Magdiel Ramón Pérez Labrada, es un rostro conocido en la televisión por su programa Hola Habana del canal ¿capitalino? que comparte con Sandra Hernández, y es una voz que despierta a una buena parte de Cuba en Haciendo Radio.
Nacido en Las Tunas, tiene 41 años, estudió y se graduó de Información Científico técnica y Bibliotecología en la Universidad de La Habana. Trabajó durante cinco años en el Instituto de Información Científico y tecnológica (IDICT) y a la par de sus estudios ya hacía radio en la Habana, en Radio Cadena Habana, que fue la primera emisora que le abrió sus puertas. Hubiera querido estudiar periodismo pero la carrera estuvo cerrada por dos años a mediados de los 90.
De él sólo voy a decir, que como televidente de Hola Habana, en las oportunidades que Magdiel no está (a veces, creo inoportunos sus chistes) me digo “¡Contra, nadie sabe lo que tiene hasta que no lo pierde!”. El forma parte de ese eficaz colectivo, como su otro rostro Sandra, en el rol de adecuados protagonistas.
-¿Cómo y cuando llegas a los medios?
- Hice algo (muy poco) en la emisora de Las Tunas, a la cual acudía casi a diario, buscando oportunidades, de hacer cualquier cosa: era un privilegio hacer un guión, una producción musical, atender el teléfono y decir la hora por radio, era un chance descomunal. Se hizo muy difícil acceder allí a un puesto, que solo me proporcionó Eddy Crespo Vargas (director de programas) en un espacio juvenil que se llamaba Comando y que salía 1 vez a la semana, con 1 hora de duración, y éramos 4 voces… como puedes apreciar, hablaba muy poco… en resumen fue muy complicado “llegar”. Hoy, algunos valoran poco el estar delante de un micrófono o ante una cámara, porque parece que cuesta menos alcanzar esos sitios. Ya en la capital, fue Cadena Habana la emisora que me dio la oportunidad de tener un programa con 6 frecuencias semanales, y ahí sí fui la voz principal, durante siete años, (7 y 30 juventud). Luego aparecieron más espacios en Cadena Habana (4 programas diarios: una revista de facilitación social, un programa de música y poesía y el Noticiero provincial de la emisora. Fue entonces que decidí “guardar” mi título universitario e ir por el sueño de hacer radio… aunque nunca he dejado de reconocer que mi carrera me gustaba mucho y me sirve en lo que hago actualmente.
-¿Y desde que fecha despiertas a las personas en Radio Rebelde?
-En Haciendo Radio estoy desde el primero de agosto de 2006. Primero en las Culturales y desde el 12 de Marzo de 2007, en la conducción. Recuerdo la fecha con exactitud, porque estuve pensándolo UNA semana cuando me propusieron ese puesto (me parecía una locura y en ese momento pensaba que NO estaba listo para asumir ese reto) hasta que Gladys Goizueta me dijo un día (y esta parte no creo que puedas publicarla), que si No me atrevía es porque era un “pendejo”. Ese comentario de Gladys fue el impulso para decir que SÍ. Y ahí estoy. Y ¿sabes algo?, No sé qué proyecto o propuesta me saque de aquí, porque AMO este programa y las satisfacciones que me da la gente son tan alentadoras que “NO me canso de madrugar”.
-Has tenido grandes responsabilidades en Haciendo Radio ¿me cuentas algunas?
-Coberturas de primer nivel que me prestigian al seleccionarme: Más de 10 actos por el 26 de Julio… La visita papales de Juan Pablo II, y de Francisco… recorrido por las provincias afectadas por huracanes en el 2008 y el 2016 (en momentos complejos para esos lugares, allí ha estado siempre el programa)… una muy especial y grandiosa responsabilidad fue la despedida y el homenaje a Fidel en Santiago de Cuba en diciembre del 2016… pero mi más significativa responsabilidad, NO tengo dudas, es ESTAR ante este micrófono, porque no tiene precio el llegar a un sitio intrincado de Cuba y que llegue una persona de cualquier sexo, edad, estrato social, y pregunte por Magdiel… Tengo anécdotas increíbles de personas que han llegado a verme con los ojos aguados y me han dicho que yo soy quien le “ha levantado el ánimo en momentos en que perdió un familiar”, o que le ”acompaño en su soledad” , o que “cuando no estoy no es igual”, “yo pensaba que eras un hombre más grande”… o “mira eso, yo creía que eras un viejo por las cosas que dices por los consejos que das” … eso no tienes cómo agradecerlo… o sí, sí tienes: seguir haciéndolo. En una ocasión, en el III Frente, Santiago de Cuba, una señora llegó a la emisora buscándome y me dijo, “yo vengo de Barranca”. Una persona que vive en Cruce de los Baños abrió los ojos, y me dijo: “esa mujer ha venido aquí por ti, de una distancia que ni imaginas…” Ese día lloré delante de una (hasta ese minuto) desconocida; ahora nos comunicamos frecuentemente y esa mujer que se llama Marisol dice ser “mi madre” de la loma.
-¿Qué significa la radio para ti?
- La radio es mi casa, me siento muy cómodo, a gusto; puedo estar cansado, desanimado, triste, decepcionado en ocasiones… que cuando se enciende el bombillo que indica “En el aire”, me llega una energía que fluye, empuja, impulsa y me acerca a la gente. La radio me ha concedido el privilegio de la realización personal y profesional, de conocer a personas a las que quiero y me quieren, de acercarme, de incidir en cambiar, transformar realidades, conductas y estados de ánimo. La radio, lamentablemente subestimada en ocasiones, se torna imprescindible en situaciones como eventos meteorológicos, coberturas de inmediatez y el poder llegar con pocas personas y recursos mínimos, a todos los sitios y escenarios.
-Y a la televisión ¿Quién te llevó?
- A la televisión llegué gracias a Marino Luzardo… cuando él fue a asumir la conducción de Al mediodía, sin yo saberlo, sugirió que fuera yo quien lo sustituyera en el programa Con signo de amor, del Canal Educativo. Unos años después, cuando Sandra se queda sola en Hola Habana, es ella quien me llama para proponerme que la acompañara en la revista. Alguien que ya NO está en Cuba: Maylin Legañoa, le sugirió mi nombre a Sandra, le dijo que me escuchara en Haciendo radio y valorara… así lo hizo Sandrita y me llamó.
-Hola Habana es tu sillón real ¿Quién te pone los límites de lo que debes decir?
-Una revista en vivo, con el ambiente espontáneo, natural, afectuoso en el que trabajamos, con la impronta que tiene, suele ser peligrosa en este tema de los “límites”. Yo he debido analizar ese tema, a partir de sugerencias de personas a las que respeto y considero mucho. Dimitri Fernández (director de la revista)… la propia Sandra Hernández… y un par de buenos amigos que me ven y me recomiendan cordura, mesura y contención. Luego de algunos señalamientos en ese sentido, ellos me han hecho reflexionar y creo que lo he interiorizado en cada salida al aire, con lo cual NO quiero decir que aún NO salgan algunos “chistes” que quizás en la apreciación personal de las tantas personas que nos ven, lleguen a incomodar a algunos.
-¿NO temes que a veces los chistes (forman parte de ese espectáculo que armas) molesten a tu interlocutor?
- Hay dos situaciones en este caso: una en la que reconozco que NO lo pienso mucho a la hora de decirlo… y la otra: que lo hago sobre la base de que entre el interlocutor de que se trate y yo, exista una relación estrecha, más allá de lo que se ve en pantalla y tratando de que quienes nos ven se sientan parte de la jarana. Eso, en muchos casos ha funcionado, y lo he comprobado cuando alguien en la calle, nos dice: “… yo me he reído ayer con ustedes, porque aún sin saber de lo que se reían yo disfruté el ambiente que tenían.”
-¿Cómo escoges los programas en los que participas?¿Te arrepientes de alguno?
-Desgraciadamente la práctica NO funciona así. Yo NO escojo los programas, es a la inversa. Son los directores o alguien que te propone, los que llegan a uno. Tal vez por eso esté de moda que tantos actores, cantantes, animadores de turismo, periodistas… estén ocupando los puestos que debían ser de Locutores (bien preparados). Hasta ahora NO, NO me arrepiento de ningún programa de los que he hecho, porque cada paso te enseña, te adiestra, te pone a prueba, te prepara. La radio es una gran escuela, te da confianza, te prepara para hacer todo tipo de programas y ejercita la improvisación.
-¿Qué hace un tunero vestido de azul en el Latinoamericano?
-jajajaj El azul NO era por Industriales… es el Azul el color del Canal Habana, y era eso lo que decía mi pullover. En el banco de Industriales, los peloteros, los aficionados, los que escuchan radio, y ven televisión, saben que le voy a Las Tunas, desde que tengo uso de razón, y que cuando juegan Industriales vs Las Tunas, le voy a los míos y NO lo escondo.
- ¿Te gusta la pelota?
- Es mi gran pasión, uno de mis entretenimientos favoritos; la sufro porque sigo un equipo que NO es ganador, pero es mi papá el responsable, porque me llevó al estadio cuando tenía 7 años, y desde entonces No dejo de ir a donde sea para ver a Las Tunas. He narrado, por hobbie desde la radio, y dicen algunos que NO lo hago mal, pero no creo que decida dedicarme a eso por completo. La oportunidad de estar en el terreno del Canal Habana la agradezco a Héctor Villar y a Guillermo Hernández y la asumo por mi gusto hacia el beisbol y porque me impone el reto de intentar hacer entrevistas en las que trato de No preguntar lo mismo de siempre, buscar otras aristas y eso lleva mucha atención y preparación.
-Lo que desees decir y no te haya preguntado.
- Creo que en la radio se impone hacer una revisión de las tarifas de algunos espacios y especialidades: hay programas en los que una voz de la radio que hace un programa de 30 minutos por ejemplo, solo percibe $4.00… luego, las voces aparecen en varios programas y varias emisoras y eso limita la identidad, y ¿a quién se cuestiona?: al locutor. Opino que hay que rescatar también, a la par de lo anterior, porque tiene efecto dominó, el rigor y la disciplina para que cada aspirante pueda asumir un puesto ante un micrófono. Es necesario perfeccionar los sistemas y estructuras de captación, preparación de nuevos locutores y a éstos, una vez habilitados, darles la opción de un plan concreto de prácticas pre-profesional, en el que puedan mostrar sus habilidades y aptitudes, y de esta manera, apreciar en qué rol puede ser empleado posteriormente.
En la televisión, es cada vez más ofensivo el escenario que se nos da como presentadores, donde los Directores tienen total poder de decisión, para colocar en estos roles, a quienes ellos elijan. No son muchos los proyectos de TV que parezcan perdurables, sólidos, atractivos y que exijan de los profesionales, el aquello de dar más, de ser dirigido, de “explotar” al máximo las posibilidades de cada cual. De ahí que a veces veamos (y me incluyo) a algunas personas en ciertos espacios en los que solemos decir, “le queda chiquito”. Y que conste: No hablo de Hola Habana, donde apunto, para terminar, que es un sitio de la TV donde intentamos que cada día, el público sienta la televisión cercana, familiar, cálida, atractiva, espontánea, y alejada de patrones formales y rígidos, que nada o muy poco, tienen que ver con esta ciudad y con quienes la habitamos.