Entre tu y yo
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- Escrito por: Félix A. Correa Álvarez
- Categoría: Entre tu y yo
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El camino hacia el éxito puede ser sinuoso y sorprendente, y la vida del actor bahiano Danilo Mesquita lo demuestra de manera extraordinaria. Con solo 32 años, este joven intérprete ha dejado una huella importante en el mundo del entretenimiento brasileño; y en Cuba, hoy se roba los corazones de los televidentes como Valentín, el «cuchurrumino» de Nuevo Sol. Sin embargo, su ascenso en el mundo de la actuación no fue el destino originalmente planeado para él.
En su natal Salvador de Bahía, ciudad donde también transcurren los conflictos de Nuevo Sol en la ficción, Mesquita mostró desde temprana edad un talento innegable para el fútbol. Durante años, dedicó su tiempo y energía a perfeccionar su habilidad en el campo, jugando en la categoría juvenil para equipos de renombre como Vitória y Bahía. Sin embargo, a pesar de su éxito en el mundo del deporte, algo dentro de él seguía anhelando la expresión creativa que solo el arte puede ofrecer.
«Nací artista», confiesa Mesquita mientras su mente es invadida por los recuerdos de un inquieto niño que imitaba a los cantantes del trío eléctrico del carnaval de su ciudad. «A los 4 años, le dije a mi madre que no me visualizaba trabajando en una oficina. Siempre supe que el arte era mi destino», rememora.
El punto de inflexión llegó a los 18 años, cuando decidió seguir su corazón. Con el estímulo de su familia y el encuentro fortuito con un cazatalentos que lo invitó a incursionar en el modelaje, se aventuró hacia Río de Janeiro en busca de su destino. Allí, comenzó a estudiar teatro en el prestigioso Nu Espaço, y su verdadero viaje como artista comenzó a tomar forma.
«Empecé a recibir clases de teatro y mi vida cambió», recuerda Mesquita. «No me hice artista, me descubrí como artista. Toda mi vida cobró sentido a partir de ese momento». Desde entonces, ha cautivado al público con su talento y dedicación; su historia reafirma que, cuando se sigue el llamado del corazón, ningún sueño es inalcanzable.
La misión del artista
Después de graduarse en arte dramático, Mesquita se ha distinguido por su versatilidad artística, con una trayectoria impresionante que abarca desde obras de teatro (La pasión de Cristo, El mercader de Venecia y Río más Brasil: nuestro musical) y telenovelas (I love Paraisópolis, Rock Story, Los diez mandamientos, Nuevo Sol y Éramos seis), hasta series y películas de la plataforma de streaming Netflix.
—¿Tienes alguna preferencia entre los diferentes medios en los que has incursionado?
«No tengo preferencia. Como mencioné, soy un artista y crear es mi misión, sin importar el medio. Son procesos completamente diferentes, pero es el mismo trabajo; es la misma búsqueda de la verdad, de la emoción de contar esa historia.
«En televisión he hecho 32 escenas en un día y en cine he hecho 3, 4 o 5 escenas. El teatro es completamente diferente. Después de la tercera señal está el actor sobre el escenario con sus compañeros, el público y nada más; esa es su magia.
«El cine es una pasión loca que tengo; mi aprendizaje como actor fue en gran medida a través de él, viendo muchas películas. Sin embargo, quiero destacar que el escenario siempre será el hogar del artista».
—¿Encuentras algún medio más desafiante que los demás?
«Cada medio tiene su propio lenguaje, desafíos y placeres. Como artista, creo en la importancia de experimentar y desafiarme constantemente, así como de salir de mi zona de confort. Por lo tanto, considero un privilegio poder sobrevolar todos estos ámbitos de la creación».
—¿Y la música qué lugar ocupa en tu vida?
«La música soy yo, es mi vida y lo que pienso las 24 horas del día. Esencialmente, lo abarca todo en mí».
Valentín
En Nuevo Sol, culebrón brasileño de turno en el canal Cubavisión, Mesquita interpreta a Valentín, un joven atractivo, carismático y con un perfil de liderazgo entre sus amigos. A diferencia de su madre adoptiva, Karola (Deborah Secco), cuestiona constantemente los valores frívolos y consumistas.
A medida que la telenovela se acerca a su final, el personaje ha capturado la atención del público, no solo por su historia llena de giros y secretos familiares, o su triángulo amoroso con Rosa (Letícia Colin) y su medio hermano Ícaro (Chay Suede), sino también por la interpretación conmovedora y convincente de Mesquita.
—¿Qué aspectos del carácter de Valentín te resultaron atractivos?
«Creo que Valentín muestra sinceridad en sus sentimientos, y eso es lo que conmueve a la gente. Es un chico que no se preocupa por lo que posee, sino por lo que siente. Es ese sentimiento universal, humano y que no conoce fronteras, lo que me resultó atractivo del personaje».
—¿Crees que la telenovela necesitaba retratar más a Bahía, mostrar al mundo los colores de una ciudad brasileña tan diversa como esta?
«Sí, Bahía, al igual que Cuba, tiene una fuerte influencia afrodescendiente, y esto nunca debe pasarse por alto. Esta es la fuerza y la belleza de Bahía. Debería haber sido mucho mejor representada en Nuevo Sol».
—Los televidentes desean saber cuál será el desenlace del triángulo amoroso entre Rosa, Ícaro y Valentín. ¿Nos cuentas?
«No sé en qué punto está la telenovela en Cuba, así que no puedo dar spoilers. Tendrán que esperar», sentencia entre risas.
Un nuevo capítulo
Mesquita también es conocido en Cuba por su participación en series de Netflix como 3% y Espectros, además de protagonizar la película Ricos de Amor junto a la actriz Giovanna Lancellotti (Rochelle en Nuevo Sol). Para él, ser parte del catálogo de actores brasileños de esta plataforma de streaming constituye un nuevo capítulo en su carrera.
—Muchos cubanos han visto la película Ricos de Amor, donde interpretas a Teto. ¿Qué tiene esta historia que la hace tan atractiva para el público?
«Es una historia de amor. El encuentro de dos personas muy diferentes; un amor aparentemente imposible que se vuelve realidad gracias a que ambos se enseñan cosas mutuamente. Tienen la humildad para comprender sus diferencias y aprender de ellas. Además, se divierten mucho juntos y compartir risas en una relación es un gran placer. Una vez más, estos son sentimientos humanos universales que conmueven a personas de todo el mundo».
—¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando en proyectos de Netflix? ¿Crees que te ha ayudado a evolucionar como actor?
«Cada experiencia vivida representa un proceso de evolución. En cada proyecto en el que trabajo, siento que me convierto en un mejor artista y en una persona más completa. Esa es la gran belleza de nuestro oficio.
«Netflix es una plataforma excepcional que ha realizado un trabajo admirable en todo el mundo. Es un mercado donde hay una gran cantidad de actores, actrices y gente talentosa que busca oportunidades. Por lo tanto, considero que el crecimiento del streaming en Brasil es fundamental, y me siento feliz y honrado de ser parte de este fenómeno».
—En varias ocasiones has manifestado tu deseo de hablar de Brasil y sus problemas a través de tu arte. ¿Sientes que lo has logrado?
«Considero que es mi misión de por vida. Es este sentimiento y deseo lo que me impulsa y seguirá haciéndolo hasta el final: cantando, escribiendo e interpretando a Brasil. Tenemos mucho por descubrir y mucho por redescubrir para reafirmarnos como país, como cultura».
—¿Qué esperas de tu carrera artística en los próximos años?
«Espero trabajar siempre en proyectos que me toquen el corazón. Actualmente estoy produciendo mi propio disco en solitario y, quizás algún día, tenga la oportunidad de realizar un espectáculo en Cuba, lo cual sería un honor. Me considero un narrador de historias y eso es lo que espero seguir haciendo hasta el final de mi tiempo en este mundo».
El arte no es solo una profesión para Danilo Mesquita, sino una forma de vida. En sus propias palabras, «Lo que me motiva es el amor que tengo por el arte. Es mi lenguaje, mis luchas y mis batallas. En él encontré, como actor y músico, mi arma para hablar de todo lo que pienso, para expresar lo que me inspira, la felicidad y los pensamientos». Esta profunda conexión con su oficio impulsa cada uno de sus proyectos, ya sea en el escenario o en el estudio de grabación.
Fuera del ámbito público, el actor al que también llamamos Tim Tim —por Valentín—, es un individuo que valora las experiencias auténticas. «Siempre estoy cerca de mi familia y amigos. Aunque vivimos en un mundo de sueños, al terminar mi trabajo, busco conectar con la realidad y centrarme en las cosas que verdaderamente importan, para no caer en las trampas de este viaje llamado vida», asegura Mesquita.
Para el público cubano, tiene un mensaje de gratitud y aprecio: «Quiero agradecer a los cubanos por su cariño, amor y la forma en que recibieron mi arte. No tiene precio saber que el trabajo que hice en mi país llegó a Cuba y conmovió a su gente. Sé que pronto conoceré esa hermosa tierra que, desde ya, considero mi “cuchurrumina”».
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- Escrito por: Luis Casariego / Fotos: Del autor y cortesía de la entrevistada.
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El que actúa, necesita vocación. El actor nace, no se hace...
Laura Margarita Rodríguez de la Uz. Laurita para los amigos, próximo a la fecha de su cumpleaños nos recibió en su casa con esa sonrisa que siempre la caracteriza. Comenzamos preguntándole por su vocación por las artes y nos cuenta que desde muy niña quiso ser artista; ya estando en el preuniversitario participaba en los festivales de la FEEM y posteriormente pasó el curso de la Escuela de Instructores de Arte, donde tuvo excelentes profesores, entre los que recuerda con cariño a Emelina López y Huberto Rodríguez y otros más que sería interminable esta lista.
En 1992 se gradúa en la Escuela Nacional de Instructores de Teatro de La Habana, aunque su debut que fue en el cine siendo aún estudiante, y en 1990, cuando protagonizó el filme “Hello Hemingway” el que fuera dirigido por ese gran director al que ella considera como su padre, Fernando Pérez, donde ella obtuvo el premio a la mejor actuación femenina en el XII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, con este filme ganó su primer CORAL entrando por la puerta ancha en el mundo de la actuación. También ha sido nominada en dos ocasiones como Mejor Actriz en los premios Platino.
A partir de aquella fecha desarrolló una brillante carrera artística que abarca todos los medios dentro de las artes escénicas como el cine, el teatro y la televisión. Sus actuaciones en puestas en escenas de clásicos del teatro cubano como: “Electra Garrigó”, “La Boda”, "Mascarada Casal" o seriales como “Blanco y Negro ¡No!” y “¡Oh, La Habana!”. Siendo de gran agrado del público cubano y muy elogiado por la crítica especializada.
En el cine ha actuado en un sinnúmero de películas, ha actuado en los siguientes filmes, entre los que se destacan: "Hello Hemingway", "Una Pistola de verdad", "Historia de un amor adolescente", "Madagascar", "La Muerte", "Amores", "Historias clandestinas de La Habana", “El cuerno de la abundancia”, “El Benny”, “La película de Ana”, “Vestido de Novia”, "Divina desmesura", “Y sin embargo”, “Boleto al Paraíso” y “Esther en alguna parte”, entre otras.
En la Televisión Cubana ha trabajado en series y programas como las telenovelas "El Naranjo del Patio", "Konrad", "Blanco y Negro ¡No!", "A lo mejor para el año que viene", el infantil "Pocholo y su pandilla", y en el humorístico “Punto G”, y algunos otros más.
Un día se entera que están ofreciendo becas y ella opta por una en Chile en un centro llamado “Escuela Internacional del Gesto y la Imagen” La Mancha de Santiago de Chile. Allí pasó cinco años de su vida, donde se especializó en movimiento, mimo, máscaras, pantomima blanca, comedia del arte y otras especialidades. En el 2000 se gradúa como comediante internacional de dicha escuela. Nos dice que estas especialidades la han ayudado mucho en su desempeño en su carrera como actriz, para realizar lo mismo un drama que una comedia o una pantomima. En el 2001 ya Laurita de la Uz dirige en Chile la obra “Mentita´s bar” con la compañía de teatro “La Sombra”.
Esta muchacha que no envejece a pesar de que ha pasado algún tiempo y tener una hija maravillosa en el 2002 y que es nombrada por ella Amaranta, por “Cien Años de Soledad”. Laura no descansa, o lo hace muy poco ya que posee un intenso tren de trabajo y un laborioso espíritu que en realidad solo la incita a actuar y actuar. Ha desarrollado una brillante carrera que abarca todos los medios audiovisuales: el cine, el teatro y la televisión. Ha hecho más de 25 películas, entre las que se destacan: “Hello Hemingway”, “Madagascar”, “La película de Ana” y “Vestido de Novia”, entre muchas otras.
En televisión ha tenido también actuaciones memorables como: “El naranjo del patio”, “La Amada Móvil”, “Konrad” y “Pocholo y su pandilla”, “El camino de los Juglares”, “Blanco y negro, No!”, “A lo mejor para el año que viene”, “Punto G”, “Jura decir la verdad”, “La vida según Nicolás”, “Extravios”, entre otras tantas. En teatro mencionamos a “Mascarada Casal”, “El rey no ha muerto” y las más recientes “Heaven”, “Delirio Habanero” y el exitoso “El Reality Show de Laura de la Uz”.
Esta magnífica actriz ha recibido varios premios tanto nacionales como internacionales que por lo numerosos que son no podemos mencionarlos todos pero ha obtenido algunas nominaciones y premios: Premio a la mejor actuación femenina en el Film Festival 11th Atlantic en Canadá 1991, Premio a la Mejor Interpretación Femenina por “Los minutos, las horas”, en el XII Festival Internacional de Cortometrajes de Torrelavega, en España, 2011, en Brasil, Italia, Argentina y Nueva York; en Cuba cuatro premios CARICATO, también como el Premio Covarrubias, el Avellaneda y el Florencio Escudero de la UNEAC así como la medalla “José Manuel Rodríguez” de la Universidad de La Habana por su exitosa carrera artística.
No queremos terminar esta breve reseña de la actriz, Laurita de la Uz como le llaman sus amigos cercanos, sin desearle en el “Día del Amor” y coincidentemente por su cumpleaños los mayores éxitos en su vida personal y artística y que cumpla muchos años más con salud y entusiasmo, para que continúe deleitándonos con sus magnificas actuaciones en el cine, televisión y en las tablas. ¡Muchas Felicidades!