Entre tu y yo
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- Escrito por: Laura Amelia Diseño de portada y cartel Annelis Noriega/Cubavision
- Categoría: Entre tu y yo
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Ante sus ojos una realidad que se desbarata por segundo. De la discusión que sostiene con su esposa acaba de resurgir un secreto guardado por años: la criatura que crió como su hijo, no lo es biológicamente. La familia por la cual tronchó su futuro como pelotero en la juventud, creció sobre el encubrimiento de la verdad. Él se llama Reinaldo, uno de los cuatro hermanos que encabezan el relato de Los hijos de Pandora.
La telenovela que trasmite en la actualidad el canal Cubavisión en su horario estelar no solo devuelve a la pantalla conflictos comunes de la realidad cubana, como el de este personaje, sino también a un actor conocido por el público nacional. Alain Aranda encarna al segundo del linaje Paredes con todos los desafíos que ello conlleva. Sin embargo, hubo un recorrido previo antes del encuentro entre Reinaldo y Alain.
Pocos saben que los comienzos de Aranda en el mundo artístico no fueron en la actuación, sino en la música; razón por la que se presentó en la Escuela Nacional de Arte (ENA), pero ya estaban las plazas cubiertas por completo. Entonces, le propusieron aplicar a las pruebas de aptitud para teatro, manifestación que aún tenía la matricula abierta. Luego de varias maniobras en función de la inscripción, su nombre fue mencionado de último en la lista de alumnos aceptados para cursar la carrera ese año.
Ya en el tercer curso de esta especialidad, Roly Peña recurre a la ENA con el objetivo de seleccionar estudiantes para la serie juvenil Enigma de un verano y Alain se presente sin mucho éxito. “Como a la semana, Enrique Almirante, que estaba en mi grupo, me dijo que fuera a L y Malecón al mismo casting. Volví a presentarme, hice otras pruebas y las pasé. Así empezó mi camino en la televisión, con el personaje de El Colora‘o. Aún la gente recuerda”, nos cuenta.
Luego del rodaje de la teleserie, y a partir de la aprobación de la audiencia adolescente, a Roly se le ocurre realizar una segunda temporada, Coco Verde; y en ella continúa el personaje del joven intrépido y enamoradizo en busca de aventuras al cual Aranda daba vida. La popularidad fue tanta que el grupo de recién egresados pasó casi por completo al espacio televisivo de los domingos A moverse, en calidad conductores y animadores
En lo adelante, llegaron otros proyectos como Por deporte y por amor, también de Roly Peña; Los Villalobos, una producción de Miguel Sosa; y La Cara Oculta de la Luna, una novela dirigida por Rafael González, Virgen Tabares y Roberto Puldón.
Aunque la televisión pareciera su espacio por excelencia, la versatilidad de Alain ha llegado de igual modo a las tablas con la obra Béisbol, propuesta del grupo Vital Teatro que estuvo en cartelera durante cuatro meses en el año 2007.
No obstante –y como a casa siempre se vuelve– Alain Aranda formó parte del elenco de varios episodios del policíaco cubano Tras La Huella, sobre todo en interpretaciones de personajes negativos, “delincuentes como la gente le dice, que al público le encantan y a mí también, porque son los mejores para trabajar”, comenta quien tiempo después fungiera como oficial operativo en otra serie nacional de este corte.
La experiencia con UNO (Unidad Nacional Operativa) llega al artista mientras el programa entraba en la segunda temporada. Mandy, su personaje, terminó por ser muy querido entre la audiencia, a partir de la cubanía que derrochada en cada aparición. Unos años después, y sobre una línea de trabajo similar, aparece en Lucha Contra Bandidos, intervención que le permite conocer cómo funcionaba la Seguridad del Estado desde el triunfo de 1959. Este constituyó su trabajo actoral en la pequeña pantalla previo a Los hijos de Pandora.
Con Ernesto Fiallo, director de la actual telenovela ya había rodado en el show televisivo Somos Familia. Mientras el creador audiovisual se enfrascaba en la conformación del elenco, le ofreció a Aranda el personaje que interpreta el actor Damián Alonso, Andrés. Alain aceptó, pero unos días después Fiallo lo volvió a citar a la Casa Productora para comunicarle que cambiaría de rol y asumiría uno de los protagónicos. “Me encantó la idea, pues ya había leído escenas de ese personaje y era espectacular”, comenta.
A partir de ese momento comenzó el montaje de Reynaldo y la conformación de su familia con Carlos Alberto Fernández, quien asume el papel de Cristian, y Giselle Sobrino, en el personaje de su esposa Yohana, y a quien conocía desde la ENA.
También, la telenovela le permitió compartir con actores con los cuales no había coincidido nunca en un rodaje como Rodrigo Gil, Yohandis Aballe y Osvaldo Rojas. Con otros ya había confluido antes, tal es el caso de Alejandro Cuervo, durante sus apariciones en Tras La Huella; al igual que con Paula Alí, en Coco Verde.
Quizás, los espectadores no puedan apreciarlo del todo, pero Alain –que conoce muy bien a Reinaldo– declara que lo que más le cautivó de su personaje es la forma de asumir la vida sin problemas ni barreras, a pesar de que no tuvo un triunfo en su carrera profesional como deportista cuando iba a despuntar. Él decidió dedicar sus años más productivos a su pareja e hijo, y está conforme con ello, recalca el actor.
Asimismo, el joven define al deportista a quien le da vida como alguien con muchos sentimientos, entregado a su familia, que no va a los extremos en la situación con su padre e intenta acercarse de forma progresiva a él.
Y, ¿qué otros elementos le habrán acercado a su personaje? Pues nos explica que ambos tienen en común la entrega, el intentar hacer todo lo mejor posible, ser perfeccionista: “Muchas personas que me conocen dicen que por la familiaridad con los seres queridos es como verme a mí mismo en pantalla”.
Lo cual no significa que dejen de existir retos. Reinaldo es un pelotero profesional interpretado por un actor aficionado a este deporte, sí; pero que no lo practica con frecuencia. Como si esto fuera poco, el lanzador del equipo Industriales que asume es zurdo, mientras que Alain es derecho.
Por lo pronto, y aunque ya él y la familia que formó en la telenovela viven los desafueros de un arco dramático, todavía quedan muchas sorpresas junto Reinaldo en Los hijos de Pandora: impactos, cambios en el personaje, todo con el propósito de develar la magia especial que posee este rol, y que ya el artista conoce.
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- Escrito por: Ivón Peñalver/En vivo
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Pedro Martínez Arcos es de los nombres que se tornan indispensables dentro de la radio cubana y, como profesional osado, regala también su talento y carisma en la televisión.
Escucharle o saberle presente en las mañanas o sintiéndolo digno heredero de la inolvidable voz de Franco Carbón, hoy Pedro Martínez Arcos es de los nombres que se tornan indispensables dentro de la radio cubana.
Tal vez por su absoluta sencillez nunca llegue a entender los porqué; pero lo cierto es que este espirituano, nunca ausente de las esencias del Yayabo aún cuando disten kilómetros de casa, ha sabido “imponer” sobre la base de la seguridad en el decir y el rigor en el hacer, un sello que mucho se agradece.
Durante ocho años fue la voz del escuchado espacio de Radio Taíno, “Con entera confianza”, pero me atrevo a decir que Radio Rebelde encontró en él, una voz particular que ya iba necesitando.
Pedrito, como afectuosamente es fácil llamarle, desde la noticia o la improvisación de una revista musical, informa y acaricia, propicia el diálogo y persuade sobre la razón más objetiva sin dejar de aflorar, tantas veces como la situación lo exija, las emociones que tan necesarias son cuando de comunicar se trata.
Como todo buscador de nuevas oportunidades, desde hace un tiempo Pedro Martínez Arcos pone a prueba, junto a su condición de comunicador, sus potencialidades como director del programa “Haciendo Radio”, mientras mantiene la audiencia diaria de sus tantos seguidores en la conducción de la revista “Así”, ambos programas de Radio Rebelde.
Del micrófono a la dirección de programas radiales ¿Cómo ha sido el tránsito y cómo lo defines en tu vida?
“ Ya tú lo dices, tránsito…es lo que deberíamos hacer todos: transitar, no quemar etapas, ganar en conocimiento. El tránsito ha sido difícil, he competido constantemente conmigo porque no tengo por costumbre competir, ni compararme con otros. Por tanto, han sido muchos los años de sabores y sinsabores; pero lo agradezco. Saboreo cada triunfo y analizo cada derrota”.
En ese sentido ¿Cómo calificas este momento de tu carrera?
“Comencé en 1990, pude evaluarme en 1998 y obtuve mi primer nivel como locutor en 2013. Saca cuentas. Demoré 15 años para lograrlo y no salté etapas.
A la par de mi carrera como locutor me fui preparando como director y logré igualmente mi evaluación.
Así que al mirar desde la distancia el punto en que me encuentro hoy, pienso que mi vida profesional, aún cuando ha sido difícil, es muy bella y no termina. Este es un momento de madurez profesional, pero no puedo perder de vista que me queda mucho por aprender. Creo que aprendemos toda la vida. Por tanto se trata de un momento de respetar más lo que hago y seguir compitiendo conmigo”.
Pedro Arcos es un hombre de la radio que asume espacios de la televisión, por ejemplo junto a Arlettys Roquefuentes pone voz al programa “Signos”, aunque sin dudas el mayor reto en la pequeña pantalla es su inserción en el espacio “Al mediodía”, con la impronta de ser de los pocos programas en vivo de la televisión de casa.
¿Cuánto complementa el trabajo que haces en radio con el de la televisión, y viceversa?
“ Soy un hombre de radio que hace televisión. Un profesional osado que se sale de su zona de confort para ir a un espacio emblemático y respetado de la televisión cubana como es “Al mediodía”. Nunca lo maginé y aún no me lo creo.
La radio y la televisión son medios muy iguales y a la vez muy diferentes, pero te puedo asegurar que, si tu tránsito por la radio es feliz, podrás desempeñarte con más facilidad en la televisión.
Y sintiéndolo así, creo que esta es una muy buena oportunidad para agradecer a todos los que han confiado en mí y me han permitido estar en la TV. Todos los días aprendo y voy creciendo en ella».
De tus inicios en tu querida Sancti Spíritus hasta aquí ¿Cuál es el mayor compromiso que te une a tu público y tu país?
“Mi mayor compromiso ha sido respetarle en todo momento. Respetarle con mi superación profesional y cultural, aportar algo cuando estoy frente al micrófono o la cámara. Evitar todo tipo de pseudocultura para que el público me sienta cercano y eso se logra con humildad, respeto y sencillez”.
Y ciertamente Pedro Martínez Arcos ha demostrado que estos tres últimos rasgos lo que distingue su entrega diaria. En él habita el diáfano conversador, el hombre de entrelazar a menudo anécdotas, el hijo amantísimo de cuyos padres vive orgulloso y el buen caminador por su casi obsesiva idea y hecho de ser puntual.
Pedrito es de esas personas que, tanto de cerca como alejado de cámaras y micrófonos, regala el placer de su compañía porque encarna con total naturalidad ese respeto que en todo momento le asiste.