Desde la fundación en el último trimestre de 1950, del Canal 4, Unión Radio Televisión y del Canal 6, CMQ Televisión - ubicadas en zonas muy próximas entre si, en el Vedado habanero- diferentes motivaciones y razones empresariales hicieron que el resto de las televisoras fundadas progresivamente eligieran como sede, locaciones muy cercanas a las fundadoras. El desarrollo del sistema televisivo fundacional habanero llego a reunir en el mismo municipio habanero durante la década del 50 del siglo pasado, generando en esa década, una concentración insólita de siete plantas televisivas en la capital. Ello no impidió que varias de ellas desde su primera etapa, proyectaran su expansión hacia otras zonas de la nación en las cadenas televisivas nacionales instaladas paso a paso en las principales ciudades, generalmente en las capitales de las entonces seis provincias del país.
La configuración geográfica de Cuba propició entonces que nuestras empresas mediáticas asumieran junto a la producción y realización televisivas, la emisión de las señales desde la planta matriz y luego, las redes de distribución en otras provincias.
Mientras que en México y Brasil -integrantes de la trilogía fundadora de la televisión en América Latina- las cadenas nacionales de microondas usadas por la televisión, recayeron en el Estado, tanto en su inversión, instalación y gestión operacional; en Cuba, esta actividad de manera integral, fue asumida por la iniciativa privada, es decir los consorcios o grupos propietarios de nuestras principales televisoras.
En 1954, ya existían en La Habana tres plantas con filiales en otras provincias:
Radio Televisión Nacional (Canal 4); CMQ TV (Canal 6) y Telemundo (Canal 2).
El altísimo costo de la expansión de la señal televisiva a escala nacional generó entonces una alianza mediática estratégica entre algunos de estos propietarios, constituida como hecho insólito en una economía de mercado regida por la competencia comercial cuando dos de esas televisoras se unieron en una empresa especializada en la difusión de señales televisivas, con el fin expresado de abaratar el costo de los proyectos de expansión de la televisión a toda Cuba donde ambos convergían.
Así, desde el 16 de diciembre de 1954, comenzó operaciones Microondas Nacionales S.A., con un capital de $2 millones de pesos, para extender el servicio que ya había llegado hasta la central provincia de Santa Clara, hasta las ciudades cabeceras de las provincias de Camagüey y Oriente, en la zona oriental del país. En esta empresa se fundieron los intereses hasta entonces contrarios de CMQ TV y Radio Televisión Nacional para enfrentar la competencia que significaba el Canal 2, Telemundo, que también había cubierto la central provincia de Villa Clara y que desde su inauguración duplicaba desde la capital, la cobertura de ambas televisoras, erigiéndose como un potente competidor. Se firmaron dos convenios, uno para la operación conjunta de la red de microondas y otro para la operación, instalación y operación de los transmisores. Este proyecto significó a sus integrantes el ahorro de más de $ 500 000 pesos, en la tarea de llevar la señal televisiva a las provincias orientales.
Este fue uno de los hitos de historia televisiva fundacional que devino primacía en las prácticas mediáticas regionales.
El triunfo revolucionario impuso nuevas realidades y objetivos de los medios electrónicos en Cuba y décadas después surgió Radio Cuba y con ella una empresa independiente que concentró todas las señales radiales y televisivas cubanas en una empresa en manos del Estado cubano, iniciándose la historia de la difusión de estas señales en el éter cubano fuera de los medios de comunicación.
CUBARTE. 25 de Mayo de 2008