Este 11 de junio la Televisión Cubana celebra junto al talentoso artista
Jesús (Chucho) Cabrera Acosta nació el 11 de junio de 1926. Su trabajo en la Televisión comenzó el 3 de noviembre de 1950, en los estudios situados en Mazón y San Miguel, La Habana.
A lo largo de su aportadora trayectoria artística ha dirigido seriales y programas dramáticos de la televisión y la radio nacionales, entre estos: En silencio ha tenido que ser (primera y segunda parte), Julito el pescador, Carlos J. Finlay, La Frontera del deber, Salida 19, El capitán Rolando, Sector 40, considerados todos clásicos de la televisión cubana.
Dirigió también La Tremenda Corte, famoso programa de radio en todo el continente americano.
Realizó durante el año 2000, con la Casa Productora de Seriales, 23 capítulos de Un hombre de San Leopoldo, 12 capítulos de Operación Mangosta I, y 12 capítulos de “Operación Mangosta II”. Fue Director General del programa televisivo Tras la Huella.
Estuvo entre los fundadores de la televisión colombiana en 1954, de Tele Rebelde, en Santiago de Cuba, en 1968; de la Televisión Angolana en 1976, y de la Televisión Nicaragüense en 1981.
Este destacado director de programas dramatizados y Máster en Dramaturgia, es acreedor del Premio Nacional de Televisión, de la Condición Artista de Merito de la Radio y la Televisión Cubanas, la Réplica del Machete Mambí de Máximo Gómez y el título de Doctor Honoris Causa en Arte.
Otros reconocimientos obtenidos:
Premio Festival de la Radio y la Televisión
Premio Caracol por la obra de toda la vida
Premio Catedral
4 Premios Caracol
Premio de la Academia de Ciencias de Cuba
Distinción por la Cultura Cubana
Distinción Majadahonda
Medalla por Combatiente Internacionalista
La Giraldilla ( Estatuilla C Habana )
Medalla 50 aniversario de la FAR
Medalla Orlando Pantoja
Medalla Raúl Gómez García
Medalla Lucha contra Bandidos
Medalla por la Victoria CUBA-RPA
Chucho, como todos le conocen, actualmente jubilado, colabora y trasmite sus experiencias a quienes le soliciten ayuda. Considera que el trabajo que se desempeñe debe ser serio y expresar valores merecedores del respeto ajeno.