Antonio Palacios Espejo, prestigioso tenor cómico, artista del cine, la radio y fundador de la televisión, residió durante los últimos años de su vida en el reparto Monterrey, en San Miguel del Padrón, La Habana. Allí desarrolló una hermosa labor comunitaria, transmitiendo sus vivencias y conocimientos a niños y jóvenes amantes del teatro.
Nacido en Granada, España, el 18 de julio de 1890, se acogió a la ciudadanía cubana tras establecerse en la Isla. Proveniente de una familia de actores, fue hijo de la actriz Juana Espejo. Actuó junto a ella en una compañía de zarzuelas en Caracas y Puerto Rico. Con solo seis años debutó en la revista "Cuadros disolventes".
Aunque no sentía inicialmente inclinación por el arte, llegó a la actuación por casualidad. Una noche, uno de los actores principales enfermó y, ante la posibilidad de quedarse sin cenar, decidió sustituirlo en la obra "Cada oveja". Su interpretación gustó al público y le valió un contrato con la compañía. Desde entonces, se dedicó por completo al teatro.
Llegó a Cuba por primera vez en 1912 y debutó en el Teatro Payret en 1913 con la obra "El tributo", de Bernstein. En 1914 debutó como cantante lírico con las zarzuelas "El cabo primero" y "La revoltosa", de Ruperto Chapí. Poco después logró su primer gran éxito como galán en el sainete "Las cacatúas", de Antonio Casero. Desde ese momento, desarrolló una intensa carrera artística en el género lírico, conquistando el favor del público cubano.
Lejos de imaginar que Cuba, país al que llegó como “ave de paso”, influiría tanto en su carrera y vida personal, fue aquí donde se consolidó como artista y director de compañías teatrales. En Cuba falleció su primera esposa, nació la más pequeña de sus hijas y residió durante los últimos 30 años de su vida.
Casado con la actriz María Márquez, "La Kiki", actuó junto a ella como primera figura del género lírico. Fue tenor cómico, actor, escritor y director de programas radiofónicos y televisivos. De su extenso repertorio destacan títulos como "La verbena de la Paloma", "Las leandras", "Los gavilanes", "La alegría de la huerta", "Don Gil de Alcalá", "La viejecita", "Mujeres", "El asombro de Damasco" y "La viuda alegre". También incursionó en el cine en España, México y Cuba.
En 1923 alcanzó la fama con el personaje de Cardona en "Doña Francisquita", papel que consolidó su reputación. A partir de ese año, inició su carrera cinematográfica y participó en más de 30 películas en España y México, junto a figuras como Lina Yagros y Antonio Momplet. Fundó una compañía productora con reconocidos artistas como Arturo de Córdoba, Tito Guízar, Sara García y Dolores del Río.
Desde joven tuvo vocación sindical. En 1904 fundó el primer sindicato de electricistas de Barcelona. Fue delegado del Sindicato de Actores de España y, durante la Guerra Civil Española, dirigió la Unión General de Trabajadores de Cataluña y el Partido Izquierda Republicana de Barcelona. Desarrolló múltiples acciones sociales como la creación de bibliotecas, la alfabetización de combatientes y civiles, y la fundación de grupos teatrales que recorrieron frentes de batalla y ciudades españolas. Fue prisionero en un campo de concentración en Francia.
Al finalizar la Guerra Civil, en 1939, se exilió en Cuba, que se convirtió en su refugio definitivo. Radicado en la Isla desde 1940, trabajó en diversas emisoras de radio, algunas de las cuales ayudó a fundar. En esta década desempeñó un rol decisivo en el rescate del género lírico, junto a maestros como Gonzalo Roig, Rodrigo Prats y Ernesto Lecuona. Trabajó con figuras como Rosita Fornés, Esther Borja y Zoraida Marrero.
Participó en importantes estrenos como "Luisa Fernanda", "La del manojo de rosas" y "El asombro de Damasco", en escenarios como el Teatro Actualidades, Principal de la Comedia, Payret, Campoamor, García Lorca, Martí, América, y teatros de las capitales provinciales.
Con el surgimiento de la televisión cubana en los años 50 —medio del cual fue fundador— se alejó parcialmente del teatro para consagrarse a la pantalla chica. Allí fue locutor, guionista, productor, director y actor. Se destacó en programas como "El gran teatro ESSO", estrenado el 28 de noviembre de 1951, donde interpretó grandes personajes del género lírico, junto al también español Agustín Rodríguez y bajo la dirección musical de Gonzalo Roig. Por su trabajo en televisión y radio recibió numerosos premios y reconocimientos.
En 1958 se trasladó a vivir al reparto Monterrey, en San Miguel del Padrón. Su casa se convirtió en un verdadero centro cultural, espacio de ensayo y creación para artistas cubanos. Fue uno de los fundadores del movimiento de artistas aficionados, brindando su experiencia adquirida durante la Guerra Civil española. Asesoró grupos, organizó actividades comunitarias y formó a nuevas generaciones.
Ese mismo año escribió su autobiografía, titulada "Tres actos". Su última aparición pública fue en 1972, interpretando las coplas de "La verbena de la Paloma" en el programa "Radiorama", de Radio Liberación, que salió al aire un día después de su muerte, ocurrida el 2 de marzo de 1972. Así se cerró el telón de una vida artística fructífera, con 64 años de trabajo en los medios y 81 años de edad.
Trabajó en casi todas las emisoras radiales del país y fue artista exclusivo de CMQ-TV. Desarrolló la mayor parte de su carrera en los medios de comunicación, especialmente en la televisión y el teatro. En este 75 aniversario de la televisión cubana, es imprescindible reconocer la huella que dejaron figuras como Antonio Palacios Espejo, cuyo legado sigue vivo en cada generación de artistas y técnicos que hacen posible la televisión de hoy.