Una vez más la Televisión Cubana ha seguido de cerca la historia, para convertirse ella misma en historia.
En un empeño que involucrara a decenas de personas, la detallada cobertura informativa y las transmisiones en vivo de todas la actividades públicas desarrolladas por el Papa Francisco durante su visita apostólica a Cuba, representan un hito en los más de sesenta años de existencia de este poderoso e impactante medio de comunicación en nuestro país.
No merecía menos la presencia del Sumo Pontífice entre nosotros, en una breve estancia que ha dejado una enorme y profunda huella en el corazón y la conciencia de los cubanos, que tuvieron la posibilidad de compartir desde la pantalla de sus televisores las misas oficiadas por Su Santidad en La Habana, Holguín y Santiago de Cuba, y recibir la sabiduría contenida en sus palabras.
No ha hecho falta profesar otra fe que la confianza en la utilidad de la virtud y la posibilidad de un mundo mejor, para que creyentes y no creyentes se estremecieran durante apenas cuatro jornadas con las palabras y la sencilla y carismática imagen de Francisco. Y a ello indudablemente contribuyó la ilustrada y consagrada labor de los periodistas y los técnicos comprometidos con la difusión de esta histórica visita.
Gracias a tan profesional desempeño, la teleaudiencia nacional e internacional pudo acompañar paso a paso la permanencia del Sucesor de Pedro en nuestro país, y adentrarse en el conocimiento de su larga ejecutoria pastoral, caracterizada por el culto a la humildad y a la vocación de servicio.
El ingente esfuerzo realizado en estos últimos días por la Televisión Cubana, como un medio de comunicación cuya razón de ser es ofrecerse con calidad, veracidad y sentido de la oportunidad- a millones de receptores, se corresponde con un definitorio y memorable pronunciamiento que hiciera Su Santidad el Papa Francisco: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”.
Que siga sirviendo y viviendo de este modo nuestra Televisión y quienes la hacen posible cada día.