La actriz y presentadora comenta sus satisfacciones con el personaje de Luz Marina en la telenovela Latidos compartidos
De la Jesusa de la telenovela Destino Prohibido a la Luz Marina de Latidos compartidos, la actriz Ariana Álvarez ha mostrado múltiples aristas para convencer a su público.
Graduada de Información Científica y Bibliotecología, en la Universidad de La Habana, devenida en singular actriz, es hoy uno de esos rostros que la televisión ha hecho suyos, a partir de una dedicación y entrega meritorias.
El camino se inició en el teatro. De sus inicios refiere: “siempre sentí vocación por la actuación. Estudié teatro en el Grupo Dora Alonso. El teatro es una experiencia que extraño mucho por el rigor que le imprime a los días, y en mi caso estoy segura que fue el motor impulsor para todo lo que he podido seguir haciendo.
“La televisión me apasiona y aunque me encantaría verme en el celuloide, la motivación que deja en mí la pequeña pantalla es inexplicable, sobre todo cuando se trata de dramatizados; puesto que la conducción de programas es otra cosa, no dejas de ser tú.
“Cuando se trata de un rol como el de Luz Marina (sonríe), que en lo absoluto tiene que ver conmigo, la televisión me permite recrearme en él de una manera que siento que dejo de ser yo para entrar a vivir y a respirar por Luz Marina. Y eso me sostiene tanto que en ese momento se olvidan los problemas, los dolores, los agravios, lo único importante es la cámara y ese personaje que yo hago vivir”.
No obstante, la conducción de espacios como A Moverse, los cinco años transitados por Cuerda Viva y la experiencia junto a Portuondo en el programa Iguales y diferentes, ha hecho de Ariana Álvarez una actriz-comunicadora muy dúctil, capaz de centrarse en otras propuestas dentro del universo televisivo que amplíen su visión de sí misma.
En ese sentido comenta: “son oportunidades muy especiales que hay que saber y poder aprovechar. Porque desde el momento en que se toma el micrófono para informar, te conviertes en portavoz de cientos de mensajes, algunos de los cuales uno puede o no compartir, pero el hecho artístico está primero y es mi obligación hacerlo resaltar como la ocasión amerita”.
Y es esa clara visión la que define y distingue el quehacer de Ariana Álvarez, ahora mismo encarnando uno de los personajes más seguidos y sustanciales de la telenovela Latidos compartidos. Dueña de un paladar, sencilla, extrovertida, hasta el momento cuenta con dos amantes. Deseosa de quedar embarazada, a su alrededor se tejen una serie de tramas secundarias que la hacen no perderse de vista.
Y es que con una sonrisa casi siempre a flor de piel, Ariana Álvarez ha logrado burlar esquemas. A pesar de que últimamente algunos de los personajes que asume tienen un hilo denominador bastante común, ella ha logrado imprimirle al temeroso cerco del encasillamiento, pinceladas particulares para distinguirlos.
Así, con el personaje de Luz Marina a cuestas recibe el 2016, llena de ilusiones para desempeñarse en nuevos roles que la sigan acercando al televidente.
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