Entre tu y yo
- Detalles
- Escrito por: Abel Castillo Noriega
- Categoría: Entre tu y yo
- Visto: 1241
Fidel Betancourt ha tenido una importante presencia en el arte y la cultura de nuestro país. Actor de fuerte temperamento dramático ha brillado a lo largo de su recorrido por esta profesión, dejando su impronta en decenas de personajes en teatro, cine y televisión.
Este amor por la actuación se fragua a partir de las experiencias que ha recolectado en películas como Chamaco, Habana Blues, Madrigal y en las obras de teatro Roberto Zucco, Vida y Muerte de Pier Paolo Pasolini y Morir del Cuento de la mano de los directores Carlos Celdrán y Alberto Sarraín.
Oportunidades que alcanzó aprovechando las propuestas que se le presentaron en el camino y manteniendo los sueños de aquel joven que se escapaba de clases para ver obras de teatro y se imaginaba dentro de una película.
¿Desde el principio tuviste claro que querías ser actor?
- Nunca tuve un interés marcado por la interpretación, era un mundo ajeno a mis deseos profesionales, me gustaba el arte, la pintura, la música, pero de manera aficionada, jamás pensé que podría acabar siendo actor.
“Irme a estudiar actuación a la capital, en el Instituto Superior de Arte (ISA), tan lejos de casa, fue una verdadera sorpresa en mi vida; tenía claro que quería conocer el mundo, explorar nuevos caminos, que en mi natal Santiago de Cuba no podía.
“Conseguí una plaza para estudiar en La Habana y esa decisión cambió mi vida por completo. No tenía claro a dónde iba, ni qué iba a encontrarme, tenía curiosidad y ganas, pero todo era un viaje a lo totalmente desconocido. Así comenzó mi vida en el arte.
“Los primeros años en la Universidad fueron muy extraños, me gustaba lo que me rodeaba, pero no entendía nada; el comportamiento tan liberal de todos, sus maneras de pensar tan altas y sus desenfados me confundían todo el tiempo. ¿Era realmente este mi lugar?, me preguntaba.
“Pero fui dejando correr mi suerte e intentando adaptarme y avanzar en lo que me había llevado hasta allí, que era aprender a actuar; y poco a poco me fui convirtiendo en uno más del grupo. Cuando terminé el primer año de la carrera y regresé a mi ciudad, me di cuenta de cuánto había cambiado. Guardé a mi querido Santiago en un lugar bien seguro y decidí mirar hacia adelante”.
Lee más: Fidel Betancourt: actor de vida, traductor de emociones
- Detalles
- Escrito por: Ivón Peñalver
- Categoría: Entre tu y yo
- Visto: 3209
Para quien deporte, historia y vida van de la mano
Al conocer a esta inquieta periodista, creí que atendía temáticas culturales; pero no, es una graduada de Comunicación Social, desde 2011, que continuamente afirma cómo se puede imprimir belleza a la palabra y al hecho en sí, cuando de defender el deporte se trata.
Lo cierto es que la holguinera Glenda Torres Ramos le tomó el pulso a decir y hacerlo bien y, aunque en el futbol, por ejemplo, nos ha mostrado sus dotes de excelente comunicadora, es el beisbol, el deporte que le apasiona, y gracias al cual la hemos visto desde las gradas y en pleno terreno; de ahí que esta entrevista se haya visto interrumpida en más de una ocasión por sus horas dedicadas a la edición, tras ese esperado reencuentro con el estadio de los grandes acontecimientos: el Latinoamericano.