La investigación histórica demuestra que muchas de las prácticas televisivas actuales provienen de los primeros años de nuestra historia fundacional.
El interés de la Industria Cultural norteña por el mercado hispanoparlante data de los lejanos años 30, cuando en nuestras locaciones se realizaron las primeras coproducciones cinematográficas grabadas en inglés y en español. En 1937, un consorcio norteamericano intentó infructuosamente convertir a Radio Progreso en plataforma de lanzamiento regional de sus radionovelas.
Nuestra primera televisora (UNION RADIO TV. Canal 4) propagó un vasto catálogo[1] de producciones fílmicas nacionales y foráneas, y lo mismo hizo CMQ TV (Canal 6) poco después. Pero sería CMBF TV (Canal 7) –tras convertirse, desde 1953, en el más importante soporte de los disímiles contenidos, formatos y modos de emisión de la filmografía- [2] quien expandiría estas producciones. Sus exitosas prácticas fílmicas se esparcieron en lo adelante, en todo nuestro sistema televisivo.
Los primeros productos fílmicos foráneos difundidos en esta televisora nos llegaban en cintas cinematográficas reversibles llamadas kinescopios.
Hubo que esperar hasta 1957 para operar el Sistema sobre el horizonte –OTH son sus siglas en inglés-, el cual permitía el intercambio directo de imágenes en movimiento en tiempo real, entre Estados Unidos y Cuba, sin satélites de comunicación.
CMBF TV realizó producciones fílmicas propias y dobló al español múltiples cortos, series, noticieros y largometrajes de Norteamérica.
Su aparente independencia administrativa, funcional y financiera, no era real pues se subordinaba al Canal 6 (CMQ TV), afiliado a la NBC norteña. Esta circunstancia le impuso simultanear, en sus emisiones, los audiovisuales estadounidenses que habían sido doblados al español en Norteamérica y los que los cubanos procesaban en La Habana.
Los productos norteños exhibidos en Cuba adquirían valor agregado porque preveían replicarse en América Latina. En su mayoría, estos espacios dedicados a las producciones fílmicas norteñas eran patrocinados por las transnacionales.
Ejemplos:
- CHRISTIAN y MISTERIOS DE LA CIENCIA.- Refresco PEPSI COLA-.
CLAVE 3. -RON BACARDI y Cerveza HATUEY (Cuba).
[3]FURIA. -Firma cubana MALTA HATUEY-.
PATRULLA DE CAMINOS. -Electrónica RCA y refresco PEPSI COLA-.
TOMBSTONE ARIZONA. -BRISTOL MYERS. (Talco MENEM y desodorante MUM)-.
DOUM EL AVIADOR. -Detergente ACE y un cereal norteño-.
RECUERDE UD. –Gasolinera SHELL-.
CINE REVISTA. -Refresco CANADA DRY-.
Mr. GARDEN. –Cuchillas GILLETE-.
JIM DE LA SELVA (Electrónica EMERSON).
CINEMA SHOWCASE. (Cigarros LUCKY STRIKE).
ESPERE LO INESPERADO. (MALONE SPRING AIR).
I LOVE LUCY. (Insecticida BLACK FLAG y betún GRIFFIN).
Para 1958, pese a las divergencias en las esencias culturales de ambos países, la prensa habanera comentaba la creciente filmografía foránea exhibida en Cuba que -por su menor costo[4] y profusión- amenazaba con desplazar a los productos nacionales, cuya producción en vivo propia encarecía la gestión y ponía en riesgo la estabilidad del rating televisivo.
El fenómeno fue tan intenso que ni el hegemonismo norteño predominante en Cuba pudo evitar que nuestra prensa demandara una ley donde se equilibrara la emisión de la filmografía televisiva foránea y la nacional.
Aquellas aguas trajeron estos lodos.
[1] Noticiario, largometrajes, series de ficción, animados infantiles, reportajes sobre sucesos cotidianos, eventos deportivos y espectáculos televisivos y culturales.
[2] Su vasta y variada filmoteca –valorada en $400.00- fue considerada la mejor de América Latina. Periódico INFORMACION. 1, 8 y 13 de marzo de 1957.
[3] Clientes de la agencia OTPLA
[4] Cada episodio de producción propia en horario estelar oscilaba entre $25,000 y $30.000.