Entre tu y yo
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- Escrito por: Rubén Rodríguez González/Ahora
- Categoría: Entre tu y yo
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Luce como una eterna adolescente. Simpática, locuaz, desinhibida, carismática, pura energía; fuego, como buena Aries. Es leal a sus amigos y le gusta bailar como terapia, la adivino el alma de las fiestas. Ve en la humildad y la sencillez una manera de defender su esencia.
Comenzó de niña en la actuación, cuando aparecía en cortos de alumnos de la Escuela Internacional de Cine, donde su papá trabajaba como profesor; también integró el grupo teatral Sombrerito de plumas en su natal San Antonio de los Baños, donde vive toda su familia.
Luego, estudió actuación en el ISA, donde también imparte clases; hace casting y dirección de actores. Sin embargo, más que todo, ama la interpretación de personajes dispares, que la reten a ser otra cada vez: Yohana, en Doble juego; la perversa Karla, de S.O.S. Academia; Consuelo, la esposa de Fermín Valdés Domínguez, en la película Inocencia; o la alocada Indira, de Latidos compartidos y Al habla con los muertos.

Unida sentimentalmente al destacado guionista Amílcar Salatti, cuya serie Calendario se televisa ahora, a Yaremis Pérez llegamos en busca de un fantasma: el fantasma de María Valero, uno de los roles protagónicos de la telenovela El derecho de soñar, que se estrenará en julio.
Le cuento de cómo en casa se hablaba de la Valero con misteriosa veneración, asociada al mito de la radionovela más famosa de todos los tiempos, El derecho de nacer, de Félix B. Caignet; le muestro la foto con dedicatoria y fechada en 1945 que se guarda como reliquia; le pregunto cómo fue interpretar a la gran dama de la radio cubana.
- María Valero nació mujer, y murió siendo un mito, una leyenda... Cuando la conocí, que investigué cada etapa de su vida y lo que significó para el mundo, fue cuando apareció el desafío de “reencarnarla”. Pasé por varios procesos: sorpresa y excitación por el papel, incertidumbre por el tono y la época, temores por no hacerle un digno homenaje desde mi interpretación. Siendo un personaje real, creo que complica las cosas, a pesar de poseer más información. Sin embargo, lo he disfrutado mucho, y he tenido el privilegio de estar respaldada por un grupo de especialistas, que me apoyaron y asesoraron todo el tiempo. La construcción de María fue un hermoso trabajo de equipo.
El reciente capítulo de la serie Calendario fue intenso y potencia dramáticamente tu personaje. ¿Qué pueden esperar de Nora los televidentes?

- Un volcán de emociones, provocadas por su hijo y los avatares de la adolescencia. A educar se aprende, prácticamente, improvisando; no hay ensayos. Es un personaje que cambiará de estrategia a medida que pasen los capítulos y las temporadas, pero siempre priorizará la felicidad y el bienestar emocional de su hijo.
Hablas como lo hace una madre, ¿lo eres?
- De un varón de 14 años, Rodrigo.
¿Puedo escribirlo en la entrevista?
- Sí, claro. Es mi mayor orgullo. Lo mejor que he hecho en mi vida...
¿Qué retos supone tu vínculo afectivo con Amílcar Salatti?

- Iniciamos nuestra relación comenzando nuestro recorrido profesional. Juntos creamos una familia y hemos crecido como profesionales. Ha sido hermoso ver todo lo que ha logrado, mi orgullo no tiene límites. Creo que supone un reto, sobre todo cuando interpreto personajes creados por él. Quiero que los vea cómo imaginó, y se sienta satisfecho. Me sucede algo muy bonito con su obra, todos sus guiones me son muy cercanos, porque en ellos está él, sus pensamientos, sus emociones, sus preocupaciones... Es muy sincero y crítico con mi trabajo, y yo con el suyo, sabemos que es el camino para hacernos crecer. Somos un equipo, y cada uno está siempre en la retaguardia del otro.
Interpretas personajes “serios” y humorísticos, con notable vis cómica. ¿Don o formación?
- Creo que las dos cosas. Todos tenemos nuestra personalidad, habilidades, talentos, pero sin las herramientas necesarias y la guía certera, no podríamos desarrollarlos a plenitud. Nunca me he sentido encasillada. He tenido la posibilidad de interpretar una gama bien amplia de personajes, estoy agradecida por eso.
¿Cuál consideras o tu mejor personaje?
- Pues no lo sé... dime tú.
Trabajaste en Somos multitud, Ritmo clip, La música en el cine, ahora haces Pensando en 3D… ¿alguna receta para la conducción de espacios televisivos no dramatizados?
-Ser uno mismo. Mostrarte sin temor. El público agradece siempre nuestra sinceridad.
Has formado pareja artística con Ray Cruz en varias ocasiones, tanto, que parte del público les considera pareja. Háblame de esa relación profesional.

- Ya no imagino mi carrera sin Ray. La vida y el trabajo nos hacen coincidir constantemente. Admiro mucho su talento y capacidad de trabajo... ¡es un tren! El público tiene que sentir eso, porque, verdaderamente, tenemos una relación muy especial y nos queremos mucho. Pero la amistad es un sentimiento muy profundo, que los dos respetamos y defendemos por encima de todo.
Reconoces la influencia de tu padre en tu carrera artística. ¿Cómo puede influir la fotografía en la formación del actor?
- La fotografía crea diferentes atmósferas a través de las luces y las sombras. Es algo mágico con lo que el actor trabaja, te involucra y sitúa inmediatamente en las diferentes situaciones. Además, marcó mi infancia. Mi padre, Pedro P. Portales, es un artista de la foto fija. Un hombre que gracias a su arte y a su bondad, ha hecho felices a muchas personas.
Desde tu experiencia docente en la formación de actores, ¿cuáles consideras sus fortalezas o debilidades?
- Fortalezas, todo ese universo infinito que se abre ante ti, donde conviven lo real y lo imaginario y solo puede transitarse con mucha voluntad y entrega; donde lo importante es el proceso y no el resultado, siendo siempre sincero y dadivoso. Teniendo acceso a esto, posees una mina de oro. Paradójicamente, ahí está la debilidad: hay quién se deslumbra con solo un quilate.

¿Qué te aportan profesionalmente el trabajo de casting y la dirección de actores?
- Todo está muy vinculado, la actuación, la docencia, la dirección de casting, de actores. Siempre aprendo y descubro maneras de hacer. Se desarrolla una visión más amplia, pero para mí es fundamental no solo el talento del actor, también la persona... Cada personaje, por pequeño o grande que sea, es un regalo muy valioso. Y hay que volcarse en él como si fuera el primero y el último en ser interpretado.
A pesar del trabajo, ¿aficiones, preferencias, refugios?
- Siempre los amigos, pasar ratos juntos. Consumo mucho audiovisual. Conciertos. Bailar es una terapia para mí, aunque últimamente me lo debo.
En entrevista, confesaste cómo no te gustaría ser y tus prioridades, ¿por qué esa recurrencia sobre la humildad y la sencillez?
- Creo que es la manera de mantener y defender tu esencia; de saber que no llegas solo a ningún lugar, que no eres inmune, que nunca se termina de aprender y que hay que ser útil. Tampoco me lo impongo, soy y pienso así.
¿Planes, proyectos, sueños por cumplir?
- Proyectos: la segunda temporada de Al habla con los muertos y la tercera de Calendario. Los planes, no los digo para que se me den... Y mi sueño, últimamente, está relacionado con la felicidad y tranquilidad de nosotros, los que vivimos en esta isla. Ojalá todo mejore.
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- Escrito por: Thalía Fuentes Puebla/Cubadebate
- Categoría: Entre tu y yo
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Lily Bergues es Marina en Asuntos Pendientes. Foto: Cortesía de la entrevistada.
Lily Bergues se mete en la piel de Marina. Habla, sufre, siente y el espectador no es indiferente; conecta con Marina, con su empatía y fuerza, y tiene esperanzas, también, porque con más Marinas en las calles, el mundo sería un poco mejor.
Esta actriz—para suerte de todos—llega a Asuntos Pendientes, la telenovela de turno, de la mano de Felo Ruiz. “Estuve bajo su dirección en El rostro de los días pero mi papel fue pequeño. Los dos nos quedamos con deseos de volver a trabajar juntos. Me prometió que me tendría en cuenta, cumplió su palabra y me regaló a Marina”.
Desde el momento en el que leyó el guión, le llamó la atención la entrega de esta mujer con los demás y el hecho de que siempre estaba para todos, sin importar que su mundo no estuviera bien.
La química actriz-personaje fue inmediata y Lily supo resaltar en su trabajo actoral los sentimientos y miedos que hay detrás de Marina. ¿Sabes qué pasa?, recalca la artista, que Marina y yo nos parecemos mucho a nivel de razonamientos, sentimientos y valores, por ende creo que, además de ponerle voz, cuerpo y rostro, le aporté la fuerza y el entendimiento para vivirla.
Lily Bergues es Marina en Asuntos Pendientes. Foto: Cortesía de la entrevistada.
“No es una mujer frágil, todo lo contrario. Es inteligente. Si en algún momento pregunta qué hacer, en el fondo tiene las respuestas. Marina sueña, pero también es práctica. Tiene carencias, sí, ha pasado por mucho, pero aunque a veces se derrumbe, ella sabe manejar sus estados. Posee unos valores hermosos. Ella sabe lo que está bien y mal. Defiende lo que quiere y lo que tiene. Marina es el ser humano que cualquier persona debería tener en su vida”.
Entre Marina y Lily hay muchos puntos en contacto, sobre todo en que ambas ven la amistad desde la misma óptica. “Marina es empática con todos, es capaz de sentirse mal porque alguien pueda sufrir por culpa de alguna acción que venga de ella. Sufre también por los demás. Pone los problemas de las personas que ella quiere delante de los suyos. Siempre está presente, no solo dando consejos. Actúa y en la práctica es la primera que no se queda de brazos cruzados ante lo injusto. Ella es agradecida y solidaria. Defiende lo que cree. Tiene valores bonitos. Generalmente no juzga, sino que escucha. Lily es así”.
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De la grabación Lily Bergues guarda varias anécdotas:
“En una de las locaciones había un piano y Felo me preguntó si sabía tocarlo. Le dije que sí, pero verdaderamente no sabía casi nada. Estudié una pieza de Mozart y cuando la tenía aprendida hasta la mitad, se adelantó la grabación porque no había tiempo. Como el instrumento estaba en otro lugar de la casa, el día que lo fuimos a usar nos dimos cuenta que no servía. Exigí otro piano porque no podía perder el tiempo que invertí en aprender esa obra clásica”.
También recuerda una escena que supuestamente se había aprendido, cuatro textos en total. “No me percaté que me faltaban dos hojas por memorizar y cuando comencé a grabar y ví que el actor continuó hablando, mi vida entera pasó ante mis ojos”.
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Leah y Leo, los hijos de Lily, también son parte de Asuntos Pendientes en los roles de Javier, el hijo de Rebeca, y de Marina niña. “Hemos hecho juntos dos películas, un cortometraje y varios videos promocionales. En esta novela no coincidimos los tres en ningún set. Siempre me pongo más nerviosa cuando actúan ellos, apenas puedo mirar las escenas, así que prefiero salir y que luego me cuenten como lo hicieron. Es muy gratificante pero me atacan los nervios”.
Lily Bergues y Liah y Leo. Foto: Cortesía de la entrevistada.
Si preguntas si está satisfecha con el resultado que ve en pantalla, Lily Bergues asegura que nunca está conforme. En el teatro va solucionando los errores en cada puesta en escena, sin embargo, en la televisión no se puede hacer más nada cuando el producto está terminado. No obstante, eso la ayuda a disfrutar del trabajo final sin que ningún tropiezo la nuble. “Creo muchísimo en el proceso creativo y si esas fueron las reacciones, acciones y emociones en ese momento, trato de respetarlas”.
Según el criterio de la actriz, la aceptación que ha tenido Marina en la audiencia se debe a que muchas personas empatizan con ella porque es un personaje demasiado real, con vivencias duras. Además, su conflicto, el triángulo amoroso, es universal.
“Siento que muchas personas se ven identificadas porque han pasado y pasan por eso. Siguen de cerca a Marina porque desean saber cómo termina, quieren guiarse, y eso está bien; así también podemos mejorar, amarnos más y agarrar fuerzas para seguir adelante.
“Leo muchos comentarios, entre ellos, una muchacha que también perdió a su esposo y le costó demasiado rehacer una vida en pareja, y eso hizo que entendiera a Marina. Hay muchos que aún no la comprenden y eso también está bien. No todas la ven desde un mismo ángulo. Lo que sí es una verdad, es que hay muchas mujeres como Marina y todas son tan reales como el personaje en sí”.
Lily Bergues, Tulio Marín y Masiel Dueñas. Foto: Lily Bergues/ Facebook
El método de Lily Bergues es el trabajo en equipo; crear un vínculo con los actores con los que comparte escena porque de nada vale ser una buena actriz si no te relacionas con el otro. No actuó en soledad aunque esté sola, explica a Cubadebate, siempre me apoyo en algo porque una actuación creíble para mí no depende solo de uno. Trato siempre de estar para la otra persona en escena con la mayor verdad que pueda encontrar.
Actualmente, se enfrenta al personaje más difícil de su carrera en el monólogo Mary para Mary dirigido por Liliana Lam, se prepara para grabar un teleplay y sigue colaborando con emprendimientos que la llenan de alegrías y felicidad. Además, refiere que el trabajo que más disfruta, aunque no lo es, es la crianza Leo y Leah.
“Actuar es mi hogar; lo que me hace feliz y lo que no me deja dormir. Lo que produce adrenalina en mi vida. Lo que me permite vivir otras vidas dentro de la mía. Lo que hace que tenga que seguir estudiando sin importar la edad. Lo que me hace crecer. Lo que desestabiliza y ordena. Lo que siempre soñé de niña”.
Lily Bergues es Marina en Asuntos Pendientes. Foto: Cortesía de la entrevistada.
Lily Bergues es Marina en Asuntos Pendientes. Foto: Cortesía de la entrevistada.




