En el año 2002, el entonces recién nacido Canal Educativo, de la televisión cubana, puso en pantalla el programa Para Leer Mañana. Era un proyecto del director y guionista Roberto Ruiz Rebó, el cual en 12 minutos intentaba abordar una figura de las letras, una obra o un fenómeno literario particular.
El reducido colectivo, que contó entre sus fundadores con Dahymí Crespo en la conducción y Guillermo Guillén como productor, tendría a su cargo las primeras emisiones de uno de los espacios televisivos de su tipo con mayor permanencia en la programación nacional.
Sin grandes pretensiones, con una factura audiovisual sobria y funcional, Para Leer Mañana fue ganando solidez en cada entrega. Con el asesoramiento del Instituto Cubano del Libro en cuanto a la precisión de los temas y planes de presentaciones, el programa fue alcanzando la mayoría de edad, esa en que se empiezan a mirar las emisiones televisivas con un espíritu crítico a galope.
Creo que no ha habido en estos diez años ni vaivenes estilísticos ni degeneración de objetivos iniciales; ni concesiones populistas aunque tampoco academicismos de alta y gratuita teoría literaria. Se ha intentado el difícil equilibrio donde se mezcla el didactismo agradable y la invitación al manjar de la lectura. Se trata de un programa donde no han faltado los más diversos géneros, autores, movimientos de Cuba y el mundo. En él asoma la crítica literaria sin que ello sea objetivo esencial, sino más bien, el interés de promover y enseñar lo mejor de lo escrito en el mundo.
Sus secciones Un grano de maíz y Los libros que vendrán, imponen de elementos necesarios para la comprensión y la orientación. Una, sintetizando la vida y obra de los autores; la otra, anunciando las mejores propuestas de las editoriales del país.
Medio millar de autores y obras han transitado por el Canal Educativo en los diez años de Para leer mañana, espacio que no pretende vaciar librerías sino, como su nombre sugiere, fomentar el interés por la lectura de lo mejor publicado o no en el país.
La emisión de los jueves a las 8:45 p.m. del Canal Educativo, no está precisamente en los raitings de teleaudiencias, no está nominado a los premios de la popularidad, no compite con el favoritismo de las telenovelas de turno, pero sin dudas tiene un público que lo agradece siempre. Ahora el mayor reto consiste en afianzar su estructura, mejorando su empaque audiovisual y la belleza y precisión de las imágenes de apoyo.
En el XVI festival Internacional de Poesía, Para Leer mañana vio la luz en DVD en su ciclo de poetas cubanos. Ese fue el primero de los volúmenes que Colección Sur pretende publicar en tal formato. Y este será, sin dudas, otro desafío.