El 26 de marzo de 1950, la revista Bohemia publicó el anuncio de que Gaspar Pumarejo Such, Director General de la cadena nacional Unión Radio, traería la televisión a Cuba.

El Circuito CMQ S.A., cuyos directivos seguían la evolución del novedoso invento desde hacía años esperando el momento óptimo para ingresar a este mercado, acusó rápidamente el golpe.

Entre el 7 y el 10 de setiembre de 1950, su Director General, Goar Mestre Espinosa, realizó entre 8 y 10 de la noche por varios días, la primera demostración televisiva cubana en circuito cerrado realizada por una empresa mediática, con participación de los públicos.

Desde su sede el edificio Radiocentro, esta acción promocional –al igual que la televisora fundadora usó tecnología de la estadounidense RCA–. En esa ocasión, el Director General de CMQ, Goar Mestre, lanzo el reto: aunque no sea el primero, seré el mejor.

Las estrellas de Radiocentro trabajaron en su programa inicial (...)

Se instaló un equipo receptor en el estudio 3 y se hizo el programa en el Estudio 14. Los reunidos en el estudio 3 pasaban al 14 en grupos de treinta personas. Todos veían la televisión y como se producía el programa y finalmente Ramiro Gómez Kemp explica los aparatos.

Se pasaron películas cortas hechas expresamente, luego hubo un desfile de la mayor parte de los artistas, locutores, músicos, escritores, empleados, dirigentes. Todos hablaron y tuvieron la satisfacción de verse. (…). Cerca de las 12 p.m. terminó la prueba. 

En una carrera acelerada contra el tiempo, CMQ reconvirtió algunos de sus estudios radiales en televisivos y construye en marcha forzada, un anexo a Radiocentro –complejo arquitectónico inaugurado en abril de 1948– donde instala la sede de su televisora, la torre para las antenas y otros espacios afines a dicha actividad.

Tan intenso fue el bregar de esta empresa, que el Canal 6 (CMQ TV) inició su programación experimental ininterrumpida, el 18 de diciembre de 1950 –menos de dos meses después que el Canal 4–. La necesidad imperiosa de potenciar su imagen corporativa, tras la pérdida de la primacía audiovisual, impuso la postergación de su fastuosa inauguración oficial, para el 12 de marzo de 1951 siguiente, haciéndola coincidir con la efeméride de su casa matriz: CMQ Radio.

Desde 1943, cuando la familia Mestre Espinosa ingresó a CMQ Radio, mostró una visión empresarial dinámica, agresiva y poco ortodoxa. En 1947, la empresa quebró la estructura monolítica del sistema radial cubano –totalmente generalista– y funda Radio Reloj (especializada en noticias, información y anuncios) y CMBF Radio Enciclopedia, Onda Musical (música instrumental y anuncios). Desde entonces redistribuye en sus tres plantas, sus contenidos, audiencias y anuncios.  

La misma osadía empresarial la aplicara en la televisión. Sus recursos financieros, tecnológicos, talento administrativo y técnico artístico le permite dar los pasos sucesivos para alcanzar su objetivo de liderar la televisión en Cuba y nutrir la programación de las televisoras de habla hispana en Iberoamérica.

A estas ventajas competitivas sumaba su talento técnico-artístico, con alta experticia en radio, publicidad, cine y teatro que, en corto plazo, aprendió a hacer televisión; haciéndola. 

Por añadidura, CMQ TV fue la televisora comercial fundacional, con más tiempo (1950-1958) en manos de la misma empresa. Con la mira en su visión expansionista, CMQ TV creó un sistema de plataformas mediáticas que tributaban a sus objetivos en Cuba y en el universo de habla hispana.

Su mayor freno para sus propósitos fueron las limitaciones propias de la tecnología televisiva existente en los años cincuenta, cuando surge y se consolida el video en América Latina e Iberoamérica:

Las cámaras coexistían en dos modalidades:

- Video: Novedosas y monumentales. Se ubicaban en los estudios o foros y se usaban en los recurrentes controles remotos en locaciones exteriores.

- Filmografía.

- Noticieros españoles y estadounidenses brindaban las noticias internacionales cada semana. 

- Pequeños y portátiles equipos se usaban para captar los sucesos cotidianos en locaciones exteriores y nutrir géneros y formatos informativos televisivos.

- Complejos y grandes equipos fílmicos ubicados en los estudios (llamados kinescopios) copiaban las emisiones televisivas en tiempo real; cuando aún no existía la grabación magnética por video tape. 

- Las antenas unidireccionales imponían costosas redes de microondas y múltiples centros repetidores.

Cuba fue la única nación iberoamericana donde las televisoras –generalmente propiedad de una empresa radial privada– financiaron, construyeron y operaron la difusión televisiva por redes de microondas y repetidoras, y gestionó todo el sistema difusivo. En México y Brasil, las redes estuvieron a cargo del Estado.

Hasta 1957, no existió tecnología que intercambiara en tiempo real las imágenes televisivas en movimiento. El Sistema sobre el horizonte, entre Cuba y EE.UU. combinó novedosos sistemas tecnológicos con nuestra excepcional cercanía geográfica fue la excepción con varios ejemplos. Mucho hubo que esperar por los satélites de comunicación contemporáneos.

La concreción definitiva de los sueños expansionistas del Canal 6 (CMQ TV) se produjo entre 1950 y 1958. Pero esa es otra historia…

 

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