La labor del asistente de dirección en la televisión es tan importante, como subvalorada. Dayana Hernández Montalvo, quien desempeña este rol en el Canal Educativo desde hace buen tiempo, conversa al respecto

El trabajo televisivo, como tantas otras modalidades, requiere de la labor en equipo. Depende de la acertada labor de muchísimas personas involucradas en lo que luego las audiencias ven en las pequeñas pantallas, y lo valoran como productos buenos o malos.

Uno de los principales eslabones de esta cadena lo constituyen los asistentes de dirección, a quienes muchas veces se les llama, despectiva e injustamente: los “carga casetes”.

 

Dayana Hernández Montalvo lleva años ejerciendo como asistente en diversos espacios del Canal Educativo. Entre ellos destacan: La otra mirada, Privadamente público, La danza eterna, entre otros…

Sin apartarse de su labor, la joven realizó su carrera de Comunicación Social, hizo cursos de idioma, de guion, además de otras tantas acciones en función de la superación profesional.

Dayana no renuncia a ocupar otros puestos en el ámbito televisivo, pero no deja de reconocer el significado de su desempeño como asistente y sufre con la subvaloración que hacia estas personas se vive en el medio.

¿Qué tareas comprende, en el sistema de la televisión cubana, la
labor del Asistente de Dirección?

El Asistente de Dirección es la mano derecha y la izquierda del director. Quien piense que está solo para llevar y traer casetes está emitiendo un criterio bastante mediocre.

La persona que ejerce esta profesión debe poseer tanto conocimiento como el mismo director, es decir, no estamos solo para colaborar desde el punto de vista de las labores de oficio donde entra: la organización de los casetes, su identificación, las coordinaciones con el talento artístico; también nos toca el aspecto intelectual de esta especialidad, donde tenemos el deber y el derecho de emitir criterios, dar opiniones, hacer aportes a la estética del trabajo en cuestión.

Para eso es preciso tener sentido de pertenencia, involucrarse, ser el todo y la parte.

¿Por qué muchas personas del gremio tienden a subvalorar esta tarea?

En esas opiniones subyace una buena dosis de desconocimiento. Conozco a directores que subestiman a sus asistentes aun siendo estos lo suficientemente cabales, tal vez por inseguridades o por miedo a que el otro de alguna manera resalte y este sea opacado.

Mientras, están los asistentes que se limitan a ejecutar estrictamente lo que el director les pide, sin aportar nada al proceso creativo. Quien adopte esa posición no solo está creando a su alrededor un aura de mediocridad, sino que no respeta su trabajo ni a sí mismo.

¿Es igual la Asistencia de Dirección en todos los espacios? ¿En cuáles
resulta más compleja y en cuáles más sencilla?

Ciertamente, existe una multiplicidad de proyectos con altos niveles de complejidad. Estos son, por ejemplo, los programas en vivo, donde casi siempre se precisa de dos o más asistentes por el peso del trabajo que este demanda.

Primero que estén los guiones en tiempo para realizar toda esa labor previa a la salida al aire. Estamos hablando, por ejemplo, de búsquedas de las imágenes, grabaciones o entrevistas en la calle, las puestas de voz, las pre-ediciones, la coordinación con los invitados, que estos tengan claro el horario en que se les cita, el vestuario que deben llevar según las características del programa; pero siempre un programa en vivo presupone tensiones.

Por supuesto, programas complejos no son solo estos. Existen otros donde la mayor parte de su tiempo es en off, su complicación radica en la búsqueda de la imagen para graficar lo que se está diciendo. A veces el acceso a estas imágenes es fácil, pero otras veces son temas muy específicos, donde la imagen no existe y se habla de cosas intangibles o muy subjetivas…

Los programas más sencillos son los llamados “enlatados”, donde la realización del programa gira sobre una temática ya construida desde el punto de vista audiovisual ya sea para el análisis o el debate del mismo y el equipo de realización interviene (por supuesto para presentación, despedida y spots del programa) en los momentos en que se precisa hacer alguna que otra acotación que no aparece en el material en cuestión (mediante voces en off, cámaras o pequeños intervalos de imágenes).

En mi opinión, casi todos los proyectos en sus inicios son complejos, es más bien cuestión de ir conociendo el terreno, ya cuando nos familiarizamos más con la manera de hacer, hasta el más complejo se nos vuelve viable.

¿Cuánto debe conocer del medio el Asistente de Dirección?

Si al principio dije que el asistente debe tener la capacidad de aportar ideas y de tener el mismo espíritu creativo que el director, también es menester que tenga poder de decisión. Por eso es tan importante el ser integral en esta labor. Mientras más conozcamos del medio, mucho mejor. Todo conocimiento es poco y cada proyecto nos aporta algo más a nuestro conocimiento.  

Todos, absolutamente todos los proyectos, forman parte de una investigación y ahí el asistente también juega un rol importantísimo, pues debe tener el conocimiento suficiente para saber de lo que se habla.

Si no conoce de un tema, debe tener entonces la avidez de conocimiento, porque este también es un trabajo de investigación.

Para la búsqueda de imágenes, trabajo que también nos compete, es preciso documentarse primero, tener la certeza de lo que buscamos, saber de qué se trata, si es prudente o no escoger esta imagen. Claro que es válido consensuar estas decisiones con el director, no por gusto forman un equipo.

 

 

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