Un reconocido hombre de la televisión me dijo que Evyan Guerra no se preparó para ser narrador deportivo, sino para ser locutor, es decir que hablar bien de cualquier tema.

Entrevistándolo lo comprobé: reconoce en la lectura una fuente de sabiduría, desde temprano en la mañana tiene una idea de que sucede en el planeta, especialmente en el deporte, y se prepara para cada narración porque el aficionado no perdona.

El hombre que nos hizo disfrutar el cuarto oro olímpico de Mijaín López, y de otros combates donde se pusieron corazón y emoción, pero sobre todo sabiduría, quiso estudiar Medicina como su admirado padre, pero en el preuniversitario tuvo problemas de salud, y el promedio no le alcanzó.

Estudio técnico medio en Electrónica y se topó con una convocatoria para entrar al pedagógico y dar clases, porque hacían falta profesores. Pensó que ese camino lo llevaría a la CUJAE, pero allí, en ese centro, lo que había sido un hobby se convirtió en algo más:

Tengo entendido que tu primera locución la hiciste como parte de una actividad de extensión universitaria. ¿Desde cuándo te interesaba la locución?

-La locución me acompañó toda la vida. Recuerdo que tuve cargos en la FEEM y luego en la FEU, y cuando había todo tipo de juegos inter facultades, yo terminaba narrando, pero lo hacía como hobby. La verdad es que jamás pensé que esto podía convertirse en algo serio.

“Lo que pasa es que mis propios compañeros de aula siempre me decían embúllate, has la prueba; todo porque era el locutor de todas las actividades y en las fiestas incluso hacía como una especie de DJ.

“Siempre me gustó eso, y una vez teníamos entradas para aquel programa llamado ¿Quién sabe? A él fuimos un grupo y nos enteramos de que había una convocatoria. Mi mamá, quien trabajaba en el Ministerio de Salud Pública, se puso de acuerdo con una amiga y también fueron, y dijeron que yo era comentarista. Me pusieron en una lista de los que irían a hacer la prueba y fui sin preparación alguna, iba como a divertirme.

“Ese día andábamos un grupo de la universidad caminando y entonces pasamos por ahí. Recuerdo que hice la prueba y me impactó ver mucho a Eddy Martín de frente, además estaba Antonio Pera; eran personalidades y verlos me demostró que la cosa era seria, pero nada, lo hice muy desenfadado porque realmente no sentía que era algo trascendental para mí, solo iba a probarme y la gran sorpresa fue que después yo estuve entre los 15 o 20 seleccionados. Todo nació de lo que hice en extensión universitaria y fue el embullo de mis compañeros lo que me impulsó”.

¿Dominas algún otro idioma?

-Estudié inglés en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Mi papá fue médico, ya falleció, y siempre estaba muy preocupado por mi superación. Él fue jefe de la misión médica cubana en Jamaica varios años y ahí conoció a una pareja que eran profesores de inglés en el ISRI. Me animaron para que fuera a estudiar inglés y pasé ese curso. Yo diría que aprendí a comunicarme en inglés elemental, pero me ha sido muy útil, la verdad.

¿Qué cursos de locución has recibido?

- Siempre me gustó mucho leer en voz alta, es uno de mis hobbies. Me buscaba hasta problemas porque no siempre al que está al lado, digamos, le parece bien, pero es algo que hacía inconscientemente. Eso me facilitó mucho el poder leer a primera vista, aunque hay algo que me fascina y no he logrado hacer todavía: dar noticias en Radio Reloj. Una vez me hicieron la propuesta, pero el trabajo se fue complicando y no tuve tiempo, sin embargo, me gustaba mucho porque me decían que Radio Reloj es a primera vista.

“Así empecé, digamos, a practicar la locución. Recuerdo que cuando la reparación de escuelas todavía yo estaba en el curso de narrador deportivo e hice un programa en la COCO que era dedicado precisamente a la remodelación de los centros educativos; sucedió en unas vacaciones de julio y agosto. Ahí me di cuenta de que tenía muchas deficiencias y entonces empecé un curso de locución para superarme.

“Ya después terminé el curso de narrador deportivo con grandes personalidades de nuestros espacios como Eddy, Pera y otros profesores. Con ellos empecé a hacer los primeros cursos de locución dentro de la narración deportiva y luego, dentro del diplomado de periodismo, también tuvimos curso de locución. Después pasé otro curso de locutor, de dirección, empecé a superarme en todas las especialidades y eso hizo que, si sumamos todo ello, creo que pasé tres o cuatro cursos de locución, pero para mí siempre fue muy atractivo, lo disfrutaba muchísimo”.

Eres un narrador con un buen nivel léxico y nunca te he escuchado una barbaridad gramatical, ¿acaso lees o has leído mucho?

-La lectura siempre fue parte de mi vida porque recuerdo que cuando niño mi papá me leía antes de dormir y me creó esa costumbre. Ya la perdí, la verdad; pero durante toda esa etapa de niño, la lectura influyó mucho en mi ortografía.

“Claro, después uno se da cuenta de que la lectura influye prácticamente en todo. Recuerdo a una profesora de la universidad, Alicia, y ojalá ella pueda leer esta entrevista, porque fue mi profesora guía y siempre me celebraba; les decía a mis compañeros que tratasen de superarse, me ponía de ejemplo. Realmente, no era que yo estudiara tanto, sino que ya había incorporado muchas de las reglas a veces inconscientemente, ni siquiera era que tenía todas las teorías, era que ya lo tenía incorporado quizás desde esa misma lectura de pequeño, por eso le insisto mucho a mis hijas sobre el tema.

“Siempre he dicho que lo más desagradable que hay es leer un mensaje o algo lleno de faltas de ortografía. La manera de expresarse se nota cuando las personas han dedicado tiempo a la lectura y la auto preparación”.   

¿Cuándo empezaste a trabajar para los medios y especialmente en la televisión?

-Terminé el pedagógico y comenzaba entonces a pensar en terminar la carrera de Ingeniería; estando en ese trance se da la oportunidad en la COCO, que fue donde se hizo el curso de participar en la Copa Intercontinental en La Habana en 2003. Andy Vargas, narrador de la COCO, dijo: “yo quiero que el estadístico sea él”, y me dijo a mí: “tú te vas conmigo de estadístico, pero más que eso yo te voy a enseñar todo lo que te falta para hacerte narrador”. Así lo cumplió pues estuve con ellos dos temporadas, con él y William Visoso, haciendo de estadístico.

“Cada vez que estábamos en el campo y cuando andábamos en cualquier lugar intrincado, él se dedicó a darme el micrófono y a ir poco a poco puliéndome. Pienso que fue un momento fundamental en mi carrera pues son dos narradores de mucha experiencia, de un gran bagaje, y me ayudaron, me pulieron.

“Después de terminar esos dos años como estadístico, comencé a dirigir el departamento deportivo de la COCO, lo cual era un gran reto. La emisora transmite muchas horas de deporte y tiene muchos espacios de revista, noticieros y transmisiones deportiva, es una emisora vanguardia nacional y, por lo tanto, era un compromiso gigantesco.  En aquellos años la COCO trasmitía la serie de béisbol, tanto los Industriales como los Metropolitanos, además de los acontecimientos internacionales, es decir que era bastante complejo y en ese contexto se me da la oportunidad de ir a la televisión.

“Según me cuentan Rodolfo García, quien era el director de deporte de televisión, le preguntó a Andy Vargas y a Reinier González sobre a quién le aconsejaban que pudiera llamar para apoyar en la televisión, y bueno así tuve la suerte de que me llamaran. Cuando hice el primer noticiero, nunca se me olvidará que me encontré con Héctor Rodríguez, él se me acercó y me dijo: “no recuerdo a nadie que haya debutado en la lectura del noticiero deportivo en el telepronter como tú hiciste”. Aquello para mí fue una de las cosas más grandes de la vida y resultó siempre una inspiración, eso fue en el año 2006, después conté con su apoyo incondicional. En ese año yo también había ido a un torneo de centro básquet en Jamaica y cuando regresé se abrió esa posibilidad. En el 2008 tenía incluso ya un espacio en la redacción deportiva”.   

Cuando narras lo haces hablando con propiedad del deporte, sino quedas en silencio, ¿qué tiempo le dedicas a prepararte?

-La preparación en esta especialidad creo que debe ser todo el tiempo, es muy difícil desligarse de ello; incluso cuando uno se prepone descansar, si no estás en la casa, se te acerca alguien y te pregunta algo. Eso al inicio me chocó: decir voy a tomar un fin de semana de descanso, y te encuentras a una persona, te hace una pregunta y te das cuenta de que ni viste que fue lo que pasó, que alguien te esté preguntado y no tienes la respuesta. Entonces ya se convierte en un hábito levantarte por la mañana y revisar las últimas noticias, y si vas hacer una transmisión tratar de ir con toda la información, más allá de la elemental.

“Hoy con el tema de las redes sociales es muy complicado porque cualquier aficionado es casi un especialista por las preguntas y los análisis que hace; uno se da cuenta de hay personas que dedican mucho tiempo a seguir las informaciones y analizar lo que está pasando, y por lo tanto eso exige mucho más.

“Cuando haces algo mal solamente tienes que abrir cualquier red social y vas a ver cualquier cantidad de críticas, de todo tipo; hay que tenerle mucho respeto al micrófono. Intento tratar de llegar lo más preparado posible y no le podría decir que cantidad de horas dedico a prepararme, pero sí que es una gran cantidad de tiempo. Sin temor a equivocarme, diría que no soy solamente yo, porque estoy rodeado de muchos compañeros y uno se da cuenta de que nuestras vidas giran en torno a esa disciplina, a esa especialidad, pues no hay otra manera para poder intentar llegar a la mayoría. 

“Es muy difícil y hoy es más complicado que nunca, porque como el acceso a la información está más cerca que nunca, para poder convencer a la gente, tienes que estar verdaderamente preparado, cuando no se tiene todo el conocimiento, el aficionado se da cuenta enseguida”.

¿Por qué gustas de los deportes de combate?

-Los deportes de combate siempre han dado grandes resultados a Cuba. Me llamaban la atención, aunque jamás pensé que los iba a narrar; quizás me vi en algún momento narrando boxeo, pero nunca me imaginé que iba a narrar lucha, yudo y otros deportes que han traído grandes alegrías.

“Los deportes de combate creo que identifican mucho a deportes de alto rendimiento, porque generalmente en muchos de ellos la historia de Cuba es muy rica y, desde que entré en la televisión, esta fue una de las puertas que se me abrió, es decir fueron las primeras oportunidades que recibí para poder narrar y siempre traté que la gente pudiera entender qué pasa.

“La lucha y el yudo son más cómodos, pero el resto de los deportes de combates son muy técnicos y cuesta trabajo entenderlos, por lo que intenté que la narración no solo fuera describir, sino explicarles a las personas lo que estaba ocurriendo, y eso me ha dado resultados.

“A la gente le ha gustado mucho y creo que parte del éxito de ahora ha estado en poder transmitir no solo las emociones o las puntuaciones, sino también el intentar explicar, llevar a la gente de la mano lo que va ocurriendo, momento a momento, porque las estrategias que van por dentro del combate en estas disciplinas, tan técnicas, no siempre están tan claras.

“A veces la gente dice que no le gusta determinado deporte, pero no le gusta porque no lo entiende, pero cuando tienes ya un cierto conocimiento elemental, puedes decir si te gusta o no, pero si no lo entiendes y solo vez dos personas ahí es muy difícil valorarlo. Y creo que ahí es donde está el éxito, muchas de las personas que ven los combates de lucha lo que más me celebran es precisamente poder entender lo que está pasando”.

¿Tienes algunos paradigmas de la locución?

-Siempre fui un gran admirador de esta profesión. Sentí inclinación por el estilo de Héctor Rodríguez, su manera de darle emoción a los grandes momentos; recuerdo seguir la pelota y la pareja de él con Eddy Martin; hubo una etapa en que Héctor dejo de trasmitir y yo sentía que le pasaba algo a esa transmisión. Ese es mi locutor de referencia, digamos que siempre traté de adquirir los mejores conocimientos, y cuando se me dio la oportunidad, me abrió las puertas de su casa, pude conversar mucho con él y me apropié de sus consejos.

¿Cuál fue tu primer programa?

-Hice muchos, pero casi siempre en función de alguien que faltaba, yo iba y hacía el programa. Mi primer programa, donde yo habitualmente salía y la gente me identificaba con él, fue Antesala, y tengo que agradecerle mucho al director Alejandro Lazo por confiar en mí. Antes había hecho Ponte en forma con Roberto Martínez, y otros espacios en Antesala, con el béisbol, pues era una de las prioridades que tenía.

¿Algo que no te haya preguntado?

- Lo más importante es que cuando las cosas salen bien, y te llenan de elogios, más que de críticas, debes pensar mucho en las personas que han ayudado a que fuera posible.

“Hace unos días estaba pensando en que cuando empecé en el año 2003 en la Copa Intercontinental, de La Habana, aunque estaba haciendo papel de estadístico, ya hacía unos programas en la COCO. Ando por 18 años en esta profesión, así que ha pasado el tiempo, he tenido el apoyo de mucha gente y, por lo tanto, aprovecho este momento para enviarles mis agradecimientos a esas personas, y no quiero mencionar los nombres porque si no sería una lista interminable.

“Recuerdo a un profesor de Física que me decía ¿tú nunca has pensado en ser locutor?, pienso en eso con mucho cariño, porque la vida da muchas vueltas. De igual manera, desde aquellos tiempos hasta hoy, los compañeros míos de la universidad están siempre escribiéndome, pendientes a mi carrera. Y, por supuesto, nunca olvido a los directores pues tuve el privilegio de aprender de muchos de los grandes; cuando empecé en Tele Rebelde aprendí mucho de Bobi Pelegrino, por ejemplo.

“Tuve el privilegio de trabajar con René Navarro, incluso de compartir en los play off con Héctor Rodríguez. Este agradecimiento es una manera de retribuir a lo que han aportado a mi carrera y , bueno, ojalá pueda mantenerme dentro de lo que la gente disfruta,  que también es un reto diario, porque ayer salió bien lo de Mijaín, pero seguirán los eventos, y en el momento en que te equivocas el aficionado no perdona, te lo hace saber por múltiples vías, por lo tanto, cada vez que uno se sienta atrás del micrófono sabe que esa responsabilidad hay que asumirla, con todo el respeto y el tiempo que merece la preparación.

“Así que me gustaría terminar esta entrevista, diciéndole a todos los que han estado de alguna u otra forma dentro de mi formación que muchísimas gracias, desde mis profesoras hasta mis compañeros de trabajo “.

 

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