Basada en una historia real, conocida en España como La viuda de Patraix, es el punto de partida para el filme La viuda negra (Carlos Sedes, 2025), exhibido en el espacio La película del sábado este 13 de julio y que resultó una propuesta atractiva por su ritmo, capacidad para sostener la tensión a lo largo de todo el metraje y una narrativa que incluye lo policial, el suspenso, en función de lograr seducir al espectador.
La historia sucedió en Valencia, España en agosto de 2017 y que lleva al cine, con sus matices, con sus características de thriller, para llevarnos de la mano por los momentos de la investigación, hacernos parte de esta búsqueda y conducirnos en la observación de cada detalle: nosotros como espectadores también queremos encontrar una pista, un detalle que nos lleve hasta el responsable del hecho.
A nivel argumental es un filme sencillo: un hombre (Antonio es asesinado frente a su propio coche en el garaje del edificio donde vive; cuando se inician las investigaciones, sale a flote que su viuda sostiene relaciones con otros hombres y eso, despierta el interés policial, pues varios móviles terminan apuntando a ella como principal sospechosa.
Dividido en tres segmentos claramente marcados, el primero donde se presentan los hechos, el asesinato de un hombre y se comienzan las investigaciones para descubrir al autor del hecho; en el segundo, se cuenta todo el proceso anterior al crimen, sus relaciones familiares y su vida en pareja; y el tercero resulta clave en la resolución del conflicto, hasta encontrar la verdad.
Durante la segunda parte se muestra que la vida en pareja resultaba totalmente insoportable, pues ella hacía de todo para propiciar discusiones que terminaban en culpar al otro y hacerse la víctima. Mientras ella escondía una doble vida, con cuatro amantes a los que les contaba sobre supuestos golpes y maltratos por parte del marido, fiestas en discotecas y bares.
Como parte de la narración, el filme también la lleva hasta su centro de trabajo, como enfermera en una clínica de atención a ancianos y un hospital, en los cuales también propicia relaciones íntimas como compañeros de trabajo; el filme narra esas relaciones basadas en la frialdad, en los cálculos de Maje para lograr que otro llevara a vías de hecho el crimen y librarse de su esposo.
Sus constantes historias y escenas, llevan a Salvador, un médico veinte años mayor que ella a cometer en crimen, con el propósito de salvar a la inocente Maje del abuso de su esposo; sin saberlo, Salvador estaba asumiendo un crimen que lo condenaría por siempre, al tiempo que nunca lograría establecer una relación con ella, pues después del asesinato, Maje evadía cada una de las llamadas del apasionado médico. Pero la policía tampoco le permitiría disfrutar del amor que nunca fue.
En las actuaciones destaca Carmen Machi, actriz que hemos reconocido como protagonista de la serie Aida, pero que posee todo el potencial para asumir cualquier personaje; y como rostro de la enfermera, Ivana Baquero, mientras Tristán Ulloa asume el papel de Antonio Navarro, la verdadera víctima.
Como un filme dinámico en su estructura, capaz de interesar a cualquier espectador, puede ser considerado La viuda negra, realizado por Netflix y Bambú Producciones y transmitido el pasado sábado en la Televisión Cubana, ojalá propuestas como esta, llegaran más a menudo para diversificar los estilos, los argumentos y los personajes.