Desde 1950, Cuba fue uno de los primeros países del mundo en transmitir formalmente la señal televisiva. Las mayores estrellas del país y de toda América, que aún no disfrutaban en sus naciones de tan novedoso adelanto, viajaron a La Habana para actuar ante las primeras cámaras cubanas. Oficialmente, Cuba fue el cuarto país en hacerlo, precedida por Estados Unidos, México y Brasil.

En 1951, el cubano Desi Arnaz se convirtió en el productor más importante de la televisión norteamericana y fue el primero en el mundo en utilizar una tercera cámara en programas para televisión. Desde 1958, Cuba fue el segundo país del hemisferio en difundir televisión en color y poseyó el tercer canal de televisión a color de todo el mundo.

En el presente año se celebrará el aniversario 75 de la fundación de la televisión cubana, surgida a mediados del siglo pasado. Conmemoramos esta fecha por haber sido uno de los primeros países latinoamericanos en contar con transmisiones televisivas y porque, como en cualquier otro medio artístico, hemos tenido programas buenísimos, muy buenos, buenos, algunos excelentes, otros regulares, malos y algunos muy malos.

Goar Mestre, dueño del circuito radial CMQ, recibió un duro golpe cuando, tras construir en 23 y L, en El Vedado, el Radiocentro —esquina que más tarde sería el corazón de La Habana—, lugar idóneo para los estudios más sofisticados de radio y televisión de América, anunció que en un plazo de tres años CMQ comenzaría a operar la televisión en Cuba. Mestre contaba con financiamiento de la fábrica de televisores Dumont y del mexicano Emilio Azcárraga, además del apoyo técnico de Warner Brothers. Con su ayuda, se emitieron las primeras señales televisivas desde un estudio improvisado donde hoy se encuentran el Canal Educativo y Educativo 2, que en aquel entonces era la sede de la agencia automovilística Dodge-De Soto.

En 1950, el 24 de octubre, el animador, empresario y productor Gaspar Pumarejo Such, dueño de Unión Radio, inauguró el Canal 4 de televisión desde el patio de su casa en Mazón 52, esquina a San Miguel, en Centro Habana, donde actualmente radica el Canal Habana. Así nacía la televisión en Cuba.

Con la llegada de la televisión, se establecieron en el país los monopolios transnacionales RCA Víctor y Dumont, que introdujeron los primeros equipamientos para estudios, transmisores, controles remotos y receptores de televisión que, poco a poco, comenzaron a entrar a los hogares cubanos.

Las primeras imágenes se apreciaron en pantallas de 17 pulgadas colocadas en vidrieras de tiendas y comercios habaneros. Según la historia, lo primero que se transmitió fue un comercial de la cajetilla de cigarros “Competidora Gaditana”, con música de guaracha compuesta por Ñico Saquito, seguido por las felicitaciones del entonces presidente Carlos Prío Socarrás al empresario, técnicos y pueblo en general.

El primer rostro que apareció en pantalla fue el de la gran estrella cubana María de los Ángeles Santana, acompañada de la orquesta de los Hermanos Palau. Posteriormente, se celebró un festejo en los jardines del lugar, con figuras del cine mexicano como Pedro Armendáriz y artistas cubanas como Raquel Revuelta y Carmen Montejo.

"Los pioneros"

María de los Ángeles Santana, soprano y actriz nacida en La Habana el 2 de agosto de 1914, estudió música desde pequeña. Su carrera artística comenzó por casualidad, cuando un amigo le pidió que participara en una película. En 1938 interpretó el bolero “Si me pudieras querer” de Bola de Nieve en el filme “Sucedió en La Habana” de Ramón Peón. Triunfó en cine, teatro, radio y televisión.

Junto a su esposo, el actor Julio Vega, impulsó la idea de llevar la televisión a Cuba tras ver su rostro en un estudio de TV en Estados Unidos. En 1946, su imagen protagonizó las pruebas primarias de transmisión en un improvisado estudio de La Rampa, adelantándose así a la fundación oficial del medio en el país.

Santana cautivó en papeles icónicos como Remigia, la alcaldesa de “San Nicolás del Peladero”, y más tarde en “Los abuelos se rebelan” junto a Armando Soler, “Cholito”. También brilló en el teatro, con éxitos como “Las mujeres se rebelan” y “Una casa colonial”.

Margarita Balboa, nacida el 15 de noviembre de 1930 y conocida como “Margocita”, fue actriz, locutora y cantante. Debutó bajo la dirección musical de Gonzalo Roig y, en 1950, se convirtió en la primera en aparecer en pantalla en la inauguración de la televisión cubana. Fue artista exclusiva del Canal 4, TeleMundo, y trabajó en radio y teatro.

Las primeras transmisiones de TV incluyeron juegos de béisbol desde el estadio del Cerro, usando control remoto y hasta un globo aerostático. El Canal 4 se especializó en transmisiones en vivo, incluyendo lucha libre, boxeo y espectáculos teatrales.

El 18 de diciembre de 1950, CMQ Televisión (Canal 6) salió al aire con un programa dramático escrito por Marcos Behmaras y protagonizado por Alejandro Lugo. Mestre respetaba la libertad creativa y contaba con tres poderosas agencias publicitarias —Siboney, Crusellas y Sabatés— que producían programas.

Gaspar Pumarejo, por su parte, creó “Hogar Club”, una organización de amas de casa que rifaba autos y casas, y organizó el “Festival 50 años de Música Cubana” en 1957, con artistas de Cuba y otros países.

La competencia entre Mestre y Pumarejo elevó el nivel de la televisión cubana, que en los años siguientes exportaría técnicos y libretos de telenovelas a todo el continente. En la década de 1950, figuras como Nat King Cole, Edith Piaf y Sarita Montiel actuaron en Cuba gracias a esta pujante industria.

Para 1958, el país contaba con 25 transmisores de televisión y tres cadenas nacionales: CMQ Televisión, Unión Radio Televisión y TeleMundo. Cuba tuvo gran influencia en las telenovelas latinoamericanas, con títulos como “Soraya” y “El ángel perverso”, y autores como Félix B. Caignet y Delia Fiallo sentaron las bases del género.

"Félix B. Caignet y la revolución de la radionovela"

El 31 de marzo se conmemoró el aniversario del nacimiento de Félix B. Caignet, creador de “El derecho de nacer”, considerada la madre de las telenovelas latinoamericanas. Escritor y músico, Caignet dejó un legado de más de 200 comedias y 300 composiciones musicales.

En 1948, CMQ transmitió “El derecho de nacer” con un elenco encabezado por María Valero, Minín Bujones y Carlos Badías, narrada por Luis López Puente. La obra se convirtió en un fenómeno radial y fue adaptada en varios países.

Luis Márquez, jefe de escenografía de CMQ TV, participó en programas emblemáticos como “Gran Teatro ESSO” y “Conflictos humanos”, y en telenovelas como “Historia de tres hermanas”.

Hoy, en este aniversario 75, es justo reconocer el trabajo de aquellos pioneros y de los actuales profesionales que, con talento y esfuerzo, mantienen viva la calidad y la tradición de nuestra televisión.

¡Felicidades a todos los trabajadores de la televisión cubana!

 

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