Mujeres ambiciosas (2015), la telenovela que cuenta con 110 capítulos, y se transmite actualmente por la señal estándar de Cubavisión, está considerada una “superproducción” de Globo; también, una de las más polémicas.

La telenovela narra la historia de tres mujeres completamente diferentes entre ellas, que son movidas por la ambición. Como cartas de triunfo, para los roles antagónicos, la televisora apostó por dos reconocidas actrices que representaron villanas históricas de la dramaturgia brasileña: Gloria Pires (María de Fátima, de Vale Todo), quien en esta ocasión es Beatriz, una fría y peligrosa empresaria que tiene sed de poder y utiliza su sensualidad para obtener lo que quiere; y Adriana Esteves (Carmina, de Avendida Brasil), en el personaje de Inés, una mujer de personalidad frustrada y con una verdadera obsesión por su amiga de la infancia, Beatriz.

Este duelo de villanas tiene como contrapunto a Regina, interpretada por Camila Pitanga, la heroína de la historia, quien, desde el primer episodio, lucha por reabrir la investigación del asesinato de su padre y hacer justicia, a la vez que prueba que se pueden alcanzar los sueños sin pisotear a los demás. A partir de ahí –como manda el género– se articulan muchas tramas, de mayor o menor trascendencia.

El guion estuvo a cargo de Gilberto Braga, Ricardo Linhares y João Ximenes, con la colaboración de Sérgio Marques, Ângela Carneiro, Chico Soares, Fernando Rebello, João Brandão, Luciana Pessanha y Maria Camargo. La dirección general de Dennis Carvalho y María de Médicis, secundados por Cristiano Marques, Luísa Lima, Pedro Peregrino y Giovanna Machline. Del dúo Braga – Carvalho hemos disfrutado propuestas anteriores como Vale Todo (1988), Paraíso Tropical (2007), Insensato Corazón (2011) y Lado a Lado (2012).

Entre los rostros conocidos en Cuba y que forman parte del elenco de Mujeres Ambiciosas, tenemos a: Thiago Fragoso, Bruno Gagliasso, Sophie Charlotte y las reconocidas actrices Fernanda Montenegro y Natalia Timberg, cuya relación amorosa en la ficción fue una de las causantes de la conmoción generada entre una parte de los televidentes en su país de origen, fundamentalmente en los sectores conservador y religioso.

Las actrices Gloria Pires y Adriana Esteves comparten los roles antagónicos en Mujeres Ambiciosas (Foto: Tomada de Internet).

La telenovela registró uno de los más bajos índices de audiencia en Brasil, lo cual llamó la atención por tratarse de una producción que festejaba el cincuentenario de la poderosa televisora. Sin embargo, es preciso aclarar que el factor decisivo en la debacle inicial tuvo que ver con el clima político imperante en el gigante sudamericano y no con la factura artística en sí misma.

Con estos antecedentes, vale la pena entonces preguntarse: ¿cuál ha sido la acogida de esta producción en Cuba tras casi 7 meses de emisión?

Recientemente, el Centro de Investigaciones Sociales de Radio y Televisión realizó una encuesta en la red social Facebook, donde se pedía evaluar dicha propuesta televisiva en una escala del 1 al 10. Según los resultados publicados por el propio centro, la mayoría evaluó la producción entre 5 y 10 puntos, donde no pocos criticaron aspectos de la misma como: la trama no logra entretener, aburrida, sucesos predecibles, personajes caricaturescos, lugares comunes, guion vacío, entre otras cuestiones.

No obstante, otro número de televidentes apuestan por la historia, especialmente por el elenco de reconocidos actores y actrices y la belleza de la fotografía desde locaciones en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), París (Francia) y el propio Brasil. En París, por ejemplo, quedaron plasmados en la trama los jardines de Luxemburgo, la plaza de los Vosgos, el puente Bir Hakeim y el museo Rodin. También destacaron la invitación, en el desempeño de pequeños roles, a reconocidos artistas brasileños, así como la calidad de la banda sonora, en las voces de Gal Costa, María Bethania, Caetano Veloso, Gloria Trevi, por citar algunas.

A pesar de que Mujeres Ambiciosas logra altos índices de audiencia en Cuba –algo común para este espacio–, está lejos de colocarse entre las favoritas de la teleaudiencia como lo hicieron Felicidad (1991), La próxima víctima (1995), Señora del Destino (2004), La Favorita (2008), Avenida Brasil (2012) y Rastros de Mentiras (2013), por solo citar algunos ejemplos.

En Brasil, la crítica especializada calificó al guion como inconsistente, centrado solo en la venganza y las tragedias, donde ningún personaje tiene momentos destacados y hay déficit de historias con más humor y romances. Yo, como un espectador más, férreo seguidor de las producciones brasileñas, concuerdo en muchos de estos aspectos.

Las constantes trampas y zancadillas entre las dos villanas en su lucha por el poder, o las de Murilo (Bruno Gagliasso) y Cris (Tainá Müller) a la pareja protagonista, se convierten en una serie de sucesos reiterativos, muchas veces inverosímiles, que ralentizan el desarrollo de la historia. Cuando todo parece irse desenlazando, los antagonistas recurren a una nueva “jugada maestra” que pone en jaque, una vez más, a sus oponentes en la ficción, y la historia retorna prácticamente al punto cero; no hay avance. Soluciones forzadas que al final apuntalan muchas de las peripecias.

Muchas de las tramas constituyen una serie de sucesos reiterativos que ralentizan el desarrollo de la historia (Foto: Tomada de Internet)

Otra solución desesperada de sus guionistas fue la introducción de nuevos personajes para hacer menos lineales los conflictos; tal es el caso de Otávio (Herson Capri), el empresario que juega en los dos bandos según su propia conveniencia; o de Osvaldo (Werner Schünemann), bandido exjefe de la favela del Morro de Babilonia, que en los actuales capítulos que se transmiten, ha aparecido para complejizar algunas de las tramas y aportar nuevos matices a un agonizante culebrón, al que urge ya darle punto final.

Algunos personajes como Clóvis (Igor Angelkorte) y Norberto (Marcos Veras), la pareja integrada por Karen (Maria Clara Gueiros) y Luis Fernando (Gabriel Braga), y hasta el propio político corrupto Aderbal Pimienta (Marcos Palmeira) y su madre Consuelo (Arlette Salles), fueron concebidos con cierta vis cómica –muy característico en las telenovelas brasileñas–; sin embargo, lejos de hacer reír, aburren al televidente con algunas situaciones de mero relleno que no aportan nada al desarrollo de la historia.

Las que sí no han logrado pasar desapercibidas para nadie, son la afamada abogada Teresa Petruccelli (Fernanda Montenegro) y Estela (Nathalia Timberg), una pareja sentimental de clase alta y buena reputación, pero en constantes choques con la sociedad. En la emisión original superaron la ficción, cuando en una escena se dan un beso en la boca. Eso se escandalizó en las redes sociales, donde muchos se manifestaron en contra de ese beso, que era “un mal ejemplo” para las familias.

Formalmente, el Frente Parlamentar Evangélico (el sector evangélico del parlamento brasileño) rechazó esta ficción a través de un comunicado, mientras otros religiosos decidieron boicotearla, pero todo siguió tal y como estaba previsto por su creador, Gilberto Braga, responsable de una cantidad de hits de Globo.

“Eso no va a dejar de existir, igual que el amor heterosexual”, dijo Montenegro en una entrevista, dejando de lado el escándalo que se generó. Sin embargo, la polémica escena del beso se retiró de la edición internacional. La productora suele reeditar sus telenovelas para agilizar las tramas y conseguir un producto más redondo.

La pareja integrada por Teresa (Fernanda Montenegro) y Estela (Nathalia Timberg) ha acaparado la atención de todos, tanto en su país de origen como en el nuestro (Foto: Tomada de Internet)

Pudiera seguir escribiendo sobre Mujeres Ambiciosas, pero prefiero que sean ustedes los televidentes, quienes, con criterio propio, la valoren. Ha dividido las opiniones: para algunos puede resultar una de las peores telenovelas brasileñas transmitidas en Cuba en los últimos tiempos –he escuchado esos criterios–, mientras que para otros constituye una propuesta entretenida y atractiva que los obliga a pactar una cita frente al televisor todas las noches de martes, jueves y sábado –también conozco de esos casos–.

Lo que sí me queda claro es que la División de Dramatizados de la televisión cubana debe explorar más el mercado de telenovelas foráneas, donde existen muchas producciones de mejor factura y capaces cubrir este espacio preferido por la familia cubana.

Si Mujeres Ambiciosas no tuvo el éxito esperado en su país de origen, registrando incluso bajísimos índices de audiencia, no pueden esperarse mejores resultados aquí. Hay otras telenovelas también brasileñas, como India, una historia de amor (2009), La Guerrera (2013), Querer sin límites (2017) o Dulce Ambición (2019), que sí marcaron hits televisivos en Globo y en otras cadenas televisivas en las que han sido transmitidas; propuestas que valen la pena ver.

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