Tony Angelino oculta, en un constante bromear, la sensibilidad que le provoca hablar de sus compañeros más admirados y cómo se han vuelto familia después de años de labor.

Hijo de un experimentado camarógrafo, Angelino Batista, quien comenzó en Facilidades de la CMQ, Tony no se decidió por las cámaras, sino por las zapatillas de baile. Sus años de bailarín de espectáculos en el hotel Riviera quedaron atrás y encontró en el maquillaje y la peluquería una prolongación de sus necesidades artísticas. En estas funciones, trabajó en distintas compañías teatrales, entre las que podemos mencionar el Teatro Musical de La Habana, El Estudio Lírico Alina Sánchez y el Teatro El Público, a la vez que continuó, simultáneamente, su labor en el mundo del espectáculo, explorando todas las posibilidades del maquillaje de fantasía, dando riendas sueltas a la imaginación.

En la televisión, comienza en el programa Contacto, junto a Hilda Rabilero en los años 80; mientras que el rigor de profesionales como Asela Lorenzo, Teresita Silva y Pedro Oramas, marcaron para él altos estándares de calidad a igualar. Siempre contó con el ojo profesional paterno e intentó emular su prestigio dentro del medio al dominar las peculiaridades del maquillaje televisivo.

Ser merecedor de 17 Premios Caracol se entiende en este profesional que no deja de estudiar y conserva montones de revistas y otros materiales, para estar actualizado con las técnicas más modernas y, a la vez, ser riguroso al asumir trabajos de época.

Dice detestar los maquillajes de payaso y las heridas, sin embargo, hasta con la credibilidad de estas últimas, logró ser premiado en el Concurso de Televisión convocado por la UNEAC. Recuerda con cariño otros trabajos significativos, como el telefilme Los colores de la vida, dirigido por el desaparecido director Miguel Sosa, y el infantil Claro, Clarita.

Al indagar sobre las interioridades de su oficio, se refiere al valor de la observación y a la complejidad de la peluquería y al arte de los postizos, barbas, pestañas y otros, sobre todo por lo imprescindible de recursos, cada vez más escasos, para desplegar una labor efectiva.

Angelino insiste en la inventiva personal para superar esas carencias, que se resuelven más fácilmente en las temáticas contemporáneas, y resalta la contribución de una buena iluminación para lograr la terminación exitosa del maquillaje, el cual favorece la proyección del mensaje que trasmite la obra.

Como maquillador no le gustan los excesos, ni emplear cantidades exageradas de producto; su fórmula es: Menos, es más. Se plantea como propósito que, al maquillar y peinar al actor, cantante, personalidad pública, se sientan tranquilos, relajados, sin otras preocupaciones, e intenta que la imagen final sea agradable, creíble y que aporte a la construcción del personaje. En su apreciación personal, otros colegas de profesión también debían recibir los reconocimientos que merecen.

Entre las realizaciones que más le han retado, evoca a Salir de Noche por estar enmarcada en el mundo de la moda y las exigencias de su visualidad, Al Compás del Son por el trabajo de época, Donde hay hombres no hay fantasmas por la gran satisfacción de coincidir con Lolina Cuadras, quién valorizó mucho su labor, y la labor con queridas actrices como Zenia Marabal, Diana Rosa Suárez e Irela Bravo.

Hace 7 años que Tony Angelino se mantiene haciendo series y telenovelas, pasando año tras año junto a su equipo, celebrando cumpleaños en medio de las filmaciones, en ese pequeño mundo familiar que se crea en el set de grabación. Ha compartido sus conocimientos y alaba los trazos y la disposición de sus más cercanos discípulos.

Tony guarda recuerdos maravillosos después de trabajar 30 años estrechamente con Rosa Fornés, describiéndola como una mujer llena de bondad y una actriz extraordinaria, a la cual también acompañó en el cine, en Las Noches de Constantinopla y Plácido. Considera que trabajar con ella marcó un salto de madurez en su carrera y un motivo de orgullo, conservando fotos y recuerdos de la artista a la que quiso entrañablemente.

Atesora haber contribuido al esplendor de otras estrellas como Elena Burque, Lourdes Torres, Maureen Iznaga y su íntima amiga, la actriz Coralita Veloz.

Su mayor satisfacción es que los intérpretes se sientan felices con su imagen. Lo primero que percibes de Tony es su humor desafiante, pero hurgando más puedes percatarte de cuantos sentimientos esconde y el anhelo futuro de recorrer la ciudad sin obligaciones, ni responsabilidades, aun cuando después de hacerlo, regrese a la vorágine de las filmaciones.

Cuanta magia en sus manos, en todas esas creaciones que lo hicieron Artista de Mérito.

 

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