ser reconocidos, es el resultado de tu sacrificio, esfuerzo y para mí es una carrera donde se aprende siempre, hay que estudiar y estar actualizado.

Toco, porque lo que toco,

me toca y tocamos juntos,

y mi laúd muestra asuntos

de un contenido barroco.

Aunque me tilden de loco,

toco como lo soñé,

y aquí me encuentro de pie,

con ganas de interpretar,

y no toco por tocar

porque toco lo que sé*.

En una de tus décimas dices que tu laúd “muestra asuntos de contenido barroco”. Explícame eso.

-El barroco es un estilo que duró muchos años y el laúd fue muy importante en esa época, es un estilo cargado de ornamentos, adornos en todas las manifestaciones, sea música, pintura, etc.

Y ahora que me refiero a las décimas, ¿hay un escritor por ahí a punto de salir o ya salió?

-Siempre me ha gustado escribir y hacer décimas, sé muy bien su estructura, creo que un laudista, mientras más sepa de la décima, mejor la acompaña.

Las cuerdas con voz de acero

y un lenguaje de sonidos,

penetran por mis oídos

conversando el año entero.

Soy como siempre, el primero

que me llega a lo más hondo,

y a veces cuando me escondo

detrás de sus resonancias,

sin intermediar distancias

me llaman y les respondo*.

Sé también que no te quedas con todos los conocimientos, sino que contribuyes a la formación de los demás. Háblame del Erdwin profesor.

-Desde mis inicios he trabajado dando clases, tanto en la casa de cultura, como en las escuelas de arte… He dado conferencias y talleres por todo el país y fuera de él también, en diferentes eventos.

Aunque se te ve en Palmas y Cañas, por ejemplo, no solo haces música campesina, sino que te mueves en otros géneros. Erdwin, ¿qué pasa con esos muchachos que se apartan de nuestros ritmos y se concentran en sonidos tan superficiales? ¿Poca divulgación, poco estudio? Si existen tantos muchachos buenos salidos de nuestras academias, ¿por qué se ven tan poco? ¿Qué crees de todo esto?

-Creo que a la formación académica le falta mucho en sus programas que son, por decirlo de alguna manera, muy clásicos, y de la misma forma que se estudia a los clásicos, creo que también debemos estudiar nuestros populares que han dejado un legado; de lo contrario, si esto no está en los programas de evaluación, el estudiante no lo estudia. También es un interés muy personal de cada cual, pero en las escuelas no todos los graduados son creadores, otros son promotores y así no siempre tenemos los mejores profesores, por lo que es más difícil transformar que formar.

Por último, háblame de tu Artemisa, esencialmente de Bauta ¿Es allí donde realmente puedes hacer musicalmente todo lo que quieras?

-Nací en Corralillo, en la mesa de mi casa con una comadrona, o sea, soy verdaderamente de aquí y eso me hace sentir originario de Bauta, de Artemisa. Pero la creación no depende de eso, nadie es profeta en su tierra, aquí es donde menos me reconocen.

(Se ríe).

En un rincón de la historia

ya tengo laúd y verso,

laúd, por músico terso,

y verso por mi memoria.

Mi victoria, es la victoria

de un laúd bien barnizado

y de un verso perfumado,

y aunque me cueste su espera,

hasta la historia quisiera

laúd y verso a su lado*.

 

*Décimas escritas por Erdwin Vichot

Título: Cuando el Jimmy Hendrix cubano “suena” en la televisión

Sumario: Entrevista con Erdwin Vichot, laudista que aparece cada domingo en el programa Palmas y Cañas

Por Jaime Masó Torres

Fotos: Tomadas del perfil de Erdwin Vichot en Facebook

Laudista acompañante y pedagogo, así define la enciclopedia cubana Ecured a Erdwin Vichot Blanco. Pero él es mucho más. Cuando le vemos en cualquier espacio de la televisión cubana (muchas veces en el estelar campesino Palmas y Cañas) apreciamos todo su talento. La misma Ecured afirma que Vichot ha sido considerado por el periódico El Ideal, de España, como “el Jimmy Hendrix del laúd”. Se graduó en la Escuela Nacional de Instructores de Arte y en el Centro Nacional de Superación Artística. El propio artista nos ofrece otros detalles.

Tu nombre es habitual y necesario en la música cubana actual. ¿Por qué tocar el laúd en un país donde hay tantos laudistas? ¿Es agradecido el instrumento?

-No creo que pueda haber muchos laudistas, para mí un músico debe ser integral y tocar de todo, no solo música campesina. Y si el instrumento está para ser tocado, las limitantes somos nosotros que debemos ser capaces de estudiar y hacerlo sonar como queramos en todo.

Toco, porque lo que toco,

lo estudié sin descansar,

perseveré igual que el mar,

rompe el risco, poco a poco,

preguntaba como un loco,

sin coordinar mis asuntos.

Pero hoy que enlacé los puntos

cardinales del sonido,

sin hacer un solo ruido

me toca, y tocamos juntos*.

¿Quién te ha servido de inspiración?

-Me he inspirado en muchos, principalmente en Raúl Lima.

Los músicos, como los pintores, por ejemplo, poco a poco van encontrando su estilo, su particular forma de ver y hacer la música. ¿Encontraste ese pedacito tuyo?

-Lograr un estilo es algo difícil, pero en mi caso creo que sí, ya que, por la forma de tocar, el sonido logrado, las personan me reconocen, y soy también un referente de las nuevas generaciones.

Se hace repetido, a veces, escuchar a los músicos que no viven en la capital, quejarse de las pocas posibilidades en cuanto a presentación, grabación de discos… ¿También es tu caso?

-Yo he participado en más de 50 discos, eso está en la oferta y demanda que depende mucho de tu calidad sin importar el lugar de origen, solo la calidad te hace trascender tus fronteras.

Participas en la última producción discográfica de María Victoria, quien alabó muchísimo tu participación… ¿Qué sientes cuando se habla así de tu trabajo? ¿Eres inconforme con lo que haces?

-A todos nos gusta ser reconocidos, es el resultado de tu sacrificio, esfuerzo y para mí es una carrera donde se aprende siempre, hay que estudiar y estar actualizado.

Toco, porque lo que toco,

me toca y tocamos juntos,

y mi laúd muestra asuntos

de un contenido barroco.

Aunque me tilden de loco,

toco como lo soñé,

y aquí me encuentro de pie,

con ganas de interpretar,

y no toco por tocar

porque toco lo que sé*.

En una de tus décimas dices que tu laúd “muestra asuntos de contenido barroco”. Explícame eso.

-El barroco es un estilo que duró muchos años y el laúd fue muy importante en esa época, es un estilo cargado de ornamentos, adornos en todas las manifestaciones, sea música, pintura, etc.

Y ahora que me refiero a las décimas, ¿hay un escritor por ahí a punto de salir o ya salió?

-Siempre me ha gustado escribir y hacer décimas, sé muy bien su estructura, creo que un laudista, mientras más sepa de la décima, mejor la acompaña.

Las cuerdas con voz de acero

y un lenguaje de sonidos,

penetran por mis oídos

conversando el año entero.

Soy como siempre, el primero

que me llega a lo más hondo,

y a veces cuando me escondo

detrás de sus resonancias,

sin intermediar distancias

me llaman y les respondo*.

Sé también que no te quedas con todos los conocimientos, sino que contribuyes a la formación de los demás. Háblame del Erdwin profesor.

-Desde mis inicios he trabajado dando clases, tanto en la casa de cultura, como en las escuelas de arte… He dado conferencias y talleres por todo el país y fuera de él también, en diferentes eventos.

Aunque se te ve en Palmas y Cañas, por ejemplo, no solo haces música campesina, sino que te mueves en otros géneros. Erdwin, ¿qué pasa con esos muchachos que se apartan de nuestros ritmos y se concentran en sonidos tan superficiales? ¿Poca divulgación, poco estudio? Si existen tantos muchachos buenos salidos de nuestras academias, ¿por qué se ven tan poco? ¿Qué crees de todo esto?

-Creo que a la formación académica le falta mucho en sus programas que son, por decirlo de alguna manera, muy clásicos, y de la misma forma que se estudia a los clásicos, creo que también debemos estudiar nuestros populares que han dejado un legado; de lo contrario, si esto no está en los programas de evaluación, el estudiante no lo estudia. También es un interés muy personal de cada cual, pero en las escuelas no todos los graduados son creadores, otros son promotores y así no siempre tenemos los mejores profesores, por lo que es más difícil transformar que formar.

Por último, háblame de tu Artemisa, esencialmente de Bauta ¿Es allí donde realmente puedes hacer musicalmente todo lo que quieras?

-Nací en Corralillo, en la mesa de mi casa con una comadrona, o sea, soy verdaderamente de aquí y eso me hace sentir originario de Bauta, de Artemisa. Pero la creación no depende de eso, nadie es profeta en su tierra, aquí es donde menos me reconocen.

(Se ríe).

En un rincón de la historia

ya tengo laúd y verso,

laúd, por músico terso,

y verso por mi memoria.

Mi victoria, es la victoria

de un laúd bien barnizado

y de un verso perfumado,

y aunque me cueste su espera,

hasta la historia quisiera

laúd y verso a su lado*.

 

*Décimas escritas por Erdwin Vichot

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