Entre tu y yo
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- Escrito por: Aleida Cabrera/Bohemia
- Categoría: Entre tu y yo
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Armando Babaioff, nació en la ciudad de Recife, capital del estado brasileño de Pernambuco, el 1 de abril de 1981. Descendiente de judíos uzbekos por parte de padre, comenzó a hacer teatro a los 11 años. Debutó en teatro a los 15 años, en el Festival de Teatro Rei Ator.
A partir de 2006, comienza a trabajar en Globo, en las telenovelas Páginas da Vida, Dos Caras, Ti Ti Ti, A Lei do Amor, Segundo Sol y en 2019 interpretó al villano, Diogo en Suerte de vivir.
“Hace 13 años que hago telenovelas aquí, pero esta es la primera vez que me dan un personaje así. ¡Es todo lo que soñé hacer! Este personaje es un parque de diversiones, es un ejercicio que a cualquier actor le encantaría hacer”, dijo Babaioff a Gshow.
En la telenovela Ti ti ti comparte con Claudia Raia.
Segunda oportunidad junto a Nanda Costa.
Aderbal Feitosa en Joya rara
Armando Babaioff interpreta a un abogado encantador, cínico, egoísta y sin escrúpulos. Aprovecha la fragilidad de su esposa, Nana (Fabiula Nascimento) para acercarse a ella y lograr casarse con la heredera de Alberto Prado Montero. Utiliza el apellido de la familia política para crecer profesionalmente. Tiene una “relación” con la asistente de su esposa (Sheron Menezzes), con la que trama provocar la quiebra o la venta de la editorial y garantizar una buena tajada de las posesiones de la familia.
Detrás de la sonrisa irónica, el toque sensual, la mezquindad fríamente calculada y la ambición desenfrenada, Diogo Cabral esconde que es capaz de matar. Poco a poco, Diogo se vuelve más agresivo. En ningún caso los buenos sentimientos forman parte del repertorio de emociones de Diogo.
“Los villanos tienden a ser seductores. Diogo tiene una ironía, un humor involuntario que dinamiza su obstinación por el dinero. Así que a la gente le encanta odiarlo. Se convirtió en un ‘favorito del diablo’. Me regaña el público, escucho que se ríen cuando canta una canción, que le encantan las discusiones con su suegro y que se pone de la misma edad que Sofía cuando necesitan darse cachetadas”, dice Armando, en una entrevista con Correio Braziliense , refiriéndose a los personajes Alberto (Antonio Fagundes) y la niña Sofía (Valentina Vieira).
Sobre la actriz Fabiula Nascimento, Nana, el actor agradeció el tiempo que pasó con la artista: “Fue un placer, una felicidad y un privilegio poder verte crear. Gracias por permitirme tu universo, creamos otro juntos. Gracias por todo, por ser esta mujer, tan increíble. Te amo, para siempre».
Diogo Cabral, es un villano que lejos de ser rechazado, es “aplaudido” por el humor que imprime a su personaje.”En el fondo, quiero que la gente se enoje porque le gusta Diogo. Es un tipo amoral, dice cosas de miedo, pero yo le voy a la comedia para darle gracia”, explica el actor.
Armando Babaioff trabajó en la trama por ser compleja, por plantear temas muy actuales en la sociedad y también porque, además de toda su crueldad, logra hacer reír al espectador. El personaje de Diogo Cabral cometió con Nana un delito poco conocido: la violación marital. Confesó que emborrachó a su esposa para tener sexo con ella a la fuerza.
Al final de la telenovela lo perderá todo y orquestará un incendio contra Alberto (Antonio Fagundes) y su familia, pero morirá calcinado por su propio fuego. Ante tanta maldad y traición, sus “aliados” lo traicionaran y quedará solo y arruinado.
Armando Babaioff en entrevista con la periodista Patricia Kogut, del diario O Globo, el actor aseguró que no todo es un camino de rosas. “Pienso en rendirme todos los días. Brasil es un país que no tiene memoria y que no valora su cultura. La gente no ve que los artistas son los cronistas de su tiempo”, explicó.
Este año el actor participó en el Festival de Avignon, uno de los mayores festivales de teatro del mundo, con la obra Tom na Fazenda, basada en la obra Tom à la Farme, del canadiense Michel Marc Bouchard.
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- Escrito por: María Regla Figueroa / Fotos: Proyecto Lucas y de la autora
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La entrada del connotado realizador Orlando Cruzata Montero al mundo de la televisión fue puramente casual. Luego de abandonar la carrera de Cultura Física se vinculó a mercados agropecuarios cargando cajas entre otros quehaceres propios del lugar. Confiesa que lo hacía con gusto, sin embargo, una de sus tías, convencida de la inteligencia del muchacho para nuevas oportunidades le preguntó en qué quería trabajar y casi por gracia el joven de apenas 19 años respondió “en la televisión”.
Cruzata no sabe cuáles fueron los hilos movidos por la tía, con quién habló y mucho menos los argumentos esgrimidos. Lo cierto es que a la semana ya estaba inmerso en labores televisivas, donde lleva 40 años en múltiples ocupaciones y donde ha cristalizado en un destacado director de programas, como muestra de auténtica superación.
«Empecé como ayudante de escenografía en el taller de atrezo donde aprendí lo relacionado con el engrudo y el yeso, tanto para lo infantil como escenográfico, luego pasé a ayudante escenográfico sirviendo muebles a toda la programación, hasta devenir en utilero. En el departamento de utilería me vinculé de manera directa con las filmaciones y con la Asociación Hermanos Saiz (AHS), proyectando videos en el pabellón Cuba» dijo el director televisivo.
Como director de programas Cruzata ha dejado huellas en nuestra televisión. Sobre este acápite profesional aclaró:
«Después de utilero fui asistente de dirección en el programa Entre Nosotros gracias a la realizadora Raíza White con quien aprendí muchos secretos de este oficio. Cerca del año 89 comencé a realizar una sección humorística en la revista juvenil En confianza, dirigida por Alejandro González y Rudy Mora. La presión y extensión del espacio, de hora y media era tanta que hubo necesidad de un tercer director, fue cuando me propusieron. Al concluir este trabajo hice otros de corte musical, y al unísono matriculé en la FAMCA de donde soy egresado.»
¿Cuándo se inicia en la realización del video clip?
«En la década de los 80 en la Asociación tuve jóvenes que hacían video clips. En ese momento no entré al giro, porque en realidad no me atraía, pero en los 90 con las nuevas miradas de las disqueras, tanto nacionales como foráneas hacia el audiovisual, su conversión en una pequeña industria y los lazos con quienes se dedicaban a este trabajo, Rudy Mora y yo decidimos vincularnos con ese mundo.»
¿Cuáles fueron las mayores motivaciones que le condujeron a crear los Lucas?
«Con este boom del video clip y el número de jóvenes dedicados al oficio, había necesidad de ofrecer un espacio digno al movimiento, se hacían algunos intentos esporádicos con Tele música, Joven joven, pero insuficientes. En ese momento yo regresaba de estudiar en España dirección de programas dramatizados, estaba influido por otras formas de hacer. Ello me impulsó a plantear una plaza para defender y promover el video, desde una perspectiva crítica, donde los realizadores tuvieran un punto de referencia. En el año 97 la televisión asumió la oferta para la programación de verano. Lucas funcionó y ahí llevamos 5 lustros.»
¿Por qué el humor, la sátira y el absurdo es parte de Lucas?
«Es el toque personal que quise dar al programa. Aunque me autodefino como una persona pesada, soy fanático de los chistes y creo en las posibilidades del humor satírico, en la crítica social constructiva, en la búsqueda, y en el absurdo, influido por la mejor comedia norteamericana e inglesa. Es un concepto desarrollado cuando formé parte del grupo humorístico Nos y Otros, y que traje a Lucas como parte de mi sello personal. Todo esto lo uní con lo aprendido en España, y con la cultura general de nuestro país, con el objetivo de divulgar el video clip y la música nacional desde otras miradas.
«En Lucas es un absurdo que los conductores en una isla tropical como la nuestra vistan de negro con gafas oscuras, son códigos que inicialmente chocaron, pero a la larga asumidos por los públicos.»
¿En qué medida los conductores que han pasado por Lucas son una pieza clave en la vitalidad del programa?
«Sobre todo, porque supieron desde el principio entender mis propios estándares. Con un estilo de humor muy fino o muy inteligente condujeron con dignidad el programa, se hicieron presentadores como Edith Mazola, consolidaron su rol de humoristas como Rigoberto Ferrera y Luis Silva. Hubo otros que si bien no eran conductores de profesión tenían mucha chispa, inteligencia y ganas de jugar con el sin sentido y el absurdo y contribuyeron a que los Lucas transitaran de programa de televisión a proyecto cultural.»
¿En qué momento anda Lucas?
«El jurado integrado por 11, especialistas, críticos, directores de fotografía, dentro de ellos Joel del Río y Yuris Nórido, quienes trabajan en la selección de los nominados a los premios 2022 en su 25 edición. Son 468 videoclip en competencia. Los restantes miembros del equipo realizan la preparación de la campaña de divulgación, objetivo y estética. Preparamos también el espectáculo de los nominados a celebrarse el día 15 de noviembre Bajo arcos de cristal en Tropicana, y a la vez, la gala de premiación que tentativamente se prevé realizar en el teatro de la CTC “Lázaro Peña”, los días 17 y 18 de diciembre.»
¿Con la entrega de los premios terminan las actividades?
«No, después llegan Lucas y Lucasnómetro, nuestra lista de éxitos por los canales Cubavisión y Canal Clave. Además, se preparan giras a otras provincias, programas de radio, etc. Ahora andamos también en los avatares de ampliar a soporte de papel nuestra revista digital.»
Además de los Lucas, ¿que otro programa hace?
«Lucas me absorbe, aunque saqué un tiempo para la dirección artística de Cuba Disco, en el cual llevo 20 años.»
¿Cuál es el principal logro del proyecto Lucas?
«Servir de catalizador del quehacer de los jóvenes realizadores hace 25 años, gente que se acerca por primera vez al audiovisual para saber si tienen talento, para experimentar en esa especie de taller que es el video clip. A partir de ahí muchos devienen en excedentes realizadores del clip, y de cine dentro y fuera de Cuba.»
Antes de la despedida felicité al artista pues el 23 de octubre fue su cumpleaños. De paso, le pedí enviara un mensaje a los jóvenes que intentan ocupar un escaño en el audiovisual cubano, a lo que respondió sin pensarlo mucho: «No se pueden cansar, pues los sueños se hacen a mano y sin permiso.»