“A todos mis personajes les pongo el corazón y lo mejor de mí”, asegura la actriz de Vidas cruzadas, LCB, Entrega, Pasos firmes y Vuelve a mirar, Maité Galbán, a quien hemos visto desdoblarse en la piel de diversos personajes con los que ha ganado el cariño, el respeto y la admiración sincera del “respetable” público y merecer sus aplausos, desde las lunetas de un teatro hasta los hogares donde ha llegado gracias a la indiscutible magia de la televisión.

Maité lleva el arte en sus venas desde pequeña, y aunque nunca se visualizó como actriz, la vida se encargó de convertir un acto de picardía adolescente en el comienzo de un viaje imaginado para aquella joven nacida en Caimanera, en la más oriental de las provincias de Cuba, Guantánamo:

“Siempre fui una niña muy artista, recuerdo que en la escuela hacían festivales pioneriles y participaba en todas las manifestaciones artísticas: en danza, en teatro, en canto…, pero realmente siempre me incliné más por el canto y no por la actuación.

“Estando en 12 grado hago las pruebas del ISA, sin tener la más mínima idea de qué era, lo único que yo quería era salir de pase de mi beca aquel fin de semana. Recuerdo que me presenté con un fragmento de Abdala que me valió el sí, el sí para comenzar este hermoso, aunque también difícil, camino que es la actuación. Llegó a mi vida como algo inesperado, como algo no planificado… y aquí estoy. Creo que valió la pena.”

¿Y a la televisión cómo llegaste?

_Llego a la televisión en 2012 con un Tras la Huella, de Albero Luberta, titulado Ultraje. Fue mi primer trabajo en este medio con un personaje pequeño, pero que disfruté mucho y aún hay personas que lo recuerdan.

Maité Galbán junto a los actores Omar Alí, Víctor Cruz y Tony Alonso durante el rodaje del telefilme Delantero. (Foto cortesía de la entrevistada)

Creo que tu primer protagónico en televisión fue en la telenovela Vidas cruzadas, ¿cómo viviste esta experiencia? ¿Fue difícil asumir un personaje protagónico sin tener aún la experiencia suficiente en el medio?

_Antes de Vidas cruzadas tuve un coprotagónico en LCB: la otra guerra, que también fue un trabajo muy bonito, con Alberto Luberta una vez más; pero mi primer protagónico fue precisamente con esa maravillosa telenovela dirigida por Heiking Hernández, que me hizo ganar el cariño del público.

“Vidas cruzadas fue difícil en el sentido de enfrentarme a un personaje principal, a cómo planificar los estudios de los textos, a cómo organizar el trabajo, porque nunca había tenido un personaje de tanto peso y, además, en una telenovela.

“Pero desde el punto de vista actoral no me resultó complejo, incluso ya yo desde niña sabía de corte, costura y bordado, entonces tenía la agilidad con la máquina de coser. Y en cuanto al personaje, no soy madre, pero tengo ese sentimiento maternal bien cerca y por ahí lo saqué, apoyándome en la relación que yo tenía con mi madre. La química que logramos la actriz Laura Vasallo y yo fue increíble y eso se vio en pantalla.”

Háblame del teatro, ¿disfrutas actuar sobre las tablas? ¿Alguna obra en particular que te haya marcado?

_Yo digo que el teatro es la casa de los actores, porque es el lugar donde vives la obra de principio a fin sin cortes y donde único tienes un intercambio directo con el público; ese momento de los aplausos para mí es el agradecimiento máximo a nuestra carrera y a nuestro trabajo. El teatro es un lugar mágico de creación, de vivir aquí y ahora…

“Yo he disfrutado todos los personajes que a lo largo de mi carrera me ha tocado defender, a todos les pongo el corazón y lo mejor de mí. Pero una de mis obras favoritas es Zoológico de cristal de Tennessee Williams, con la que me gradué del ISA.”

Maité Galbán y Roque Moreno en la obra Desnudas del grupo teatral Aire Frío. (Foto cortesía de la entrevistada)

Hablemos de Vuelve a Mirar, muchos disfrutaron tu personaje y se identificaron con sus conflictos a pesar de tener una pequeña participación en la telenovela, ¿cómo viviste esta experiencia? ¿Se cumple la máxima de que no existen pequeños personajes?

_Sí se cumple la máxima de que no hay personajes pequeños, porque siempre habrá alguien al que le guste, alguien que se vea reflejado en él y es eso precisamente lo que hace grande a un personaje, cuando es bien defendido, claro está.

“Con Vuelve a mirar me sucedió eso, Mabel no era uno de los personajes principales de la telenovela, sin embargo, ha gustado muchísimo y las personas me escriben, me dan sus criterios, me hablan de cómo les hubiese gustado que terminara…, y eso es algo muy bonito y que yo he disfrutado mucho.

“El personaje de Mabel fue una enseñanza, porque en su historia con su jefe –Néstor Jiménez– ella se le ofrecía constantemente y él la rechazaba, por lo que recibí muchas críticas por las redes sociales, sobre todo de mujeres, que me decían: «que me diera valor», «que el orgullo de la mujer», «que yo no tenía que caerle detrás a un hombre». Eso, como actriz, me resultaba molesto, sin embargo, aprendí a ser más tolerante porque simplemente se referían al personaje y no a mí.

“Con este boom de las redes sociales y que los dramatizados, principalmente las telenovelas, son cada vez más multimediales, los actores todo el tiempo nos exponemos a la crítica, a los memes, a los comentarios…, y debemos aprender a manejarlo de la mejor forma. Es por eso que siempre digo que fue un proceso de adaptación y de entendimiento. Cuando sales en la televisión, para las personas ya formas parte de su vida, de su casa, de su cotidianeidad.

“Sinceramente, Vuelve a mirar fue una experiencia bonita en mi carrera. Estoy muy contenta con el cariño con que fue recibida por el público que, en definitiva, es para quien nosotros trabajamos.”

Con Mabel en la telenovela Vuelve a Mirar, recientemente disfrutamos a Maité Galbán en la pequeña pantalla (Foto cortesía de la entrevistada).

Es evidente que en los últimos tiempos has vivido una transformación física impresionante, ¿qué te motivó a iniciar este difícil proceso? ¿Crees que el físico limite de alguna forma a los actores?

_Yo comienzo esta transformación física por mis deseos de salir embarazada y una de las primeras recomendaciones médicas que recibí fue precisamente que debía perder peso. A partir de entonces, comencé en un gimnasio y a hacer dieta, hasta que poco a poco fui adelgazando. Ya lo he asumido como un cambio para mi vida por salud y porque me siento bien, pero no creo que el físico –en este caso el peso– limite a ningún actor. Si tienes el talento, ya con eso es suficiente, siempre van a haber personajes esperando por ti.

Es conocido que te encuentras en proceso de rodaje de una nueva telenovela, Tan lejos y tan cerca, ¿qué nos puedes adelantar? ¿De qué va?

_Sí, ahora me encuentro grabando Tan lejos y tan cerca, que la dirigen Alberto Luberta y Loysis Inclán. Estoy representando uno de los personajes protagónicos, se llama Danay y es una doctora que tiene una familia, a partir de la cual girarán diversos conflictos. La telenovela tiene como línea argumental el impacto de la COVID-19 en Cuba, sobre todo en las familias, y yo soy una doctora que va a Zona Roja y vive en ella varias experiencias, algunas incluso muy fuertes.

“Puedo adelantar que está basada en experiencias reales de una doctora que nos está asesorando. La telenovela dará mucho de qué hablar porque refleja nuestra realidad durante estos dos difíciles años de pandemia que hemos vivido. Es, sin lugar a dudas, un tema muy sensible, que removerá muchas emociones.”

¿Qué esperas de la vida?

_De la vida espero más crecimiento espiritual y profesional, nuevos proyectos y todo lo positivo que me pueda dar. Solo eso.

Maité Galbán, Alberto Corona, Ariel Zamora y la niña Lucía González Lam serán la familia protagonista de la telenovela Tan lejos y tan cerca. (Foto cortesía de la entrevistada)

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