Asegura Manuel Ortega, director del espacio de competencia recién finalizado.
Para Manuel Ortega, director para la televisión de la recién concluida segunda temporada de Sonando en Cuba, que deleitó durante varios domingos al público, el espacio puede mejorarse y alcanzar mayores niveles de aceptación.
La entrega que dio continuidad al proyecto gestado por Paulo FG hace un año atrás, rindió esta vez frutos más cercanos al paladar del gusto popular. La diversidad de géneros, la calidad musical de los concursantes, el acierto de la elección de mentores, el formato y estructura de la competencia y la escenografía montada en el Teatro Astral, marcaron el sello de lo que podría convertirse lentamente en un espacio de gran trascendencia no solo para Cuba.
En declaraciones a esta publicación, el director señaló que si bien es cierto que no se dispuso de la totalidad de recursos materiales para un programa de tal envergadura, Sonando en Cuba logró rescatar un tipo de espectáculo que había quedado atrás en la televisión cubana.
La propuesta puso nuevamente en la pantalla nacional formatos que ya eran parte del pasado, como tríos y cuartetos; además le dio el lugar que corresponde a la música cubana, incluida la salsa, que tanto éxito tuvo en la década de los 90 del siglo pasado.
“El espectáculo audiovisual fue muy bueno y la cohesión de todas las especialidades también: escenografía, iluminación, vestuario, ambientación, dirección de cámaras y montaje coreográfico”, señaló Ortega.
A pesar de la gran aceptación por parte del pueblo, reconoció que en un programa de este tipo lo que importa es la competencia. Por esa razón, siempre habrá personas inconformes con los resultados.
Para la próxima edición consideró prudente mejorar algunos aspectos, como el sistema de competencia, la preparación de los concursantes y la realización de casting. Indicó que sería provechoso trabajar aún más la parte visual, a pesar de que el empaque, en esta ocasión, fue bastante favorable.
Sobre la presencia del músico boricua Víctor Manuelle en el jurado, expresó que fue seleccionado por ser un sonero reconocido en Cuba y Puerto Rico, en tanto ambas naciones suponen una tradición cultural compartida.
“El programa se vio en Puerto Rico y la aceptación fue magnífica. Fue una transmisión histórica y nos sentimos satisfechos por eso”, manifestó Ortega.
A propósito de Bailando en Cuba, el nuevo espacio que se transmitirá en diciembre próximo, el realizador señaló que la propuesta parte de RTV Comercial para rescatar las competencias entre bailarines profesionales o no, y aprovechar el engranaje de Sonando en Cuba.
“En esa propuesta trabajará el mismo equipo y pienso que haremos un buen show que complacerá a buena parte del público cubano”, concluyó.