Breves reflexiones en torno a uno de los géneros dramatizados más consumidas en Cuba

Las telenovelas atrapan a millones de espectadores despiadadamente, en horarios insospechados, en circunstancias inimaginables, basta que una de estas tenga el patrón de calidad a seguir, que robe corazones abrazando temáticas esencialmente de carácter sentimental, con intrigas, engaños y confusiones.

Las cubanas y cubanos no quedamos exentos de esta realidad. Ya sea a las 6:30 a.m., 3:00 p.m. o a las 11:00 p.m., siempre hay televidentes atendiendo minuciosamente los capítulos de telenovelas que incluye la programación de telecentros y de los canales nacionales.

Según apuntan los estudiosos, la telenovela es un género puramente televisivo, cuyo principal objetivo es contar, desde una perspectiva melodramática, una historia de amor a lo largo de varias decenas de capítulos, generalmente más de 100, con un final feliz para los protagonistas.

La telenovela cubana moderna ha considerado en sus guiones temas tan polémicos y complejos como las relaciones intrafamiliares, la lucha contra el cáncer y las drogas, y el reconocimiento y respeto por la homosexualidad. Además, por su gran impacto social ha promovido cuestiones tan vitales como la defensa de la cubanía y los valores en nuestra sociedad.

“Normalmente, las telenovelas no se eligen con sus apelativos narrativos o cualidades comerciales, sino por su contenido político-ideológico, hoy en día la 'telenovela cubana' es una especie de híbrido de serie cotidiana”, afirma la periodista Maylin Guerrero en su Tesis de Diploma*.

Las telenovelas hurgan temas principalmente de actualidad, sin embargo, hacen una representación ficticia de la realidad, y en muchas ocasiones no profundizan en  determinados tópicos de la cotidianeidad cubana. Ello se debe, entre otras razones, a que se debe invertir mayor cantidad de recursos materiales en este tipo de producción.

Patrimonio de la cultura latinoamericana, la telenovela constituye, aunque no sea del todo su finalidad, un producto cultural que se realiza con fines tanto educativos como de entretenimiento.

El género nació en la radio, específicamente en Cuba, donde salieron al aire los primeros seriados radiales. Una gran parte de los estudiosos del tema indican que estos dramatizados recibieron una fuerte influencia norteamericana, pero desde el principio este tipo de narrativa adquirió cierto aire caribeño.

La telenovela cubana Senderos de amor apareció en pantalla por vez primera el 1 de octubre de 1952 por CMQ TV, y se estima que fue la segunda propuesta del género en América Latina.

Investigaciones actuales plantean que ver telenovelas nos viene a casi todos por tradición familiar, por tanto se trata de una práctica cultural heredada.

En estos últimos años, los públicos han diversificado el consumo de dramatizados y otros productos culturales, como consecuencia de una mayor exposición al universo tecnológico, donde aparatos como los DVD o las computadoras acaparan atenciones y gustos; sin embargo, la telenovela tiene a su favor una capacidad de atracción como pocos otros, ya sea a través de las PC o de la pequeña pantalla.

Referencia:

*Tesis de LicenciaturaDestellos de la memoria: Un acercamiento al proceso de constitución del público de telenovelas en Cuba según sus memorias de la recepción del género de producción nacional, autora Maylin Guerrero Ocaña, Facultad de Comunicación, Universidad de La Habana, 2010.

 

 

 

 

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