Hay artistas cuyo ciclo vital contiene tantos y tan relevantes aportes, que su protagonismo en algún suceso se pierde en el olvido junto al hecho en cuestión.
A María de los Ángeles Santana Soravilla (La Habana. 2/8/1914 – 7/2/2011) la mayoría la identifica como la notable cantante, actriz y vedette de cine, radio, teatro, cabaret y televisión que triunfo en Iberoamérica y en EE.UU. Pocos recuerdan su rol decisivo en la primera demostración pública de televisión realizada en La Habana, entre el 3 y el 10 de diciembre de 1946; hecho cuyas primacías también suelen olvidarse.
Este hito de la historia televisiva cubana mucho tendrá que ver con la vida privada de esta mujer. En 1942, la Santana conoce a Julio Vega -empresario y publicista- en la finca de Miguel Gabriel -condueño de la cadena nacional CMQ Radio- y el encuentro culmina en matrimonio.
En un viaje realizado por la pareja a New York (EE.UU.) ambos se deslumbran con la demostración televisiva realizada desde el 10 de octubre de 1946 en el Hotel Walfor Astoria; a cuyo pequeño show se accedía pagando $25. Desde entonces, la pareja gesta y promueve la realización de la primera demostración pública de televisión en Cuba, ansiosos de que los cubanos conocieran y admiraran dicha tecnología.
Con ese propósito, coordinan con Ricardo Planas -presidente de Cuban American and Hotel Chain Inc., organizador del referido evento hotelero neoyorquino. Así, el matrimonio gesta y propulsa un evento al que acuden cientos de coterráneos de otras provincias e incluso, espectadores provenientes de diversos países de la región, quienes por el costo de $ 2 -previa reservación de su función diaria- se veían a sí mismos en las imágenes en movimiento y disfrutaban de Televisión Show: pequeño espectáculo artístico con artistas del patio y de EE.UU., donde María devino nuestra primera conductora y vedette televisiva. 
Para realizar sus transmisiones se instaló una estación provisional -indicativo CM 21P- que enlazaba por control remoto y en circuito cerrado; al Vedado capitalino con Radio Progreso -entonces en la Habana Vieja-.
Los más importantes ejecutivos radiales cubanos, sorprendidos con esta demostración comercial de la novedosa tecnología electrónica, la percibieron como una amenaza a sus negocios radiofónicos. El recelo fue tan intenso que Amado Trinidad Velasco, propietario de RHC Cadena Azul -donde María poseía un jugoso contrato-, rescindió su actuación en su cadena nacional.
Los organizadores de la demostración televisiva habanera proyectaban realizar una gira por Sudamérica, pero el proyecto culmino aquí.
¿Quién era entonces María de los Ángeles Santana?
De adolescente estudia canto y guitarra.
Desde 1930, actúa y canta en coproducciones fílmicas cubanas con México, Argentina y EE.UU.
- La Habana. Teatro Lirico. Dirigida por Ernesto Lecuona, deslumbra a todos con su voz e interpretación.
Por entonces, actúa y canta en importantes filmes de Películas Cubanas S.A. (PECUSA).
1939-1942. La Habana. Se vuelca a la radio.
1943-1944. México. Triunfa en cine, teatro y cabaret, destacándose en la canción, las operetas, las zarzuelas y las revistas musicales y consagrándose como vedette.
Desde 1947, en La Habana, actúa en roles variados para las Compañías de Garrido Piñeiro y de Mario Martínez Casado.
En 1950, cuando Gaspar Pumarejo organiza Unión Radio TV -nuestra primera televisora- convoca a María a su proyecto inaugural; pero ella declina la invitación. La Santana, desde 1950, triunfaba en el teatro madrileño con la Compañía de Ernesto Lecuona. Luego, en esa importante plaza escénica, alcanzaría la descomunal cifra de 2874 funciones como vedette de la revista musical La tentación. Ello explica su ausencia en la programación televisiva fundacional cubana.
Tan olvidado como la gestión de la Santana están los aportes comunicativos de este hito televisivo que significaría para Cuba su primera demostración pública televisiva, su primer control remoto de televisión abierta y su primer control remoto televisivo.
Hasta hoy, -lamentablemente- muchos historiadores y periodistas dan como fecha de nuestras transmisiones televisivas las realizadas en nuestras dos primeras televisoras, ignorando este suceso precursor.
El error se replica incluso en las placas conmemorativas instaladas por Radio Cuba, en los edificios de Radiocentro y del actual Canal Habana, donde radicaron originalmente Unión Radio TV (Canal 4 en Mazón y San Miguel, Centro Habana) y CMQ TV (Canal 6) en El Vedado.
En 1959, María de los Ángeles retorna a Cuba, donde despliega una impresionante trayectoria artística en la actuación dramática y en el teatro lirico. En la televisión que propulsó durante 1946, canta y actúa en disimiles géneros y formatos:
La sin par Alcaldesa Remigia en el memorable espacio costumbrista San Nicolás del Peladero; derrochó gracia y cubanía en múltiples proyectos humorísticos, teatros y series o novelas como La peña del león, Prefiero las rosas y Entre mamparas.
Tanto hizo en su longeva y fructífera vida que, al fallecer, era uno de los pocos artistas cubanos poseedores -entre otras condecoraciones- de tres premios nacionales otorgados en su primera edición: Teatro (2001), Televisión (2003) y Humorismo (2005).
Hasta su último aliento, amo intensamente a Cuba:
Desde 1959, cuando importantes teatros iberoamericanos le ofrecieron cheques en blanco, optó por su patria y en ella se ganó el cariño, respeto y admiración de todos.
A inicios de los años 2000, Ramón Fajardo acometió una monumental investigación para escribir las memorias de esta mujer: Yo seré la tentación, resultó una colosal obra que nuestras limitaciones financieras impidieron publicar en La Habana.
Cuando en 2004, fue publicada por Plaza Mayor en Puerto Rico, María se debatió entre su eterna gratitud a esta editorial y su firme voluntad de que su primera presentación se realizara en Cuba.
Aquella tarde, el teatro Amadeo Roldan capitalino fue testigo de un atípico lanzamiento editorial cercenado por las infaustas relaciones entre nuestro país y EE.UU. Ante el impedimento legal de vender sus ejemplares en nuestro territorio; su autor obsequió muchos de ellos a quienes tuvimos el privilegio de estar allí.
Por todo ello, María de los Ángeles Santana Soravilla, pervive en nuestro recuerdo.
CARTELERA DE CANALES NACIONALES
