Cuidar la imagen

 La destacada diseñadora Nieves Laferté, directora de la Galería Raúl Oliva, cuenta con una larga trayectoria en teatro y cine y ha colaborado, aunque menos, con el mundo televisivo. Con su inagotable vocación pedagógica comparte con nosotros algunas valoraciones sobre el vestuario utilizado en nuestra programación informativa.  Considero que estas deberían ser tomadas en cuenta por nuestros periodistas, presentadores y meteorólogos, los cuales, a pesar de su completa formación, en ocasiones debilitan su discurso debido al uso incorrecto de un accesorio o una pieza de ropa, no acordes a sus características físicas o al género que abordan.

Es cierto que los programas de televisión dan crédito a los diseñadores, máximos responsables de esta área, conocemos que sostener una programación diaria es muy difícil dentro de las condiciones que vive nuestro país, pero consideramos útil, más que una crítica, que los que ofrecen su imagen y los que la emiten, reciban estas sencillas sugerencias:

- Hay prendas de vestir que pueden resultar bellas, sofisticadas, pero “en pantalla” la respuesta a la lente puede resultar diferente, incluso inaceptable. La moda contemporánea propone la más amplia variedad de propuestas para la indumentaria social: blusas, faldas, pantalones, vestidos de variadas líneas, también existen las que no dejan aire entre piel y textil, o sea las muy ajustadas. Estas últimas solo ofrecen una buena apariencia en siluetas finas y perfectas. Muslos, rodillas y piernas gruesas no son amigas de las faldas cortas, menos aún de las prendas ajustadas.

- La mejor opción para los cuellos cortos y bustos prominentes, son los generosos escotes en U y V.

- Las chaquetas son sinónimo de distinción, pero, bajo ciertas normas. No cabe duda de que resulta una prenda útil y certera para hacernos sentir bien vestidos, ya sea en plano “elegante” o “deportivo”, aunque es preciso observar algunos detalles. El principal: nuestra silueta. Para los más espigados está claro que “casi todo” les está permitido, pero para aquellos de baja estatura, libritas de más y en el caso de las mujeres, caderas y pechos generosos, por hermosa que sea la prenda, si no rebasa el largo de la cadera, no cumplirá su rol de hacernos lucir una apariencia agradable.

- Si las mangas estuvieran ajustadas en demasía, sí la sisa quedara demasiado justa, o sí al cerrarlas hubiera que forzar botones y ojales, decididamente, no nos veremos bien.

- El televidente aprecia los detalles y una ropa mal planchada, también expresa contenido.

Estos conceptos de la diseñadora, me hacen pensar en los pantalones que usan algunos de los más jóvenes periodistas, prendas que, ajustadas en zonas erógenas, pueden desvalorizar su imagen ante un público diverso. El género informativo exige una presencia que transmita confianza, credibilidad, profesionalismo. Es justo reconocer que los periodistas de la programación deportiva, cumplen con estos requisitos y las presentadoras Raquel Mayedo y Edith Massola hacen gala de buen gusto. Gracias a ellas, tenemos referentes nacionales que admirar.

Acercándonos a los dramatizados, llamaría la atención de los diseñadores sobre el vestuario de actualidad, el cual, en ocasiones, pretende ser realista, pero se aleja de la belleza, de lo interesante, sobre todo al tratarse de vestuario de estar en casa o de trabajo.

Hemos visto durante años planteamientos extremos, o muy elegantes, o tan descuidados que demeritan el producto final. Todos los actores deben tener talento, pero no todos tienen cuerpos hermosos, por ello es necesario valerse de las armas del diseño para componer esas figuras de hombres y mujeres reales. Es también responsabilidad de los directores no exaltar lo grotesco si no es un propósito prefijado.

De otras televisoras hemos aprendido que una persona obesa puede resultar atractiva y en eso determinan mucho los planos a utilizar. Cuando tenemos ante la cámara a un primer actor, es necesario cuidarlo, no destruir el mito.

En cuanto al maquillaje, el objetivo es matizar imperfecciones, mejorar la imagen del rostro y, sobre todo, eliminar los posibles brillos de la cara que pueden salir por los potentes focos que se utilizan en este medio. A veces el trabajo de maquillaje pretende rejuvener un rostro añejo y exagerando los afeites solo alcanza a ridiculizar la vejez.

El monitor no engaña y es importante estudiar la imagen a profundidad antes de grabar o salir al aire, lo cual es válido para todos los géneros. Para lograr éxito en esta categoría es imprescindible la continuidad de la atención de los maquillistas y peluqueros en el transcurso de la actividad pues se nos ha convertido en una fea costumbre desatender la calidad hasta el final del proceso.

La iluminación correcta realza la imagen y es doloroso cuanto afea el error en esta especialidad, lo cual se aprecia, en ocasiones, en los noticieros y, de manera constante, en la conferencia de prensa que diariamente ofrece el Doctor Durán, un hombre mayor, pero atractivo. Todos nos hemos preocupado por el gran esfuerzo que realiza este héroe de la Salud Pública, pero con nuestros recursos técnicos podemos fortalecer su presencia, utilizando una iluminación que potencie el optimismo que tanto nuestro pueblo necesita, después de largos meses de pandemia.

Cuidar la imagen es para la televisión fundamental.