Entre tu y yo

 El músico, arreglista y productor ha trabajado en los spots de la campaña de bien público de la Egrem en la lucha contra la covid-19

Formar parte de Buena Fe es ya el primer reto para un músico de estos tiempos, por la amplitud conceptual y estética que desde la canción proponen Israel Rojas y Yoel Martínez. En total armonía con esa constante búsqueda, Ernesto Cisneros ha encontrado otros horizontes que no distan del empeño de decir mucho y bien con buena fe. Tal vez por esa razón en más de un punto su trabajo musical en la telenovela El rostro de los días encontró apoyo y respaldo sonoro también con la agrupación referida.

La banda sonora de esa telenovela se convirtió en un hecho artístico aplaudido por varias generaciones, y más allá del dramatizado per se, encontró un camino seguro para andar de modo independiente, tanto es así que se integró a la campaña de bien público ideada por la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem) para estos tiempos de lucha contra la covid-19. Sobre este particular conversamos con el propio Cisneros.

¿Cómo nació la idea de asumir la campaña de la Egrem contra la covid-19 con personajes de El rostro de los días?

–Ante todo, al ser declarada la covid-19 como pandemia me di cuenta que Buena Fe estaría buen tiempo sin poder tocar en vivo. Imagínate, estamos acostumbrados a interactuar con nuestro público. En esos meses justamente iniciábamos con mucho ímpetu el lanzamiento de Carnal, nuestra nueva producción discográfica. Teníamos planificados conciertos en Cuba, Europa y Canadá. Quiere decir que el comienzo de la pandemia fue brutal para nuestro trabajo, pues todo se detuvo.

“En medio de esa circunstancia, la telenovela El rostro de los días conquistaba al público y, para bien, la música dentro del dramatizado tenía una carga importante. Me di cuenta, entonces, de que los temas se ganaban el beneplácito del público en las redes sociales, por ejemplo. Justo en ese tiempo fuimos invitados por Israel Rojas a un live de Buena Fe para hablar de la telenovela algunos de los actores y Camila Daniela, el Dúo Iris y yo por la parte musical.

“En ese momento conocí personalmente a Yía Caamaño, Roxana Broche, Tamara Morales, Dennys Ramos, y descubrí a profesionales que, a pesar de su reconocimiento social, eran personas extraordinarias, muy amables, de trato fácil. De pronto era como si nos conociéramos de años atrás. Ese fue un hecho que dibujó en mi mente un nuevo escenario, y en una conversación informal aquel día quedamos en colaborar en lo que surgiera.

“La Egrem tenía ya al aire los primeros spots hechos contra la covid-19, con artistas de su catálogo que expresaban mensajes a la población con un lenguaje coloquial. Paralelamente, la Casa Productora de Telenovelas de la Televisión Cubana había convocado a un grupo de actores para que intervinieran en un trabajo similar, hecho a partir de un extenso poema que fue graficado con escenas de la labor de médicos, paramédicos y personal de apoyo en esta lucha. Los spots de la Egrem eran cortos, con un lenguaje muy directo. Los spots de los actores más extenso y con un lenguaje lírico en su marco de expresión. Entonces Mario Escalona, director de la Egrem, me llama para pedirme que conecte con los actores de la telenovela para sumarlos a la campaña, y así surgió todo. Solo había que unir los puntos porque era algo que ya tenía muy claro en mi mente”.

¿Cuál fue el criterio de discurso de los spots? ¿Cuántos se realizaron?

–Fueron concebidos como cápsulas cortas (un minuto) con un lenguaje poético, donde dialogaran un actor y un músico que tuvieran como escenario un lugar hermoso de nuestra ciudad para que todo tuviera el mismo lenguaje. Debían inspirar, motivar, colmar de esperanza. Esos fueron los presupuestos básicos.

“El doctor Durán, todas las mañanas nos informa e instruye en el seno familiar, supuse entonces que el mensaje de los artistas para nuestro pueblo debía ser esperanzador. Se trataba de mostrar cuán necesario es cuidarnos unos a otros para volver a los escenarios y ser felices. Se trataba de visualizar un futuro mejor. Ese es el espíritu que quise llevar y hacerlo a partir de la poesía, porque estoy convencido que motivar es el hecho más efectivo, y no hay algo más inspirador que el arte. Actores, poesía, músicos defendiendo la idea de cuidarnos todos por la esperanza de un futuro sano y hermoso: esa es la idea.

“Imaginé que los planos debían moverse de lejos a cerca, de manera que el mensaje «penetrara» en el televidente. Debía comenzar el actor y terminar el músico, el primero con un lenguaje poético y el otro coloquial. Siendo así, dejamos fragmentos de poesía reconocible y comenzamos por Benedetti. Se realizaron cuatro cápsulas: en el Bosque de La Habana, en la Fortaleza del Morro, en el Hotel Saratoga y frente al mar, en 1^ra y 70. Las locaciones debían ser al aire libre y, como premisa fundamental, ser escenarios hermosos”.

¿Quiénes te acompañaron en esta aventura audiovisual? ¿Es la primera vez que estás inmerso en una experiencia de este tipo?

–Trabajamos Yía Caamaño y yo en la primera cápsula, en la segunda, Dennys Ramos y Camila Daniela, en la tercera, Tamara Morales y Yoel Martínez y en la cuarta, Roxana Broche y Adrián Berazaín. La Egrem contaba con un equipo maravilloso de profesionales a los cuales agradezco inmensamente por su apoyo en todo el proceso. Alexis Oliva fue el director, la cámara estuvo en manos de Miguel Ayala, la edición fue de Octavio Crespo y muy cerca estuvieron en la producción Diana y Vladimir, integrantes del departamento de comunicación de la disquera.

“A ellos se sumaron Nohemí Cartaya, que me instruyó en el uso de los planos cinematográficos y me inspiró considerablemente, mi equipo de comunicación, la Penúltima Casa, la cordial ayuda de Osvaldo Doimeadiós, de Randy Alonso, de Tamara, con quien revisé poemarios, y de Yía, que me ayudó muchísimo en la primera cápsula.

“Así también colaboraron la joven directora del Hotel Saratoga. Lo mismo sucedió con la dirección del Complejo Morro-Cabaña. Creo que hoy puedo contar con nuevos amigos y colaboradores, porque es increíble cómo detrás de un segundo en pantalla hay tantos detalles. Es un mundo fascinante y sí, fue mi primera vez en esta experiencia, pero ya sé que no será la única”.

La música de la telenovela trascendió la pantalla, se convirtió en concierto televisado por demás, y ahora en una campaña de bien público. ¿Imaginaste que podría suceder? Y visto el hecho, ¿hasta dónde crees que la música y el arte en general pueden contribuir a esta gran batalla contra la pandemia?

–Sí pueden contribuir, y mucho, una canción, una frase elocuente, un poema, una obra plástica o teatral, pueden ser más sugerentes que cualquier otra cosa. Una orden se sigue, a un castigo se le teme, pero el arte inspira y eso es absolutamente necesario.

“En cuanto a la música de la telenovela, me ha sorprendido su alcance y los conciertos, más que un deseo personal fueron un pedido del público. No voy a negar que disfruté muchísimo haciéndolos, por todo lo que me gusta hacer ese tipo de trabajo, pero no hay nada mejor que saber que estás complaciendo a la gente que de pronto quiere escucharte. Los jóvenes cantautores que me acompañaron han ganado mucha popularidad a partir de El rostro de los días y eso es algo que me llena de satisfacción”.

Desde la música para la televisión, ¿algún otro proyecto que Cisneros nos pueda adelantar en su rol de creador y productor musical?

–Siempre estoy trabajando y ahora mismo terminé la música de un documental con la realizadora Niurka Dámaris, del Sistema Informativo de la Televisión. También trabajo con Roberto Senarega en otro documental sobe los médicos cubanos. Regreso a la telenovela desde la música, ahora en Asuntos pendientes, de Felo Ruiz, proyecto que me tiene muy entusiasmado.

“Y fuera de estos temas estoy inmerso en una plataforma informática, aún no puedo dar detalles, pero está muy relacionada con la comunicación y las artes. Los caminos que tome esta idea pueden ser bastante largos, pero soy muy constante y sé que será algo muy bueno. Estos tiempos de pandemia me han enseñado que es mejor invertir el tiempo en estudiar, y si es por el bien común, mucho mejor”.

Estos son algunas de las ideas y proyectos de Ernesto Cisneros, incansable hacedor de música, inspirador de que nuevas voces defiendan esa combinación de sonidos y silencios, de melodías y compases que es la música, que sana y salva aun en tiempos de desolación.