Entre tu y yo
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- Escrito por: María Regla Figueroa Evans / Fotos: Cortesía de la entrevistada
- Categoría: Entre tu y yo
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Desde hace dos años, la radialista Idania Martínez Grandales forma parte del programa de la televisión cubana Ruta 10, donde escribe y conduce el segmento dedicado al idioma.
Para muchos, su incursión en la televisión ha sido una sorpresa, pues la mayoría la conoce por su trayectoria en la radio y su labor docente en el Centro de Estudios del Instituto de Información y Comunicación Social (IICS).
Martínez Grandales inició su carrera en la radio en 1990, pero pocos saben que, casi de inmediato, dio el salto a la televisión. Allí trabajó como locutora de cabina y en la cartelera de los canales Cubavisión y Tele Rebelde. Su estabilidad en la pequeña pantalla le permitió continuar realizando la cartelera en off hasta que, en 2022, se integró al equipo de Ruta 10.
«En Ruta 10 no soy locutora, conduzco un segmento relacionado con el idioma. El programa trabaja siempre un tema determinado y, quienes tenemos un segmento dentro de él, interactuamos en función del tema central», explica.
¿Cómo vinculas tu segmento con el tema principal del programa?
«Si el tema central son las madres, en mi segmento, dedicado al idioma, abordo elementos etimológicos afines con la maternidad o con algún otro aspecto relacionado. Lo hago desde una perspectiva que incluye el origen de las palabras, su evolución cronológica, su incorporación a un idioma, sus fuentes y los cambios en su forma y significado».
¿Qué ha representado para ti Ruta 10?
«Ha sido y sigue siendo un reto, una escuela donde cada día aprendo algo nuevo. No solo en el desempeño del segmento de los martes, dedicado al idioma, sino también en mi rol como guionista del programa, labor que desempeño desde hace casi dos años.
«Es gratificante y estimulante interactuar con los invitados y ver cómo se desarrolla el tema central. Para mí, como guionista y conductora, siempre es interesante. Y creo que lo es también para quienes aman el idioma, para aquellos que buscan mejorar su expresión, no solo en los medios, sino en su vida cotidiana. Para quienes sienten curiosidad y están ávidos de conocer las historias detrás de las palabras».
¿Cómo logra aplicar sus conocimientos lingüísticos a la locución radial y televisiva?
«Mi formación en Lingüística (soy licenciada en Español y Literatura) me ha permitido compartir conocimientos con muchos profesionales de la palabra. Los integro al proceso radial y, en los últimos dos años, también al televisivo, enseñando a los locutores formas correctas de expresión oral.
Además, intento compartir estos saberes con los televidentes de la manera más atractiva posible. Este trabajo exige una búsqueda constante de información a través de la investigación en múltiples fuentes, tanto bibliográficas como digitales.
«Precisamente, estas búsquedas —entre otros factores— me inspiraron a escribir el libro Al habla, didáctica de la locución, en coautoría con Rosalía Arnáez, locutora de la televisión cubana durante muchos años y voz emblemática del Noticiero Estelar.
«El libro tiene un enfoque didáctico y aborda la técnica de la locución vinculada con la Lingüística aplicada al discurso comunicativo en los medios. Es una herramienta útil para conductores de programas televisivos y radiales, aunque su contenido no se limita exclusivamente a estos profesionales».
Además de la investigación, ¿qué otros recursos ha empleado para lograr una locución correcta, que ahora transmite a los televidentes desde Ruta 10?
«Le doy mucha importancia a la observación, al conocimiento del medio y a la experiencia que los años nos aportan. Para nadie es un secreto que, cuando se inicia en el mundo de la locución, el trabajo suele ser incipiente, con un exceso de nervios, incluso cuando creemos tenerlos bajo control.
«Muchos locutores comienzan atados a formas de expresión demasiado rígidas. Sin embargo, con el tiempo, comprendemos que existen múltiples maneras de abordar un mismo acto comunicativo. Es entonces cuando alcanzamos mayor creatividad sin perder de vista los principios fundamentales de la locución, tanto en pantalla como en radio».
Ha recibido diversos reconocimientos. ¿Podría hablarme al respecto?
«Obtuve la Maestría en Comunicación y tuve el privilegio de recibir el título de Doctor Honoris Causa en México, junto a otros colegas locutores.
«Este mérito también estuvo respaldado por una conferencia que impartí en la Universidad Ejecutiva de México, un espacio académico que, sin duda, me otorgó créditos importantes.
«Sin embargo, creo que el mayor reconocimiento es ver cómo, en los últimos tiempos, han surgido locutores de gran calidad que prestigian nuestro idioma en radio y televisión, dentro de todas las especialidades».
¿Qué piensas de la locución como profesión?
,«Creo que en esta profesión nunca se deja de aprender. El estudio, la investigación y la observación son una constante. ¡Siempre queda mucho camino por recorrer!
«Somos pequeños ante una obra tan inmensa como la responsabilidad de estar frente a un micrófono o una pantalla, llevando un mensaje a millones de oyentes o televidentes. Y debemos hacerlo de manera correcta, coherente, sin altisonancias, pero con profesionalidad».
¿Crees que lo escrito en materia de locución es suficiente?
«Se ha escrito muy poco sobre locución, y lo mismo ocurre con otras disciplinas que enriquecen el arte de la palabra en los medios. Esa es una de las muchas razones por las cuales debemos seguir investigando en esta línea profesional».
Proyectos actuales...
«Trabajo en un libro sobre terminología apropiada para la enseñanza de la locución. Vivimos en un siglo que exige cada vez más precisión y perfección en quienes nos desempeñamos frente a un micrófono o una cámara.
«Esto impone un estudio constante. Un locutor que crea que su labor se reduce a sentarse frente a un micrófono o estar ante una cámara y nada más, está completamente equivocado.
«Nuestra profesión exige ser, en cierta medida, periodista, actor, historiador. Hay muchas áreas del conocimiento que deberían considerarse herramientas esenciales para un profesional de la expresión oral y que aún no se han tratado con la profundidad que merecen. ¡Por eso el camino apenas comienza para todos!”.
¿Cómo asume la popularidad alcanzada con Ruta 10?
«No me considero popular, aunque sí medianamente conocida. Con mi llegada a Ruta 10 muchas personas me reconocen en la calle, me hacen preguntas, elogian mi trabajo y sugieren temas para el programa o para mi segmento.
«Aprecio mucho este intercambio porque de los televidentes surgen ideas muy valiosas. Se genera una conexión mágica entre el público y el conductor, donde el pensamiento colectivo se activa y el programa se vuelve más cercano a la gente y a sus intereses».
¿Qué significa para usted, como locutora, esa deferencia del público?
«Responsabilidad y compromiso, nunca superioridad sobre los demás, aun cuando el interés del público me haga más visible en la calle.
«Un locutor debe entenderse simplemente como un profesional que tiene el deber de ejercer su labor con la mayor humildad y modestia posibles. El público percibe esas virtudes, y ellas contribuyen a una comunicación más fluida.
«En la medida en que un locutor o conductor se parezca más a su audiencia, respetando siempre la expresión oral, será un mejor comunicador».
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- Escrito por: Ivón Peñalver
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El joven que dirige desde el switcher a la gran familia de Hola Habana, Gabriel Díaz Calderín, se integró hace ocho años a los Estudios de Masón y San Miguel. Seguro, reservado y con un don especial para establecer relaciones con todos, recibió por primera vez al Portal de la Televisión Cubana para conversar sobre su trayectoria.
Gabriel, ¿cuál es tu formación?
«Lo primero, soy graduado de Estudios Socioculturales en la Universidad de Mayabeque, una carrera que ofrece muchas posibilidades de desarrollo profesional.
«Debo confesar que la televisión no siempre fue mi gran inspiración. Desde muy pequeño, mi formación estuvo marcada por la Casa de Cultura de Güines, mi municipio natal, bajo la guía de la profesora Raquel López. Allí aprendí sobre diversas manifestaciones artísticas, como las artes plásticas, el teatro y el diseño de escenografía para las puestas en escena. Sin embargo, mi pasión por la televisión comenzó alrededor de los cuatro años de estar en la Casa de Cultura, cuando me ofrecieron la oportunidad de participar en un curso de producción en el telecentro de Güines, que llevaba ya algunos años de creado.
«Ese telecentro era un hervidero de creatividad y profesionalismo, y decidí probar suerte. No hizo falta nada más. Esa fue la puerta que se abrió felizmente para mí, y por la que he transitado hasta hoy».
¿Cuándo y cómo llegas a Canal Habana?
«A Canal Habana llego hace ocho años, iniciando como coordinador de producción. Ya tenía experiencia en el ejercicio de la producción, y en este caso, mi labor consistía en coordinar todos los programas que se transmitían. Posteriormente, comenzó el proceso de profesionalización de los productores. Yo llegué desde Mayabeque con la habilitación en producción, así que solo me restaba evaluarme como productor.
«A partir de ahí, tuve la posibilidad de tomar otros cursos, hasta que llegaron los de dirección y edición, lo que amplió mis capacidades dentro del canal.
«Fuera del canal, también poseo una habilitación en los Estudios de Animación de Cubavisión, una especialidad que disfruto muchísimo. Trabajar para los niños es algo que me resulta especialmente grato y enriquecedor».
¿Cómo ha sido tu tránsito por este canal?
«He tenido la oportunidad de dirigir varios espacios. Uno de ellos fue Chicos y Corticos, que disfruté muchísimo. Trabajaba con seis niños, organizados en parejas de dos para cada programa. Fue una experiencia muy especial, que requirió mucho esfuerzo y paciencia, pero en la que el amor siempre prevaleció.
«Luego llegó Todo Pop, que aún dirijo. Es un programa juvenil conducido por Vanessa López, con guion de Claudia Lugo y Denis Aguilera como camarógrafo. Realmente ha sido un enorme placer mantener este espacio con un equipo tan comprometido.
«Otro programa que asumo y del que aprendo mucho diariamente es, por supuesto, la revista Hola Habana. Además, dirijo el noticiero y recientemente asumí Libre Acceso, un espacio que admiro profundamente por la responsabilidad social que implica».
Y si de Hola Habana se trata, ya se avecina su aniversario, al igual que el del canal. ¿Qué significa esta revista para ti?
«Hola Habana representa para mí la mayor experiencia formativa hasta el momento. Diariamente me impone retos, me hace crecer. Es un programa en vivo con 57 minutos al aire, lo cual es una gran responsabilidad. En este espacio se presentan músicos, artistas plásticos, literatos, artesanos y funcionarios, tanto cubanos como extranjeros. A la par, el equipo que lo integra es espectacular. Aprendo de ellos todos los días y me siento muy orgulloso de pertenecer a este grupo, por toda la experiencia y camaradería que compartimos.
«Siempre vi Hola Habana como un espacio inmenso. Es mi primer programa en vivo, y llevo casi tres años al frente. Me llena de una energía que creo transmitimos a los televidentes diariamente, de 4:10 p.m. a 5:00 p.m. Eso es lo más importante.
«Es un tremendo orgullo formar parte de la historia diaria de un espacio tan prestigioso y admirado, y saber que, aunque estemos detrás de cámaras, hay una complicidad que se traduce en alegría y satisfacción compartidas.
«Hola Habana es la primera revista vespertina diaria que sale al aire y recibe a un amplio espectro de invitados, lo cual es uno de sus grandes méritos y también un desafío que asumimos con orgullo».
A punto de celebrar su 19.º aniversario junto al canal donde nació, Hola Habana sigue apostando por la interrelación generacional y por abrir todas las oportunidades posibles a los jóvenes. Gabriel Díaz Calderín es un excelente ejemplo de ello.
Por ahora, con el compromiso de seguir creciendo, Gabriel se alista a celebrar este aniversario con un programa especial, agradeciendo a la casa que lo acogió y transitando con orgullo por cada huella de la historia que le precede.