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Aunque no se crea,no me siento agotado. Una vez más el sentimiento profundo de haber cumplido me embarga. Si le agregamos la enorme satisfacción por compartir las faenas de estos días con mis compañeras y compañeros, de palpar como el esfuerzo de meses de trabajo se concreta en una realidad que ayuda a seguir poniendo el nombre de Cuba bien alto y colaborar en el éxito de una Cumbre que hizo historia. A los montadores de los Servicios Escenográficos que durante meses trabajaron con productores y diseñadores en el montaje de la sala plenaria y las demás instalaciones de la sede principal, a nuestros ingenieros y técnicos que lograron un centro de operaciones de la sala de prensa y de transmisiones a la altura de cualquier magno evento del llamado Primer Mundo, a nuestras tripulaciones de las unidades móviles, las de la Habana y las de Santiago de Cuba y Holguín que vinieron a apoyar, a nuestros periodistas de la Radio y la televisión que mantuvieron informado a nuestro pueblo y al mundo en tiempo real, al personal de los estudios de televisión que manejaron la señal oficial y la transmisión del Canal de la Cumbre, a RTV Comercial , a los choferes, a los que garantizaron la alimentación, en fin, a todos los que vemos día a día en los pasillos de nuestro ICRT, gracias por permitirme ser parte de ustedes. Me siento muy orgulloso de pertenecer a esa tropa de valientes transformadores de sueños en realidades. Por eso no me siento agotado, al contrario. Estoy feliz.