Cuando en 1492 el marino genovés, Cristóbal Colón llegó a Cuba y observó las bellezas naturales de la Isla, es de suponer que fue profundamente impactado, y cual sorpresa tuvo cuando de forma paulatina fue entrando en contacto directo con los aborígenes isleños; hombres y mujeres que recibieron amablemente a los conquistadores españoles, que inicialmente, también reciprocaron con baratijas que deslumbraron a los nativos, y hasta ahí, todo parecía que iba bien, luego las ambiciones retenidas fueron aflorando cuando se hizo efectiva la conquista, ya la amabilidad cedía paso a la a la mezquina codicia que siempre caracterizó a los insaciables conquistadores.
En unas pocas décadas, ya la población indígena había cedido a la presencia no menos desdichada de los primeros negros esclavos traídos a la fuerza de la lejana África. Aquellos nobles pobladores al darse cuenta de las verdaderas intenciones de los conquistadores se pusieron en pié de lucha, surgió Hatuey, Guamá y otros caciques que se revelaron y fueron reducidos por la fuerza a la más ignominiosa de las vejaciones y Hatuey fue quemado vivo, por un ejercicio inquisitorio que solo trajo más desprecio hacia los hombres que un día llegaron ondeando banderas de paz.
Luego que desaparecieron las poblaciones indígenas, los negros esclavos iniciaron una larga travesía de humillaciones y explotación primero en las minas de oro y luego en las inagotables jornadas cortando caña o haciendo las más difíciles labores que no pocas veces desembocaban en la privación de vidas inocentes y desdichadas. La historia tiene ampliamente documentada las incontables muestras de rebelión de los negros esclavos hacia sus opresores hispánicos. En apretada síntesis histórica, se muestras el descontentos desde el inicio mismo del siglo XIX que tuvo su apoteosis en la guerra del 68 comandada por Carlos Manuel de Céspedes y que termina con la guerra necesaria y la primera intervención del imperialismo Yanqui en la sufrida Isla. Surge la república mediatizada o la primera de muchas traiciones al pensamiento emancipador martiano de una República con todos y para el bien de todos. El odio al colonialismo español era más que evidente, pero la desconfianza a ultranza hacia el imperialismo Yanqui, ese mismo imperialismo que hizo que Martí expresara “viví en el mostro y conocí sus entrañas” no solo se proponía sustituir las obsoletas estructuras socioeconómicas del debilitado otrora imperio español, sino que se planteaba iniciar un largo diferendo con los cubanos que generó la corrupción a un nivel estructural en la sociedad cubana, las traiciones al pueblo por gobiernos profundamente corruptos y entreguistas, el asesinatos de líderes obreros y estudiantiles, el oportunismo, el saqueo de nuestras riquezas, la pobreza, el surgimiento de politiqueros de turno que vendían su alma al diablo para enriquecerse acosta del pueblo.
Todo esto atravesó por etapas verdaderamente históricas y siempre estuvo signado por el odio y el desprecio hacia aquellas miserables actitudes que habían sumido al sufrido pueblo cubano en la más absoluta pobreza. Pero vino el Moncada y luego la Sierra Maestra y después el 1ro de enero de 1959 y el pueblo cubano con Fidel al frente han creado una historia de vida profundamente auténtica. ¿Qué raro? En más de 56 años nunca este pueblo pensó en expulsar a Fidel y la dirigencia histórica del poder. En más de 56 años la Revolución ha logrado índices de salud, de educación, en el deporte, en la seguridad social, en la natalidad infantil y en mil programas más, datos superiores a los países de América Latina y similares a los del 1er mundo. Hay que ser un estúpido para no ver que este país ama a Fidel porque se lo ha ganado, porque ha sido el único que desde la llegada de Colón a Cuba, ha emancipado a este país, ha mejorado hasta donde se lo ha permitido, el bloqueo más extenso e inhumano jamás conocido por la historia de la humanidad, las condiciones de vida de los cubanos. Porque ha practicado el internacionalismo en decenas de países de todos los continentes, porque ha devuelto la vista a miles y miles de personas que ya no podían ver, porque ha alfabetizado a su pueblo y a 5 millones de personas en más de 30 países del mundo, porque ha graduado a decenas de miles de médicos, profesores, ingenieros etc., de decenas de países del mundo y porque siempre fue valiente, altruista, desinteresado, solidario, amigo, consecuente y porque como todo cubano que ama su patria siempre, escuche, siempre le han roncado los c……