Descubrir en cada escena el talento y calidad histriónica de la actriz Giselle Sobrino, es una de las tantas satisfacciones que nos ha proporcionado la actual telenovela cubana Vuelve a Mirar. Después de pequeñas apariciones en la pequeña pantalla, llegó Alina, un personaje controvertido que ha desatado diversidad de opiniones en torno a su proceder en la solución de los conflictos familiares en los que se desarrolla.

Muchos ven en Alina a una mujer soberbia, mentirosa y manipuladora; mientras que no pocos televidentes, bajo la máxima de que “el fin justifica los medios”, se identifican con la madre de familia que es capaz de todo por asegurar la estabilidad de un hogar ya resquebrajado.

Entonces, ¿es Alina un personaje negativo o positivo? La propia Giselle nos ofrece su percepción como actriz: “Yo veo a Alina como un personaje real, lleno de luces y sombras. Demasiado impulsiva, alguien que se encapricha por algo y con tal de conseguirlo no mide consecuencias. Es egoísta, miente y también manipula, pero sobre todas las cosas, ama a su esposo e hijos, y cree en la estabilidad del hogar por encima de valores, por encima de su propia dignidad. Yo no la juzgo, para mí no es buena ni mala, es solo alguien que mira la vida a partir de lo que cree importante, que no es más que la familia que ha construido.”

¿Cómo llegas a esta telenovela?

“Tanto Oigres Suárez, productor general, como Eunice Peña, también productora de la telenovela, le habían hablado a Fiallo de mí, y Julio César Ramírez me conoce porque soy actriz suya. Con Oigres había trabajado hacia muy poquito y Eunice me conocía del teatro. Entonces me convocaron y fui, luego, a los días, me llamaron para regalarme a Alina.”

Háblanos de tu relación tras las cámaras con el resto del elenco, en especial con los actores que interpretaron a tu familia. ¿Cómo fue posible esa conexión entre ustedes que se ve reflejada en la telenovela?

“No puedo hablar solo del elenco sin mencionar al equipo técnico que tanto me ayudó, así como todos los actores con los cuales coincidí en escena o set. Creo que lo más importante ocurrió tras las cámaras, la buena energía, la alegría aun en el cansancio. Esas conversaciones después de almuerzo con Roberto Salomón y Osvaldo Rojas (mi esposo y mi suegro en la telenovela), marcaron la relación sólida que luego se ve reflejada en pantalla y a los cuales les agradezco infinitamente por todo el apoyo que me dieron.

“Al ser mi primer trabajo grande en TV, estaba muy insegura. Un día Fiallo, quien supo guiarme de manera tan sutil, y al cual quiero agradecerle siempre, se me acercó y me dijo que todo eso por lo que yo estaba pasando se lo estaba transmitiendo al personaje, que también es inseguro, que también está desesperado. Y ahí está el personaje, gracias a todos ellos.”

¿Le puedes dar algún adelanto a los televidentes de lo que nos depara Alina más adelante en la telenovela?

“Sí, claro. Alina va a generar más opiniones encontradas, más confusión y una mayor aproximación a la realidad de nuestros días. Solo eso les puedo decir.”

 Giselle Sobrino junto a los actores Roberto Salomón y Osvaldo Rojas en la telenovela Vuelve a Mirar (Foto: Tomada de Facebook).

Hasta el momento, Vuelve a Mirar es el trabajo más abarcador que la actriz ha realizado en televisión. Con Ernesto Fiallo y Julio César Ramírez volverá a repetir en Los hijos de Pandora, la nueva telenovela bajo la dirección de esta respetable dupla.  

Su incursión en el medio es reciente, con papeles en el docudrama De Mantova a Mantua, bajo la dirección de María Jauma y Taisia Domínguez; además de dos Tras La Huella, ambos dirigidos por Omar Alí: La Ruta y Feliz Cumpleaños. Sin embargo, Giselle tiene una vasta trayectoria sobre las tablas, donde ha interpretado importantes personajes de la escena teatral cubana y universal.

Graduada de la Escuela Nacional de Arte (ENA) en 2003 y del Instituto Superior de Arte (ISA) en 2010, y en el cual funge actualmente como profesora, Giselle Sobrino ha dejado grabada su impronta en prestigiosas compañías teatrales como Estudio Teatral La Chinche, El Público, Hubert de Blanck y finalmente Teatro D’Dos, donde lleva casi diez años, bajo la dirección del también actor Julio César Ramírez.

¿Siempre quisiste ser actriz? ¿Cómo descubriste que la actuación era tu camino?

“Sí, siempre quise ser actriz. De niña declamaba poemas afrocubanos que me enseñaba mi abuela materna; ella con sus 93 años sigue siendo una magnífica declamadora. Siempre estaba tras las representaciones de obras teatrales, tanto en el teatro como en la iglesia, en las cuales participaba al igual que en la escuela. Me fascinaba estar en el Teatro Principal de Sancti Spíritus y observar cómo creaban. Un día me enteré de que iban a hacer pruebas de captaciones para la ENA y dejé el preuniversitario para prepararme. Aun sabiendo que era muy difícil, siempre tuve la certeza de que ese era mi camino.”

¿Qué te generan las tablas? ¿Te sientes más cómoda en este medio o prefieres otro?

“El teatro es mi segunda casa, soy yo en toda mi expresión. La televisión tiene la magia de la inmediatez, algo que me es nuevo y que estoy disfrutando muchísimo. Pero mi centro es el teatro y siempre vuelvo a él, aun cuando no estoy en algún proceso pienso personajes, los estudio, creo un plan para ellos. Por muchos años lo hice con la Clitemnestra del texto Jardín de Héroes, de Yerandy Fleites; hasta que, en 2018, Julio César Ramírez junto a Teatro D’Dos me cumplió el sueño de poder interpretarla. Se cumplían 12 años de yo haber estrenado ese mismo texto bajo la dirección de Lizette Silverio con Estudio Teatral La Chinche, esa vez encarnando a su Electra y enamorándonos. Así que el teatro también es mi historia de amor.”   

¿Qué significa para ti el nombre Kassandra?

Kassandra, de Sergio Blanco, es un regalo que me hizo Abel Gonzáles Melo al ponérmela en las manos y al confiar en que en once días podíamos estrenarla. Y así fue. Es un monólogo, mi primer y único monólogo hasta el momento. Está totalmente escrito en inglés, inglés de supervivencia, pero inglés; y yo lo entiendo, pero lo hablo muy poquito, por lo que el reto fue aún mayor.

“Es un personaje que siempre está en mi vida y que me ha regalado mucho, el lujo de pertenecer a esa hermandad de las Kassandras de Sergio Blanco que hay por el mundo, de ser su Kassandra cubana. Con ese personaje obtuve el Premio de Actuación Adolfo Llauradó y un amplio reconocimiento de la crítica especializada y del público, tanto en Cuba como en el extranjero. A Kassandra pienso volver una y otra vez, es un personaje al que pienso volver siempre.”

 

 Giselle Sobrino interpretando a Kassandra (Foto: Tomada de Facebook)

Háblame de tu trabajo como profesora del ISA. ¿Cómo valoras a estas nuevas generaciones de actores?

“Me encanta impartir clases, llevo siete años enseñando actuación a los estudiantes del Curso para Trabajadores en el ISA. Hacerlo para mí es un reto y a la vez un autoaprendizaje. Me gusta crear una comunidad con mis estudiantes, investigar cuáles son las tendencias con las que se enfrentan a la hora de trabajar; no podemos estar de espalda a los tiempos que corren, por lo que busco materiales que van desde los clásicos hasta los contemporáneos, que les permitan interactuar con varios modelos de actuación.

“Ellos me aportan tanto a mi proceso creativo, como yo al de ellos. Me gusta que me vean como una colega, como alguien que siempre está presente. En estas nuevas generaciones hay mucho talento y muchas ganas de hacer, creo que es nuestro deber apoyarlos y a la vez retroalimentarnos de ellos.”  

Recientemente hemos podido disfrutar de tu actuación en la retransmisión de dos capítulos de Tras la Huella, ¿Asumes estos pequeños papeles con la misma fuerza y compromiso que otros de mayor complejidad?

“Todos los trabajos los asumo igual. Algunos personajes tienen más complejidad que otros, lo que cambia es la investigación, pero las ganas y la importancia que les doy es la misma. En estos momentos soy parte de la realización de un cuento que dirige Mariela López Galano, donde interpreto un personaje muy pequeño que me tiene llena de ilusión. Creo que no hay personajes pequeños, solo hay personajes.”

 

Giselle Sobrino y su familia en la ficción en Vuelve a Mirar (Foto: Tomada de Facebook)

¿Qué necesita Giselle Sobrino para asumir un personaje? ¿Cómo es tu proceso creativo una vez que aceptas interpretarlos?

“Lo único que necesito es que me mueva, si lo hace, pues ya está. Todos los procesos creativos son diferentes. Depende del personaje, pero lo que siempre hago en cualquier medio es enmarcar los sucesos y de ahí en adelante comienzo una investigación que puede tener diversos niveles de complejidad. También dejo una parte a la intuición, los dejo caminar y los acompaño.”

¿Qué crees que te falta por hacer? ¿Con qué sueñas?

“Creo que me falta mucho por hacer, quiero formar parte de proyectos que me hagan soñar, poder trabajar personajes bien diferentes unos de otros. Personajes desde una Lady Macbeth, con todas las herramientas y esplendor del teatro, hasta una sencilla mujer con sus conflictos detrás de una cámara. Y sueño con ver y seguir disfrutando de mi familia en medio de todo eso”.

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