Cuando era muy pequeño, alrededor de los seis años sentí una enorme admiración por nuestra gran vedette Rosita Fornés. Desde muy temprana edad tuve la suerte de conocerla y admirarla, en mis primeros años por su belleza explosiva, ya en la adolescencia por su arte verdadero, su profesionalidad y versatilidad a través de sus programas habituales de la televisión en donde siempre tanto brilló.
Me cautivó por su belleza sin par y su carisma; en aquellos tiempos vivíamos muy cerca de ella y de vez en cuando solíamos verla y podía admirarla a lo lejos y por mi temprana vocación plástica a dibujarla a reproduciendo su imagen a través de un comercial que publicara la revista «Bohemia» en donde ella anunciaba en una firma jabonera en 1953 cuando fue seleccionada «Mis Televisión» junto al actor Armando Bianchi que ya la cortejaba, así fue que crecimos…
Siempre la seguimos a través de su larga carrera en donde demostró su capacidad para incursionar en las diferentes manifestaciones del arte escenico: el canto lírico, el popular, en programas de la televisión y por su actuación dramática en los espacios teatrales, en las zarzuelas y operetas, el cine mexicano y el espectáculo de variedades, además de los comerciales y hasta en el cabaré que también hizo magistralmente. Pude admirarla un 31 de diciembre en el cabaré Tropicana con el cuarteto de Meme Solís y el actor Carlos Moctezuma; como en alguna que otra actividad con algunos de sus admiradores de la que aún conservo algunas fotos y muy gratos recuerdos.
Más tarde en la temporada de la «Época de Oro del Teatro Lírico cubano» y su renacer en los ahora lejanos años 1962-1968; en todas las puestas en escena del Teatro Lírico Nacional, entonces «García Lorca», tanto en las zarzuelas: «La Verbena de la Paloma», «Luisa Fernanda», «La Revoltosa», «María la O» y las operetas: «La Viuda Alegre», «El conde de Luxemburgo», «La princesa de las Czardas» y tantas, tantas otras que sería interminable esta lista, siempre estuvimos presente.
Tuvimos la oportunidad de conocernos a la salida del teatro, por el fondo «García Lorca»; más tarde en una reunión organizada en su homenaje compartimos y logramos concretar una visita en su apartamento en el Penhouse del edificio del Retiro Radial en la calle Línea entre E y F donde vivió; fuimos en una tarde, previa concertación con ella, la que a nuestra insistencia posó para un grupo de compañeros estudiantes de pintura y fervientes admiradores suyos entre los que me encontraba, cuando aun éramos estudiantes y cursábamos el tercer año de la carrera de Pintura de la que nos graduamos en la Escuela de Bellas Artes «San Alejandro» (1965-66).
De los tres alumnos que le hicimos varios croquis para posteriormente cumplir lo prometido a ella, que era realizar un retrato con algunos de los bocetos realizados. Tuve la suerte y el privilegio que le gustara el mío. A los pocos días otro alumno Aurelio Torres, dibujante ilustrador y trabajador de la revista «Bohemia» y yo la visitamos nuevamente y le llevé un retrato ya terminado. Ella quedó tan complacida con él, que aunque alegó que creía ella no poseía un bonito perfil, me encargó que lo montara a mi parecer, alegando que ella tenía entera confianza en mi gusto para ello.., que escogiera el tipo de montaje más apropiado y adecuado.
De ese, nuestro primer encuentro cercano surgió una entrañable amistad que duro hasta el final de sus días; también de aquellos apuntes del natural donde posó en una tarde otoñal en su casa y al quedar yo inconforme con el de perfil, le sugerí hacer el retrato por una foto suya que a ella le gustaba mucho y le propuse hacer una interpretación de la foto y tuve la dicha que ella me aceptara con agrado aquel retrato «al pastel» que como es lógico le regalé porque le agradó mucho.., tan es así, que me encargó en persona que lo llevara a «El Arte» (tienda especializada que quedaba en Galiano y Zanja, dedicada a la fotografía artística y donde a la vez se vendían artículos de artes plásticas para pintores, escultores y estudiantes de arte, además de otros profesionales de algunas otras manifestaciones artísticas, donde además contaban con materiales fotográficos y muy buenos fotógrafos profesionales, más un estudio bien acondicionado allí existente). Es una pena que este tipo de tienda especializada ya hoy día no exista.
Bueno, en aquellos años ya estaba movilizado en el primer llamado para el SMO y, a sugerencia de Rosa le llevé el comprobante de pago porque yo no podría estar presente para buscarlo, me dijo que ella encargaría a alguien ir a recogerlo. El retrato quedó de maravilla con un doble marco que escogí en dorado y madera laqueada, montado entre dos cristales para su mejor protección y conservación. Ella quedó tan complacida, que se retrató con sus dos hijas Chiquitina y Tanya hija de Armando, sentadas las tres en el sofá negro de la sala y de fondo colgado ya en la pared, el retrato que le había pintado, la foto salió publicada en un reportaje en suplemento dominical.
El retrato finalmente fue hecho por una foto que a Rosa le gustaba mucho, solamente se ve de su rostro la parte superior del mismo, (su nariz, ojos, cejas y cabello), pues por delante del rostro, en la fotografía ella tiene cargado a uno de sus gatos que a través de su larga vida tuvo como mascota y es una imagen comparativa con los ojos de ella y la de su felino. Esto resultó para mí una gran satisfacción por la admiración y el respeto de su parte, fue de mucho orgullo y placer en aquellos mis juveniles dieciséis años. He hecho cantidad de retratos a casi todos mis compañeros de aula en la escuela de artes y muchísimos otros a amigos y familiares después, pero uno muy especial para mí fue el realizado a la Gran Diva Rosa Fornés, en 1965 porque que sé que ella siempre gustó de él y conservó.
Años más tarde, en los años del 80-82, a instancias de Fuentes Pino, excelente profesor de escultura de «San Alejandro», pensando él que complementaría mis conocimientos de Pintura, de la que me había graduado en 1969, pues me embulla para que ingrese en la sesión de la noche para estudiar Escultura y Modelado. Cuál fue la sorpresa cuando una noche en que realizaba una gran academia en barro (figura completa) a tamaño natural. Se rumora por los pasillos que están haciendo una filmación del programa que Rosa tenía en la televisión. Más la sorpresa fue de ella cuando entra a grabar en el aula de 4to. Año de modelado y al verme muy extrañada me dice: y que haces tú aquí? Le explique ella se ríe y sorprendida dio vueltas alrededor de la escultura en que estaba trabajando y de esa forma me sentí muy agradecido por ese gesto hacia mí persona.
.Durante mucho tiempo a través de su larga vida y carrera profesional la hemos seguido por todos esos años, ella siempre me dispensó con una amistad y deferencia que han servido aun más, para seguir admirándola en el trayecto de toda su larga y exitosa carrera, hasta… su viaje hacia otra galaxia o dimensión, porque ella no está, ni nunca estará destinada a permanecer en el olvido. «Por siempre La Fornés», como el título del programa homenaje dedicado y conducido por nuestra destacada locutora Rosalia Árnaes.
Rosa fue una persona de una calidad humana increíble que nadie calcularía, de una sensibilidad ante las desventuras y enfermedades de pacientes del leprosorio del «Sanatorio del Rincón» y de un gran amor hacia todas las artes, siempre le gusto cultivar las amistades y sobre todo su rigor y amor al trabajo, el respeto a su público, el amor a su familia y a Cuba, a la que siempre antepuso en los primeros lugares, sencillamente un ser humano adorable y excepcional.
Últimamente por mi contrato de trabajo con la editorial En Vivo tuve la dicha de hacerle una de sus últimas entrevistas aquí en su propia casa, ya en Siboney, en donde nos recibió como siempre, con una sonrisa en sus labios y tan cariñosa y amable como acostumbraba a ser con todos y más aun con los que sabia éramos sus admiradores incondicionales, entre los que yo me considero uno de sus más fieles… Ojalá! todos los artistas y “divas” –o los que así se denominan–con muchos menos méritos y trayectoria, tuvieran la sencillez y amabilidad con que contaba nuestra Gran Vedette cubana.
Estamos muy complacidos por el otorgamiento del merecido Premio Honorifico “Enrique Almirante” otorgado por la «Agencia Caricatos», en su primera edición que correspondió nada menos que a «Nuestra Gran Vedette de Cuba” la espectacular Rosa Fornés, que bien merecido lo tiene por tantos años que dedicó incondicionalmente a la cultura y a Cuba, tributándole a su país y al mundo lo mejor de su arte en diversas manifestaciones artísticas. Entre los tantos premios y reconocimientos que ha recibido a lo largo de toda su carrera, este no representó uno más, porque sabemos que contó con la entrañable amistad de Almirante desde siempre y además por ser su vecino más cercano, pues él vivió en el apartamento frente al suyo en el mismo edificio del Retiro Radial, en donde en un día de cumpleaños de Rosa, tuvimos la dicha de compartir con ella, Bianchi, Chiquitina, Tanya y parte de la familia y donde también estaba Enrique Almirante y su familia.No por gusto fue declarada durante siete años consecutivos como la Primera Vedette de México y posteriormente como la Primera Vedette de América y recibir el Premio de Honor al Mérito. En nuestro país es y será siempre «Nuestra Primera y Gran Vedette de Cuba», además que ostentaba muchísimos más reconocimientos y distinciones por sus años de actividad artística. Le fue otorgado el Premio Nacional de Teatro del año 2001. En 1995 recibió la Orden «Félix Varela». También ha sido galardonada con el Premio del Gran Teatro de La Habana 1988 y los Premios Nacionales de Teatro 2001, Premio Nacional de Televisión, 2003 y de Música2005.
Durante la década de 1980 la revista Opina crea el «Premio Girasol» –Premio de popularidad–, le entregaron el Girasol de Cobre 1982 y el Girasol de Cristal en 1984.Se alzó con el Premio de actuación femenina en el Festival de Teatro de La Habana de 1984, por su interpretación de «Violeta» en «Confesiones en el Barrio chino» del destacado dramaturgo Nicolás Dorr. También recibe «La Charola de plata» en México, 1984, otorgada por la Delegación Benito Juárez y el Distrito Federal como «artista del pueblo». Obtiene un Premio Especial de Interpretación en el Concurso Guzmán, en 1984, por la canción «El Comediante» (José A. Quesada).
El 12 de septiembre del 2008 arribó a su aniversario escénico 70; por tal motivo el 18 de octubre de ese año se le rindió un merecido homenaje en el Anfiteatro del Centro Histórico de La Habana, este espectáculo fue grabado por la Televisión Cubana y emitido posteriormente el 8 de febrero del 2009 en el espacio ¡Bravo!. Ella es y será considerada «Una Leyenda Viva» dentro del arte y la Cultura Cubana, es Premio Nacional de Televisión «Por la Obra de Toda de la Vida» en 2003, por su dedicación enteramente al arte.
En febrero de 2011, Don Juan Carlos I, rey de España le concedió la «Orden del Mérito Civil», la cual le fue impuesta por el Sr. Ramón Cacho, embajador de este país ibérico en la República de Cuba.
Rosalia Palet Bonavia, Rosa Fornés nació el 11 de febrero de 1923 en Estados Unidos y falleció en Miami, Florida, también en Estados Unidos en la madrugada del miércoles 10 de junio a la edad de 97 años. Su última voluntad fue descansar en el Cementerio de Colón, esto dice de todo su amor a su público y a Cuba en donde todo nuestro pueblo le rindió un merecido tributo en el lugar donde debuto, el «Teatro Martí» y se despidió de La Gran Vedette de Cuba.
Este modesto «esbozo, croquis o pequeños apuntes para un retrato», no es más que un pretexto motivado por la conmemoración del Aniversario 102 de su nacimiento este 11 de febrero del 2025, en que hubiera cumplido años y por la gran admiración y respeto conque siempre la recordaremos todos a los que nos dejo su huella imperecedera por siempre… ¡Rosa!