Aproximación a la primera actriz Asseneh Rodríguez y su sólida carrera profesional

Disfrutaba intensamente al representar caracteres y conflictos disímiles, que le permitieron revelar la verdad artística subyacente en el arte.

El último adiós a la primera actriz Asseneh Rodríguez, de 79 años, en la necrópolis de Colón, donde fue sepultada el pasado 5 de agosto, motiva el acercamiento a su diversa labor creadora, en la cual dejó huellas imperecederas por su versatilidad y entrega a la profesión.

 

Recibió varios reconocimientos, entre ellos, la Orden Alejo Carpentier, la Distinción por la Cultura Nacional, el Premio Nacional de Televisión y el Sello Aniversario 90 de la Radio Cubana.

Al paso de los días se activa la memoria, apuntes dispersos, fotos y entrevistas, testimonian el magisterio de esta figura, que en diferentes escenarios de Cuba y otros países, conmovió por su entrega y particular estilo.

“En nuestra vida imaginaria, todo debe ser real. Ante los públicos o las cámaras nunca debemos preocuparnos por lo que ocurre a nuestro alrededor, lo más importante es el sentimiento interior, el cual permite justificar lo que uno hace, si las circunstancias fueron reales”, me confesó a propósito del estreno de la telenovela Añorado encuentro.

Carismática y dúctil, convencía al interpretar estereotipos o personajes. Debutó en la Mil Diez del Partido Socialista Popular, en un programa infantil de esta emisora, abanderada de las causas justas, de los trabajadores, la independencia, la justicia, fiel al lema que la identificaba: “Todo lo bueno al servicio de lo mejor: el pueblo”.

“Resulta inolvidable la experiencia de establecer una relación comunicativa mediante un micrófono. La primera vez marca el destino definitivo. Ese momento produce sensaciones y reacciones encontradas: temor, alegría, dudas, desafíos. No existen términos para nombrarlo. Simplemente uno vive esa entrega”, decía.

Trabajadora incansable, maestra normalista de profundas convicciones, le resultaba grato compartir saberes y vivencias.

“Actuar: santa palabra. Los más jóvenes deben comprender la esencia de esta profesión, que exige responsabilidad, talento, disciplina. Cada puesta tiene sus peculiaridades, si exige de nosotros un extra, hay que dárselo, aunque estemos fatigados. Nos debemos a una profesión difícil, hermosa, muy reconocida”.

En la década del 60, Asseneh brilla en el movimiento teatral. Más tarde, incursiona en el cine y la televisión, donde logró muchas satisfacciones, en especial la popularidad, el reconocimiento de públicos de diferentes generaciones.

Con autenticidad y haciendo gala de sus dotes expresivas, recreó textos del Poeta Nacional Nicolás Guillén junto al actor Alden Knight, con quien la actriz descubrió esencias de una acendrada poética,  los cautivó Motivos de Son, y en ellos, el acervo bailador y cantor del pueblo cubano.

Ambos sorprendían por el estilo de interpretación; uno buscaba en el otro, el vínculo con su partenaire, la relación dinámica de atmósferas sugestivas, una interacción viva en función del acto creativo común.

El ímpetu de Asseneh Rodríguez seguirá iluminando la escena cubana, su santa palabra deviene un tesoro para el arte escénico de todos los tiempos.

 

 

 

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