Aquel niño que nunca fui, una sugerencia para acompañar estos días

La obra biográfica publicada por la Editorial En Vivo nos acerca a la vida del actor Luis Rielo 

La lectura es una excelente manera de aprovechar el tiempo libre y que siempre deja favorables dividendos. Por eso me atrevo a sugerir, para estos días de aislamiento social, un título que cautivará a quien lea sus primeras páginas.

Aquel niño que nunca fui es una novela autobiográfica en la que el primer actor Luis Rielo narra su historia, pero, al avanzar en su atractiva lectura, descubrí mucho más: un recorrido histórico.

Contado en primera persona, el título publicado por la Editorial En Vivo del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), se asoma a la vida de muchas familias campesinas de la etapa prerrevolucionaria cubana, donde la miseria y la pobreza eran el denominador común.

Destacan en el volumen un lenguaje coloquial, descripciones que hacen visibles los hechos y lugares, además de un alto valor antropológico que permite conocer detalles de las características de los momentos, personajes y sucesos narrados en la historia.

En las cuatro etapas en que divide este volumen, el conocido actor devenido escritor revela pasajes muy tristes de su infancia y describe el amor que siempre ha profesado por la actuación, sentimiento nacido siendo muy pequeño, cuando disfrutó de su primera película, El Zorro. Ese personaje lo impactó y marcó una devoción que disfruta aún.

La realidad de las familias pobres de entonces, en las que los pequeños tenían que sumarse a las actividades laborales para contribuir a la economía doméstica, son referidas en anécdotas que sacan las lágrimas de quien lea las páginas de Aquel niño...

El paso del tiempo y el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959 también tuvieron una importante incidencia en la vida de Rielo, momentos que aparecen descritos en la novela. Complementan la historia fotos de sucesos importantes de la existencia de quien no guarda retratos de su niñez, ya que fue después de los 15 años que conoció de esa inventiva.

Su vínculo con personalidades de la actuación, quienes le abrieron las puertas una vez aceptado como actor, lo que de él exigió la profesión y el significado que para él han tenido personajes como Malpica y Matías (este último el mayoral de la novela Sol de batey), ocupan espacios especiales en la narración, donde no faltan referencias a la familia, el apoyo incondicional de su esposa y el amor de sus hijos.

Popularmente reconocido por su incursión en el cine, la radio y la televisión, Luis Rielo ha escrito páginas inolvidables en el gran libro de generaciones de cubanos. Filmes como El Rancheador, El Brigadista, Guardafronteras y El hombre de Maisinicú, por solo citar algunos, han grabado en la memoria de muchos la excelencia actoral de quien ahora suma a su legado una bella historia en la que desnuda el alma para compartir su historia.

Esta es solo una recomendación para atender con profundidad la historia de uno de los hombres más queridos de la escena cubana, cuyo rostro familiar se ha transformado en disímiles personajes, buenos o malos, pero siempre interpretados con un corazón noble que cuenta sus memorias en Aquel niño que nunca fui.