En 1959, al triunfo de la Revolución, Cuba era, además del polo radial-televisivo regional el de la comunicación comercial,  la investigación sociológica- psicológica aplicada a los medios de comunicación y a la opinión publica.

El sistema mediático electrónico e impreso con fines comerciales y el resto de la Industria Cultural no solo se sustentaban en la comunicación sino que poseían íntimos y múltiples vínculos con los principales productores, los anunciantes, las agencias de investigación; sinergia mutua que propulso una amplia efectividad y resonancia mercantil y social.

Como en muchas otras esferas de la sociedad, primero aprendimos sus códigos básicos de los norteamericanos y muy pronto, en transculturación ya cotidiana, se consolido no solo como una gestión económica sino también como un reservorio creativo que alcanzo gran auge, esplendor, estilo y singularidad.  

A fines de los años 50 del pasado siglo, La Habana exportaba productos fílmicos- televisivos a Norteamérica, sus publicistas impartían clases en las principales  capitales de América Latina donde por añadidura,  establecían filiales de las agencias habaneras.

Una de las figuras mas representativas de esta hornada de mujeres y hombres publicistas fue Raúl Gutiérrez Serrano: filósofo, pedagogo, poeta, publicista e investigador notable que transito del doctorado en Derecho, Filosofía y Letras a las Cátedras de Psicología en el Instituto de segunda enseñanza de Santiago de Cuba -su ciudad natal- y del municipio habanero de Marianao y de ahí, se proyecta hacia la investigación en comunicación.  

Antes de 1959, Gutiérrez participa en importantes entidades comunicativas que comúnmente se denominan publicitarias aunque asumen además las funciones de una agencia integral de investigación en comunicación; asesora o lidera organizaciones vinculadas a la radiodifusión y realiza aportes trascendentes a la generalización, consolidación y aplicación de las investigaciones sociológicas y psicológicas en las esferas simbólicas, mercantiles y políticas del país.

Para 1945, alterna la docencia en la Universidad de La Habana con la dirección técnica del Departamento de Investigaciones de la agencia Mestre y Co.,[1] quien le propicia estudiar Psicología aplicada con  los ya famosos investigadores Lazerfeld y Garrett;  en EE.UU. Al retornar a Cuba, aplica las técnicas, equipamientos, herramientas y practicas investigativas aprendidas.  

Desde 1946, integra la Comisión Asesora de Radio,  que dirige los surveys de audiencia, gusto o popularidad de la programación y por varios años consecutivos – con el patrocinio de la Revista Bohemia- [2]divulga los resultados de sus encuestas de opinión pública sobre las candidaturas presidenciales. La creciente coincidencia de los pronósticos con la realidad  aumenta su reconocimiento nacional y en Las Américas y muy pronto se convertirá en uno de los principales expertos de nuestro continente.

En la propia Bohemia, a partir de 1947, publica un survey  mensual sobre temáticas de interés popular como el tema de los tranvías a la par que integra la Comisión asesora del sistema radial  e integra el claustro del Curso de Psicología Aplicada y de Técnica de Propaganda, en la Escuela de Verano de la Universidad de La Habana.  [3]

Para 1950, en la OTPLA  -Organización Técnica Publicitaria Latinoamericana- para la cerveza Hatuey;  [4]- producto nacional de impacto internacional- crea la famosa divisa: ¡Que suerte tiene el cubano ¡,  popularizada por el locutor Manolo Ortega.

Ese año, los resultados del  survey nacional sobre las elecciones presidenciales que Gutiérrez lidera, impacta como nunca antes los medios de comunicación y a la sociedad cubana al revelar que: el 26.25 % de los encuestados a nivel nacional apoyan al senador Eduardo Chibás Rivas como Presidente en los siguientes comicios,  frente al 1.49 % del reaccionario Sánchez Arango.

Dos hechos vinculados a esta investigación marcaran nuestra historia nacional: el suicidio publico de Chibas[5] durante su habitual intervención en el estudio de CMQ Radio y el  golpe de Estado militar de Fulgencio Batista,  que truncan la tendencia popular detectada en el survey, interrumpela constitucionalidad en el país y finalmente desemboca en una sangrienta tiranía.   

También durante ese año de 1950, Gutiérrez inaugura los estudios cualitativos de los programas radiales donde aplica diversos medios auxiliares y técnicos novedosos para esas funciones como el polígrafo. Un año mas tarde, asume la Dirección General de la OTPLA; dirige la Comisión de Análisis del Departamento de Investigaciones radiales en la Asociación de Anunciantes de Cuba y entre otros surveys, realiza el de la guerra entre Corea y EE.UU.  El 20 de mayo de ese año aparece su caricatura en La figura de la semana,  de esa propia revista

En 1953, comparte otra agencia comunicativa junto a los Mestre Espinosa, esta vez en Publicidad Mestre-Conill y Co. Por si fuera poco dirige el Instituto cubano de Opinión Pública y Psicología Aplicada –ICOPPA-.

Por ello no extraña que en 1954, sea electo Director de la Escuela. Nacional de Publicidad cubana desde la cual despliega múltiples acciones, como los cursos de la disciplina en la Cervecería Modelo Hatuey.

Entre el 15 y el 16 de octubre de 1955, preside el I  Congreso de Agencias de Anuncios de Cuba, al que son invitados altos ejecutivos de importantes transnacionales estadounidenses, la mayoría de ellos con estrechos vínculos con los hermanos Mestre. Cuando ese año se reanuda la intensa polémica mediática sobre los surveys, una vez más,  Gutiérrez comparece como analista del tema en el programa televisivo La Mesa Redonda. 

En marzo de 1958, la Asociación de anunciantes, lo reelige en ausencia.  El triunfo de la Revolución, trasforma radicalmente el universo comunicativo cubano:  Durante las primeras semanas de enero de 1959, la radiodifusión comercial en La Habana, donde se concentran las emisoras de alcance nacional, protagoniza una alianza espontánea e inédita en empresas competidoras del capital privado:

Se rompe la habitualidad de la programación patrocinada por firmas o anunciantes, se eliminan los mensajes comerciales y se brinda una cobertura gigantesca e ininterrumpida al suceso del triunfo rebelde y de la primera etapa del Gobierno Revolucionario que desembocara- mucho antes de la transferencia de los medios de comunicación al Estado- en la inauguración o prioridad de nuevas temáticas en los mas diversos géneros.

Desde los primeros meses de 1959, Gutiérrez dicta algunas conferencias y prepara para su presentación ante las  agencias de publicidad  a fines del año nuevas propuestas de programas radiales-televisivos.

 En 1961, un año después de culminar el transito de los medios de comunicación al Estado, se realiza una prueba sorprendente al emitir la programación televisiva de un día completo sin difundir mensajes comerciales. Su impacto social es tal, que el Estado decide prescindir totalmente de esta comunicación en el sistema mediático nacional. 

El andamiaje de la Industria Cultural cubana, centrado en la radiodifusión se desmorona. Tras la radicalizarse del proceso y la nacionalización de las empresas extranjeras en el país, las transnacionales  norteamericanas de la comunicación cierran sus filiales habaneras y tras ellas, emigran muchos ejecutivos o publicistas nacionales del sector nacionales.

En esa coyuntura, el prestigio continental de las pericias múltiples de Raúl Gutiérrez Serrano, le aseguran contratos fabulosos en diversas naciones. Sin embargo, en contra de la lógica imperante, este cubano opto por Cuba e incluso, antes de la intervención estatal de las dieciséis publicitarias radicadas en nuestra capital, entrego su agencia de comunicación al Gobierno Revolucionario.

Entre los disímiles proyectos con fines sociales y de propaganda a los que se dedica durante la etapa revolucionaria, tal vez el menos conocido sea el de La Campaña de Alfabetización; – iniciada el mismo  17 de abril de 1961,  cuando comienza la invasión mercenaria a Playa Girón- génesis de una verdadera revolución cultural en nuestro país.  

Para ella, Gutiérrez diseña la  investigación y la encuesta donde la población identifica los vocablos más adecuados a incluir en su cartilla o manual. Su resultado potencia el impacto educativo-comunicativo de esta  herramienta vital para el proceso de enseñanza-aprendizaje, máxime cuando este ejército de alfabetizadores inédito, en su mayoría desconocía la pedagogía.   

La anulación de la actividad comunicativa comercial de los medios cubanos genero en las primeras décadas del proceso revolucionario una perspectiva teórica e ideológica reduccionista que desprecio a estas disciplinas. Felizmente, tras rebasar esa visión, hoy  se revaloran en su verdadera dimensión para nuestra sociedad.

Ni el derrumbe de su universo tradicional hizo desistir a Gutiérrez de su  decisión de permanecer en Cuba. Consciente de que algún día seria necesaria la Investigación social en Cuba, durante las últimas décadas de su vida se consagro fundamentalmente a la docencia en los predios universitarios,  donde formó sucesivas generaciones de sociólogos, filósofos e historiadores derrochando talento, sabiduría y experiencia. Así, Gutiérrez Serrano siguió siendo útil a la patria que le vio nacer, crecer y triunfar.

Su gestión pedagógica final significa la continuidad histórica en las prácticas de  las pesquisas sociológicas-psicológicas aplicadas a una vasta urdimbre de relaciones empresariales, organizacionales, institucionales, ideológicas y políticas.

A su tiempo, reinó la sabiduría necesaria para retomar parte de su fecunda obra y aún sin proponérselo, se produjo el proceso de continuidad y ruptura en nuestro entramado simbólico-ideológico social; al crearse el Centro de Investigaciones Sociales de la Radio y la Televisión cubanas –CIS- que en este año 2013, cumple treinta y cinco años ininterrumpidos de labor.

Desde entonces, decenas y decenas de hombres y mujeres han dedicado sus vidas a   diversas líneas de  investigación para la comunicación; lo mismo indagando en los criterios de los públicos sobre los contenidos de los medios de comunicación que analizando sus productos comunicativos o caracterizando a nuestros públicos.  



[1] Propiedad de los hermanos Mestre Espinosa, accionistas mayoritarios de CMQ Radio y finalmente, creadores del mayor emporio comunicativo cubano en la radiodifusión comercial.

[2] Devenido Jefe del Departamento de surveys de la prestigiosa publicación con alcance regional

[3]  Entre otros, Maria E. Álvarez del Real y Raúl Du Breuil.

[4] Agencia de la ronera Bacardí y de la cervecera Hatuey, presidida originalmente por Luís Martínez Pedro. Patrocinadora de diversos proyectos televisivos como Fiesta, en CMQ TV. Investigo el impacto mediático de los programas realizados por la productora audiovisual Escuela de televisión, en el Canal 2, Telemundo. 

[5] Senador y líder del Partido Ortodoxo Autentico cuya divisa era Vergüenza contra dinero. Avergonzado al no poder mostrar las pruebas prometidas al pueblo sobre la corrupción del Ministro de Educación de la época, decide inmolarse públicamente.

 

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