Precursores de un sueño con dos etapas históricas muy diferenciadas pero muy imbricadas, una comercial que duró una década y otra de servicio publico que comenzó en 1960 a partir de la nacionalización e intervención de los medios electrónicos cubanos tras el triunfo de la Revolución
y que por 45 años ha abierto un fértil sendero a la información, el entretenimiento, la educación y la formación de todos los cubanos. La Televisión, más allá de todo su engranaje tecnológico, cobra vida gracias a la consagración de miles de hombres y mujeres, que garantizan la satisfacción del espíritu, la elevación del conocimiento y el fortalecimiento de la ideología de toda una sociedad, que se transformó radicalmente y cambió sus esencias y objetivos tras el despertar de Enero de 1959. De aquellas prácticas y rutinas colectivas, de aquellos saberes aprendidos y acumulados, se nutrieron todos los que siguieron a los precursores, devenidos por décadas, maestros de generaciones.