Si no supiera de su amor y estudios sobre música, diría que Oni Acosta nació para la comunicación. Buena dicción, una sonrisa atractiva, y una especial seguridad al decir, envuelven un pensamiento lúcido sobre la música y su promoción.
Integrante de niño en Schola Cantorum Coralina, estudió guitarra, y con un poco más de años, armó con grupo de amigos el grupo Vocal SA. Al conocimiento de la guitarra le siguieron estudios en el ISA y poco a poco ir adentrándose en los medios de difusión, hasta hoy que trabaja en varios proyectos, con una máxima: defender lo mejor de la producción musical en Cuba.
-¿Qué fue primero la música o la prensa?
-Paquita, yo comencé a estudiar guitarra a los 9 años, en el conservatorio Adolfo Guzmán, que era el mismo inmueble de la Manuel Saumell sólo que en aquella época existían las llamadas escuelas nocturnas, de igual rigor que las otras, pero que asumían la entrada de niños que por edades o condiciones especiales, no podíamos entrar a las llamadas diurnas. Y seguí mi carrera hasta la ENA donde me gradué en 1993.
En 1995, comienzo a colaborar con algunas publicaciones, y a escribir sobre música –a modo de nada serio- en Juventud Rebelde gracias a Magda Resik que por aquellos años era la jefa de la página de Cultura. Luego, gracias a la propia Magda y a Rolando Almirante, inicio mi colaboraración con una revista radial dominical llamada Rebelde en Rebelde, haciendo críticas, comentarios, entrevistas y codeándome de todo aquel ambiente generado por la radio y la prensa plana, donde conocí a Mastrascusa, el viejo (ya fallecido) a Pepe Alejandro, a Marina, al simpar Toni Basanta y a muchos más. Ahí verdaderamente doy pasos firmes en mi “carrera” en la prensa, pero indudablemente fue primero la música.
-¿Por qué te acercaste a la música?
-Cuando decido meterme de a lleno en esto de los medios, decidí hacerlo con mi carrera hasta ese momento: la música. No concebía hacer otra cosa. De hecho en aquella época cantaba con la Schola Cantorum Coralina y luego en 1996 fundé junto a otros cuatro colegas un grupo vocal llamado Vocal SA, con el cual grabamos un CD para una disquera brasileña, hicimos giras y actuábamos mucho en Cuba, en diversos lugares, por lo que mi acercamiento a los medios era -y es- como un colaborador, nunca me he considerado un periodista porque no lo soy. En ese mismo año y aprovecho la ocasión para agradecerle a mi maestra Belkis Vega y a mi querido decano Chucho (Jesús) cabrera, hago las pruebas para entrar en el ISA, lo que hoy se conoce como FAMCA pero que antes le decíamos cariñosamente 5ta y 20, o Cine, Radio y TV. Te mencioné a Belkis y a Chucho pues la primera me preparó, me dio las herramientas necesarias para estudiar allí, y el segundo me quitó la idea de ser director, y me dijo que cómo era posible que un músico no estudiara algo afín, lo cual le agradezco pues creo que nunca hubiera podido hacer nada. Soy graduado de Sonorización en el ISA
-Supongo que lo de la prensa es casi genético ¿me equivoco?
-Sí, puede ser genético como dices, por mi mamá y mi papá, aunque Mami es graduada de Filología y mi papá de Teatrología y de Filología, y mira, ambos terminaron en el periodismo
-Existen muchas críticas acerca de la promoción musical ¿cómo llevas tú esa responsabilidad?
-Sí, hay muchas críticas sobre la promoción musical, sobre todo a raíz de un gran desconocimiento que existe sobre el tema. Pienso que las empresas de la música no juegan el rol como deberían hacerlo, y muchos medios de comunicación conforman una programación mediocre en cuánto a promover lo mejor de la música cubana. Siempre se habla de nombres como Rifat, Condal y otros, pero sabían y tenían un olfato extraordinario y una cultura musical amplísima, lo que ayudaba sobremanera a una buena programación musical. También se tenía total confianza en ellos por parte de los directivos de aquellos años, y nadie podía cuestionar un elenco o una puesta hecha por ellos, además de que no existía la gran burocracia de personas en oficinas diciendo qué debe promoverse y qué no. Fíjate que con todo y eso hoy, con reuniones, consejos, congresos y más se sigue promoviendo erradamente, la gente no se pone de acuerdo, al ICRT en muchas ocasiones han querido mutilarle su carácter propio como ente difusor de la música, y todos quieren mandar y opinar al respecto. Creo que las empresas de la música deben velar porque su catálogo se promueva con intereses poblacionales, teniendo en cuenta segmentos de público y también de opinión. En mi caso concreto tengo la suerte de ser músico, de conocer y de poder dilucidar (o trato de hacerlo) un producto de calidad sin que quieran imponérmelo. Lo malo es cuando yo trato de promocionar algo que considero único y debo convencer a gente que no sabe, pero si te soy sincero en mis años de carrera he tenido sólo dos ejemplos negativos, de difícil convencimiento, pero hoy por hoy no puedo quejarme, pues de todas las etapas de mi trabajo en los medios he recibido el apoyo, la confianza y el espaldarazo de (menos esos dos) todos los demás, sin vacilación.
-¿Qué método usas para preparar una entrevista?
-Aunque no lo creas, no preparo las entrevistas. Como mi trabajo es monotemático, no tengo que prepararme cinco minutos antes, sino que como vivo desde y para la música, ya la preparación está, de semanas o meses antes. Por ejemplo, si tengo que entrevistar a Zenaida Romeu, tengo toda su discografía, la he estudiado, voy normalmente a sus presentaciones, por tanto el diálogo y las preguntas fluyen. Lo mismo me pasa con Elito Revé, o Adalberto, o Gerardo Alfonso (y más) gente que quiero y admiro, de los cuales me conozco casi toda su discografía. Tengo el placer de que muchas disqueras me invitan a sus presentaciones de discos, y estoy al tanto de las novedades discográficas y llego a la casa y escucho el disco, lo disfruto. Esa es mi manera de preparar mis entrevistas
-Haces fundamentalmente Tv y escribes en sitios digitales ¿ese es el periodismo que te interesa?
-Hago TV porque me gusta, y tú sabes que es el medio de más inmediatez. Hago radio desde mis inicios, que aunque no tiene el mismo reconocimiento me reconforta y me da mucha paz, mucha soltura. Y escribo para sitios digitales pues son los que me llaman, aunque no lo creas. En JR escribí en los tiempos de Magda, luego de Tania y más recientemente de José Luis Estrada, pero no he vuelto, se rompió el vínculo no sé por qué. En Granma nunca fui bienvenido salvo una vez que estaba por Costa Rica en 2003 e hice una pequeña reseña por la Feria del Libro y el stand cubano allá y Mami se encargó de hacerla llegar al periódico. Trabajadores ha replicado cosas mías pero digitales y en Tribuna sólo la difunta Nancy Robinson hablaba de mí, pero nunca publiqué nada. Pero lo que más disfruto es escribir aunque no lo hago constantemente, tampoco quiero saturar o convertirme en un mercenario de la escritura. Desde hace años tengo una columna fija en el Portal Cubarte, lo cual agradezco infinitamente por la comprensión y el cariño de Isel y todo su equipo, y como sabes también le agradezco mucho a Randy y a Cubadebate
-¿Qué opinión te merece la música cubana de hoy? Se que esto ofrece tela para un ensayo, pero ¿apelas a la síntesis?.
-La música cubana de hoy es más diversa, más abierta y también más ambigua desde un punto de mira. Hay muchos músicos preparados técnicamente, pero con poco nivel de cultura general y cuando chocan con el gran mercado pues sufren las consecuencias. Hoy la música es muy referencial en el mundo, no puede hacerse jazz (por ejemplo) sin tener en cuenta elementos de la meditación, o de la cultura celta, o sin conocer la obra de Umberto Eco, todo está hoy muy interconectado y en nuestro contexto no pasa así, la mayoría de los músicos cubanos no se oyen entre sí, no se estudian entre sí, no se conocen autoralmente y eso llega a un aislamiento creativo que a la larga te hace caer en la mímesis, en la repetición, en creer que estás innovando pero en realidad estás haciendo más de lo mismo. Hay muchas trabas burocráticas para nuevos proyectos, cuando abundan los malos y eso hace que los jóvenes o quienes quieren armar un nuevo esquema se desilusionen, se rindan, y eso interrumpe el lógico caminar de la música. Hemos dejado morir tradiciones, géneros, nombres… Si no consensuamos una línea de pensamiento musical pragmática y coherente, en 15 años no seremos un país emisor de música, sino un simple receptor inclusive de aquellos músicos cubanos que han de triunfar fuera.