


Pues eso hizo uno de los personajes de la película "La vida es silbar".
Si entregaba el dinero y recibía una recompensa, perdía ese sentimiento humano propio del personaje y también del actor que lo interpretaba: Manuel Porto, el rostro de hoy.


Eleodoro Manuel Porto Sánchez era su nombre completo. Aunque personalmente lo recuerdo por ser el fundador del Proyecto Artístico Korimakao.
¿Cómo lo recuerdas tú? 


Quizás como Toñín, en la telenovela "Vuelve a Mirar", escenario que sirvió para una despedida. 

Según confesiones del actor a varios medios de prensa, gustaba de formar sus personajes física y mentalmente, aunque para eso tuviera que ser "conflictivo", en el buen sentido de la palabra.

Cuentan en su haber obras como "El tío Vania", "La hoguera", "El vuelo del quetzal". Dramatizados para la televisión al estilo de "Por el rastro de los libertadores", "Alguien me habló de los naufragios", "La frontera del deber", "El halcón", "La séptima familia", "Algo más que soñar", "La semilla escondida", "Cuando el agua regresa a la tierra", "Sol de Batey", "El tesoro del Mallorquín", "El contrato", "Entrega"... 

Esas y otras muchas son pruebas de una intensa carrera que lo mantiene hoy entre los rostros artísticos de siempre.