Acercamiento a facetas del arte narrativo en la Radio y la Televisión
Visiones diferentes del mundo ofrecen los medios de comunicación audiovisuales. En el ámbito ficcional, acontece el relato de manera conjunta, tanto en el plano de la acción como de la subjetividad de los personajes.
De ahí que engaños, astucias, malentendidos, amores, miedos, nutran contenidos y puestas en escena de cuentos, mitos e historias. Estas peculiaridades -entre otras de la condición humana- transmiten emociones vinculadas al proceso cognoscitivo. Por eso es tan importante qué se cuenta, qué se dice y cómo se dice en la radio y la televisión, medios en los cuales la representación de la modernidad se hace accesible a diferentes públicos.
El poder de la ficción es infinito. Hace creer sensato el deseo de lo imposible. En realidad, la imaginación humana no ha inventado nada que no sea verdadero. De hecho, personajes e historias establecen relaciones con lo real, entendido como realidad de la ficción.
Ningún relato resulta totalmente ajeno a la vida, dada su condición de universo representativo, en el que tiempo, espacio, causalidad, se constituyen en el contexto y la razón de ser del espectador. De hecho, la familiaridad forma parte de una dinámica de conocimiento y reflexión, la cual se produce a partir de las ficciones.
Como ocurre en el diario acontecer, el recuerdo focaliza conflictos, situaciones, circunstancias, por ende, las puestas permiten al narrador-personaje decir u ocultar secretos, incluso inventar lo que no sabe.
La narración es una especialidad dentro de la locución, con características y perfiles propios. En esta faceta, el locutor forma parte del cuadro dramático, que en cada medio tiene sus especificidades.
En el espectáculo radial, el narrador describe lo que no puede ser percibido directamente por el oyente, ubica y guía el relato, incluso penetra en la conciencia de los personajes.
De igual modo, en los documentales de televisión tanto la voz como el desempeño interpretativo responden a la atmósfera y a las complejidades de la obra.
Actrices y locutoras, desde sus particulares estilos, incursionan en diferentes medios, programas y puestas, a los que aportan, además de requerimientos técnicos, cultura, saberes, vivencias y su participación enfocada en el relato que cuentan y del cual forman parte.
María Teresa Pina es una actriz dúctil e imaginativa, capaz de enfrentar los más disímiles desafíos en la escena. Ha ofrecido clases magistrales en el monólogo, sobre todo por la pureza y la equidad interpretativa de la entonación, determinante en la correcta emisión del lenguaje hablado.
Obelia Blanco, actriz y conductora, saber interpretar los estados anímicos que cada historia demanda, de acuerdo a su temática, atmósfera y significación en el panorama de la cultura.
En Radio Progreso, la locutora Martha Verónica Marcel demuestra talento y maestría en la conducción del programa Juventud 2000 y en la narración de noticias, una de las facetas más complejas de la locución.
Esta última exige, además de leer bien, expresar el mensaje con claridad, precisión y una manera de decir, ello significa definir un estilo, lo más difícil de lograr en el arte, por lo tanto requiere de estudios y superación sistemática.
Toda obra audiovisual que en cualquier formato facilite el dominio de nuevos textos, abre horizontes a la imaginación y al intelecto, atributos determinantes en la formación cultural de cada sujeto creador.