Actor de reconocida trayectoria que incluye una carrera en el teatro, el cine, la radio y la televisión. Ostenta la Orden por la Cultura Nacional, otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba y el Premio al mejor actor de Teatro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987.

El más añejo humorista activo de la TV Cubana, con 88 años cumplidos en este 2021

Hemos tenido una experiencia inolvidable al conversar con Jorge Losada, quien cuenta que ha nacido en el populoso barrio de Belén.

Como el humor aflora hasta para contarnos su historia y trayectoria, nos dice que, siendo muy joven, con 19 años, andaba tras una muchacha que le gustaba mucho; un día la vio con otro hombre y alguien le dijo que ese era su novio, eso le dolió tanto que le escribió un poema y como no podía dárselo, se presentó en un programa de aficionados en Radio Mambí, y le mandó un telegrama para que lo escuchara. Él fue pensando no ganar y resultó que se ganó el primer lugar, esto le permitió pasar a la siguiente vuelta. El productor se llamaba Julio Agosto, quien lo invitó a seguir en el camino de la actuación y en próxima ocasión volvió a ganar el premio que consistía en una lata de galletas El gozo.

¡Yo cargué a Plácido Domingo!

A raíz de una visita a La Habana, me enteré de esta vieja historia de Losada; en los portales del café El Louvre, situado en el Hotel Inglaterra, él le confesaba a un amigo «Yo cargué a Plácido Domingo cuando niño».

Tendría Lozada 16 o 17 años de edad y era amante de la zarzuela y el género lírico; en aquella época trabajaba de mensajero en una botica (hoy farmacia).

El día anterior había visto «Los Gavilanes», interpretado por la Diva Pepita Embil, quedando fascinado y, por ese motivo, decidió pasar al día siguiente nuevamente por el Martí, bien temprano en la mañana para saber la programación de ese día.

Para su sorpresa, en el vestíbulo estaba la Sra. Embil conversando con un cantante al que enseguida reconoció –excelente, por cierto– que había interpretado el rol del «Alcalde» en la puesta de dicha zarzuela; y junto a la soprano, a la Sra. Embil, había un gracioso niño de 6 o 7 años.

“Era normal para la época que en los vestíbulos de los teatros hubiese juegos de mesa, máquinas para saber el peso y otros aparatos para dar masajes y quitar el cansancio de los pies, etcétera... Este que costaba una moneda de dos centavos y era muy usado por mí, como caminaba mucho en la mensajería de la botica, era la mejor opción para un alivio a mis pies cansados.

“Estando yo encima de la máquina, el pequeño niño dejando a su mamá que conversaba, se me acercó y viendo como vibraban mis piernas sobre ella, me preguntó su función y al explicarle, me dijo si él podía montarla.

“Al no tener más monedas, decidí cargarlo, ponerlo encima de la máquina y bajarme; ¡así podría disfrutar de los últimos segundos de su «vibrante» funcionamiento! Terminado el proceso, su mamá comenzó a llamarlo por un diminuto nombre que no acierto a recordar muy bien…

“Quién hubiera imaginado que un joven mensajero de botica, hoy a sus 88 años y 66 de labor artística, estaría reconocido como: ¡Una vieja Gloria de la cultura teatral cubana!

Quién por una fortuita casualidad de la curiosidad juvenil alzó en sus brazos a quien es y será ¡Eterna Gloria del Arte Lírico de la Cultura Universal!!! Plácido Domingo”. 

Más acerca de Jorge Losada

Jorge Losada entonando una canción con el tenor Bernardo Lichilin. Al fondo la actriz y maestra de ceremonia Obelia Blanco.

Nos cuenta Losada que fue un niño y adolescente pobre, pero que siempre sentía la necesidad de entretener a los demás, y es lo que más ha disfrutado y aun disfruta.

Su madre pertenecía a una iglesia de la cual era ministra y misionera, de esta forma él obtuvo una beca para estudiar Bachelots of Arts en Texas, Estados Unidos, y también asistió al seminario para actores, hasta que matriculó en la Academia de Artes Dramáticas de La Habana, junto a actores y directores como: Felipe Santos, Ramón Ramos, Héctor Quintero y Julio Martínez Aparicio.

Hizo sus primeras actuaciones como declamador, pero su debut como actor fue en el teatro de los Yesistas en la obra de Antón Chejov El oso, bajo la dirección de Ignacio Gutiérrez.

En el 1960 el CNC (Consejo Nacional de Cultura) hizo una convocatoria para crear un grupo llamado Ismaelillo y Losada tuvo la suerte de que lo seleccionaran. Después pasó al grupo Rita Montaner bajo la dirección de Cuqui Ponce de León.

Con el Ismaelillo, realizó la obra La manzana imprudente, donde encarnaba nada menos que a un gusano malo llamado Pullin, bajo la dirección de Nora Padilla y con el apoyo constante de su madre, quien siempre lo embulló para que siguiera el camino que él había escogido.

Nos cuenta “que para alcanzar el éxito además de haber estudiado, había que tener valores para ser un buen profesional".

También nos dice “que la amistad debe ser sincera y el cariño espontáneo. Detesta la mentira, porque es el antecedente de la hipocresía, así como la doble moral. Le asusta la pérdida de valores que hoy observa galopar, no se deben perder los valores humanos, pues la condición humana es nuestro espejo... De la forma que te quieres, debes querer a los demás y, a la vez, hacerte querer y eso tiene siempre su recompensa". Como le expresó en una entrevista a una periodista.

Luego pasa a la televisión, de la que guarda muchos gratos recuerdos. En ella intervino durante una larga temporada en la revista musical Los domingos no están contados, así como en Los papaloteros, SOS divorcio, Día y noche, Las huérfanas de la Obraría.

De igual manera, ha interpretado papeles importantes en series televisivas como La semilla escondida, dirigida por Lázaro Buría, y también de la mano de esa magnífica directora que es Lolina Cuadras en Donde hay hombres no hay fantasmas.

Considera que ha sido un actor versátil, pero cada personaje que representa siempre se le hace difícil, pues cada actuación es diferente. Entre los muchos roles que ha interpretado, hay dos que fueron los más difíciles, pero que le proporcionaron un gran orgullo: Don Quijote de la Rampa y El Caballero de Pogolotti. Con este último obtuvo el premio UNEAC en 1986.

Estuvo también como subdirector en el Estudio Lírico de la cantante Alina Sánchez y en la década de los ´80 en el teatro Musical de La Habana bajo la dirección de Héctor Quintero, donde interpretó obras como Maestra vida, Pedro Navajas y El Decamerón.

También en la televisión participó en Los abuelos se revelan y otras obras como cuentos y teleplays. Pero siempre ha estado vinculado al humorismo. Un día lo llamó el director Delso Aquino para participar en el humorístico Pateando la lata, con mucho éxito y ahora con otro nombre; Vivir del cuento, que ha iniciado una nueva temporada dominical de mucho agrado para nuestro público televidente; actualmente sigue trabajando en este espacio.

En el cine comenzó con el filme cubano-soviético Soy Cuba, y participó luego en varios más como No hay sábado sin Sol, Maluala, Techo de vidrio, Guantanamera, Rosa la China, Patakin, Placido, Alicia en el pueblo de Maravillas, Pata negra y Rosa la china.

Como noticia, nos ha comentado que Lester Hamlet está preparando un filme-remake del emblemático filme Patakin, donde se le hará un merecido homenaje a él, nuestro entrevistado de hoy, por ser uno de sus principales protagonistas y ser de los pocos que quedan de su primera puesta en pantalla.

Asimismo, es válido recordar que Losada fungió por 10 años como presidente del Jurado del premio CARICATO correspondiente al Humor de la Asociación de Artes Escénicas de la UNEAC. En el año 2012 representó para él un gran honor participar y estrenar con un papel que coprotagonizó el telefilme del destacado dramaturgo Nicolás Dorr: “Mejilla con mejilla” con la Gran Primera Vedette de Cuba Rosita Fornés, bajo la dirección de Delso Aquino.

¡Gracias Lozada por tantos años de buen arte...!

En un encuentro, el pasado día 3 de diciembre en la sede de la UNEAC, vísperas de su cumpleaños el día 4, se le rindió un merecido homenaje donde un grupo de amigos y personalidades de la Cultura Cubana estuvieron presentes. Amenizaron la actividad la actriz Obelia Blanco, la pianista Pura Ortiz, el tenor Bernardo Lichilin y la cantante María de Jesús, quienes tuvieron a su cargo los momentos musicales. Un nutrido grupo de personalidades, actores y actrices de los medios estuvieron acompañándolo.

Le auguramos todavía muchos más éxitos, en su larga carrera y vida artística, más salud que lo acompañe, para disfrute y beneplácito de nuestro pueblo que lo admira y quiere.

 

 

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