Cuando Froilán Arencibia (y otro grupo de hacedores de la televisión) crearon Buenos días, aquella revista que en 1999 (si no me equivoco) fue innovadora, tuvo un primer director, Dimitri Fernández.
Ese hombre capaz, como pocos, de dirigir bien programas en vivo, especialmente informativos, fue fundador del Canal Habana y el director de su noticiero Habana noticiario, que, también, en su primera época delineó formas novedosas de presentar la noticia como espectáculo.
Trabajó para varios espacios del Canal educativo y desde unos cinco años atrás ha dirigido Hola Habana, esa revista que veo con placer, aunque no sea perfecta (lo perfecto es aburrido) porque tiene un poquito de todo.
Quien ha estado en ella sabe que se realiza en un espacio reducido, pero que en el televisor de nuestras casas parece desarrollarse en un gran set.
Dimitri ha lidiado muy bien con el conductor (muy bueno) impredecible que responde al nombre de Magdiel Pérez, que gusta (los hace bien la mayor parte de las veces) de chistes con la voz o el rostro.
Por suerte a su lado está, casi siempre, Sandra Hernández, con su sonrisa de calma y actúa como un muro de contención a las ocurrencias del tunero, que no son tan ocurrencias como parecen, él las piensa muy bien.
A Magdiel lo entrevisté hace un tiempo y me dijo sobre Hola Habana: “Una revista en vivo, con el ambiente espontáneo, natural, afectuoso en el que trabajamos, con la impronta que tiene, suele ser peligrosa en este tema de los “límites”. Yo he debido analizar ese tema, a partir de sugerencias de personas a las que respeto y considero mucho. Dimitri Fernández (director de la revista)… la propia Sandra Hernández… y un par de buenos amigos que me ven y me recomiendan cordura, mesura y contención. Luego de algunos señalamientos en ese sentido, ellos me han hecho reflexionar y creo que lo he interiorizado en cada salida al aire, con lo cual NO quiero decir que aún NO salgan algunos “chistes” que quizás en la apreciación personal de las tantas personas que nos ven, lleguen a incomodar a algunos.”
Hizo televisión con alegría, difícilmente se molestaba, cohesionaba al equipo con el hacia un espacio. Empezó desde los trabajos más sencillos y superándose, llegó a ser director. Nunca me pre(ocupé) de entrevistar a Dimitri ¡qué lástima!. Ya no lo podré hacer, aunque luchó contra el cáncer (trabajó hasta la última semana de abril), ya no está entre nosotros.
Deja un equipo cohesionado y capaz de hacerlo vivir en cada emisión, como él seguro hubiera querido ¿verdad Dimitri?