Conversamos con la joven actriz Anelore Barros, quien logró su gran debut en televisión con la serie Promesas, pero su camino en la actuación se había iniciado mucho antes y con rumbo seguro
Posiblemente sea difícil olvidar a la Odalys del capítulo Julián, de la serie Promesas, por la intensidad dramática y ética del personaje, interpretado por Anelore Barros. Esta fue su entrada por la puerta ancha de la televisión; aunque lo cierto es que esta actriz ha ido atravesando un camino seguro dentro de la actuación, y tan determinado que dejó atrás lo que parecía ser el rumbo cierto de sus días. Esperemos que ella misma lo cuente:
“Pues sí, realmente estudié Licenciatura en Derecho y Relaciones Políticas Internacionales, también los idiomas inglés y chino, pero siempre, de una forma u otra, me vinculé con el arte. Fui modelo durante muchos años del pintor Orlando Yánez; pasé cursos de guion de radio, cine y televisión, y un día decidí lanzarme de lleno por mis sueños, dije adiós a mi carrera como diplomática para zambullirme en el mundo de la actuación.
“Mi primera profesora fue Mariam Montero, excelente actriz del grupo Ludi Teatro, actualmente es la directora del proyecto La Perla. Luego trabajé en otros proyectos vinculados a casas de Cultura y en el Anfiteatro de La Habana Vieja, en la puesta “El Rey León”, bajo la dirección de Alfonso Menéndez. Finalmente, me sumé al grupo de teatro Espacio Abierto, mientras, paralelamente, asumí algunos proyectos televisivos, y con el propio Ludi Teatro en la obra “Night Club”. Esa fue ópera prima de Mariam. Luego de este recorrido, desde 2019 soy actriz profesional”.
Y dando el vuelco profesional que diste a tu vida, ¿cómo defines la actuación?
“La actuación en primer lugar me fascina y creí siempre tener condiciones para ello. La actuación te permite vivir muchas vidas y experimentar diversas sensaciones y emociones. Yo estaba ávida de ellas, de compartir y vibrar con sentimientos nuevos, de tener otros retos por vencer. Resulta que cada personaje es un enigma a desentrañar; es como deshilachar una pieza y tejerla nuevamente; pero esta vez a tu medida. Me encanta desentrañar la psicología de cada personaje, entenderlo… hacerlo mío.
“Como actriz me dejo guiar mucho por la intuición, “el olfato”; tienes que sentir el personaje, pero a la vez entenderlo; descubrir por qué hace lo que hace o dice lo que dice. Una vez que lo sientes por dentro lo expresas por fuera. A veces te das cuenta de que una mirada, un gesto, una forma de caminar es más tuya que del personaje que interpretas, entonces tienes que corregirlo. Es cual trabajo de cirugía, de detalles. Lo adoro”.
Y en ese mismo sentido, ¿cómo defines el teatro en tu vida?
“La sensación de entrar en una sala de teatro es maravillosa. Palpita. Es como adentrarse en un ser vivo. La sensación de pararse en un escenario y perderse en el público solo se compara con pararse en un escenario y perderse en el público. Nada te prepara para eso. Una vez que lo logras, nunca más puedes dejar de hacerlo. El teatro se vuelve un vicio… una necesidad. Es algo que respetas, temes y amas a la vez”.
Y con esta experiencia donde cada presentación parece ser la única. ¿Qué personaje anhelarías interpretar?
“Personajes negativos, contrahechos, conflictuados, o sea, todo lo que signifique salir del área de confort, desgarrarse sin misericordia. Hay que estar dispuesto a morir en el intento”.
Pues en espera de esos roles, ¿por dónde andan los próximos proyectos?
“Antes de la pandemia me encontraba a punto de un estreno con el grupo de teatro Rita Montaner, este trabajo debemos retomarlo en cuanto se normalice la situación. Quiero seguir incursionando en la televisión, en el cine y también tengo planes de escribir, y es que a partir de la difícil situación epidemiológica muchos proyectos se han detenido; así que hay que esperar, lo que no es sinónimo de detenerse”.
Así, se despide Anelore Barros, esta joven actriz de la que estoy segura se seguirá hablando en nuestros medios, de los cuales ha tenido que aprender mucho y rápido, sobre todo de su paso por la televisión, donde luego de haber sido Odalys tendrá que contar un antes y un después.
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